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Faltaba menos de una hora para las 17:00, ya había salido de mi casa para ir a buscar a la _____, estaba esperando que llegara una micro para ir, no vivíamos ni muy lejos ni muy cerca del otro.

Me siento más nervioso que la cresta, ando todo tiriton.

— Wena po, sapoculiao-shima — Lo que me faltaba, pillarme al weon del Tobio.

— Hola — Este culiao es más molestoso que la chucha, así que ni por decirle que voy a ver a la _____.

— ¿A donde vai? — Me preguntó.

— Por ahí noma.

— Pa qué tanto secreto — Por favor que no tomemos la misma micro — Yo voy a ir a comprar unas rodilleras nuevas, me hice pico la rodilla el otro día.

— Fuiste weon noma, si dema que alguien tenía rodilleras de sobra.

— Es que no me gusta ocupar las cosas de los demás — Me respondió, mentiroso culiao, si bien que me roba los polerones.

— Ah, mira tu — Dije y justo llegó la micro que me servía.

— ¿Vai a tomar esta? Tai de suerte, porque también me sirve — Con el Kageyama al lado no me voy a poder mentalizar para ir con la _____, me quejo internamente.

— Cueita — Me subí a la micro, con el Tobio atrás mío y me fui a sentar a los asientos de al final.

— Ya po, dime ¿A dónde vai? — Se sentó al lado mío.

— Weon sapo.

— Uy ¿Vai a ver a alguna minita acaso? — Se rió, conchetumare, mis mejillas ardieron y para que no se diera cuenta, giré la cabeza para ver la ventana — ¿Tsukishima?

— Quédate callao, aweonao.

— ¿Vai a ver a una mina de verdad?

— Qué te importa — El Kageyama se quedó callado por un rato, hasta que me giré para verlo, me miraba incrédulo.

— ¿Quién es? ¿A quién vai a ver? — Me puse los audífonos para ignorarlo — Eri pesao, con estos amigos pa que enemigos — El también se puso los audífonos.

Ahora que el Tobio de había quedado en silencio, podía ordenar mis pensamientos.

¿Cómo la debería saludar? ¿Le digo hola y le doy un beso en la mejilla o solo le digo hola? ¿Camino atrás o al lado de ella? ¿Los temas de conversación del Suga de verdad funcionarán? ¿Se dará cuenta que estoy nervioso? ¿Qué ropa se habrá puesto? ¿Yo me veré bien?

El camino fue más corto de lo que esperaba y ya me tenía que bajar, así que me paré.

— ¿Vai a ver a la _____? — Me preguntó el Kageyama, yo le paré el dedo nomas y me bajé de la micro.

Comencé a caminar altiro, ni siquiera volteé a ver a la micro en donde iba mi amigo, pero de inmediato comenzaron a llegar notificaciones a mi celular.

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miope ⋆ tsukishima keiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora