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Había llegado la noche; en la entrada de la finca del viento estaba el pilar del agua que le había llevado una bolsa con un par de Ohagi, la comida favorita del peli blanco.

-Toma, esto es para ti, supe que te gustaban y te traje - habló el pelinegro algo asustado al ver cómo Sanemi agarraba y la veía para ser sincero él pilar del viento no quería ir con él. Tenía una mala relación con él, pero él era el único que podía hacerle compañía, ya que los demás tenían misiones viendo que definitivamente ya no haya ningún demonio por el lugar.

Genya estaba cocinando ahora en una cabaña que le pidió a Muzan, ya que no le gustaba estar en la fortaleza infinita, ya que se perdía y tenía miedo de que alguien le hiciera algo

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Genya estaba cocinando ahora en una cabaña que le pidió a Muzan, ya que no le gustaba estar en la fortaleza infinita, ya que se perdía y tenía miedo de que alguien le hiciera algo. Aunque Muzan le repitió que no lo harían, él quería ir a una cabaña. Muzan aceptó sabiendo que no tenía posibilidades de salir de ahí por mucho que quisiera.

Al pasar el rato, el alfa apareció a lo que Genya solo lo miró de reojo y volvió a mirar tu comida

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Al pasar el rato, el alfa apareció a lo que Genya solo lo miró de reojo y volvió a mirar tu comida.

-Genya, mirarme a la cara -habló el alfa con una voz más grave haciendo que al omega le pasará un escalofrío por la espalda, pero le miro sin hacer ninguna expresión y sin soltar ninguna palabra...

-Ya accediste a ser mi Omega; ahora mi deber es marcarte como mío - habló el alfa con la misma expresión, pero al del Omega cambio. ¿Había escuchado bien? Ese sucio bastardo lo marcaría de ninguna manera.

- ¡Me niego! Solo estoy aquí por la compañía y, hermano, ¡No me marcarás, bastardo! - habló el Omega otra vez, pero a gritos, que era normal, ya que cada vez que se enfadaba o se ponía nervioso gritaba sin medir el tono.

-No es una pregunta, Genya, aparte que aceptaste ser mi Omega - habló para ver cómo el Omega le tiraba la comida a la cara y salía corriendo de la cabaña, algo que dio igual porque al rato había vuelto gracias a Nakime que le contactó Muzan.

Muzan agarró las manos del Omega, poniéndolas encima de la cabeza y con la otra bajando la parte de arriba del kimono, dejando visible mejor su cuello. Muzan espesó a lamer la parte donde mordería, ignorando los gritos del Omega que al rato pasaron a súplicas y llanto por parte del Omega pidiendo que no lo hiciera. Genya gritaba ahora por ayuda, sin ver que nadie pensaba por esa puerta, sintió como se le clavan los colmillos. En ese momento gritó con más fuerza, casi quedando afónico, hasta que sintió como la cabeza de Muzan se apartó. Había llegado alguien a su rescate...

En busca de un Omega / Omegaverse/ Muzan x genyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora