Arritmia - TOMO 1 (+18)

Capítulo 37 - ¡Feliz Cumpleaños hermanitaaaa!

Chloe Mitchell

Christopher toma mi mano y juntos bajamos hasta la fiesta, al llegar el lugar está muy lleno han llegado muchos invitados y no me esperaba menos de la Sofía, total es una supermodelo, algunas personas nos miran, otras murmuran y es que Christopher también tiene su fama, lo bueno es que es un evento privado y nadie se atrevería a molestar a la familia Hale, son dueño de medio mundo.

Adri nos indica que nos sentemos en una mesa, pues esa es la mesa de la familia de la cumplañera, depronto la musica para, las luces apuntan al pasillo y Adara sale luciendo un hermoso vestido largo de color dorado, el cual tiene una apertura en su muslo derecho, se ve espectacular, parece un angel. El único fotógrafo autorizado por la familia le toma fotos y es que enserio se ve hermosisima.

Todos le aplauden y no es para menos, se ve hermosa. Adara empieza a saludar a todos sus invitados.

— Hola sobrino querido — llega una señora a saludar a Chris, es bonita, de pelo rubio y ojos claros. Le da un beso en la mejilla.

— Hola tía — le responde Chris — Mira, ella es Chloe, mi novia

— Es un placer señora ...

— Amanda, llamame Amanda, mis hijas me hablaron de ti, soy la mamá de las gemelas, de París y Luciana

— Si, las conocí en la tarde, son encantadoras — igual que tu, tienes un color de cabello hermoso, me recuerda a mi querido Bastian.

— Ahora que lo menciona tía es verdad — comenta Chris — Tu color de cabello es muy parecido al del tio Bastian, el falleció hace cinco años

— Lo lamente mucho

— Yo también querida, no sabes como extraño a ese viejo — dice un poco melancólica — voy a saludar a tu madre, sobrino querido — dice y se va.

— A ella le dio muy duro perder a mi tío Bastian, hasta ahora ha salido de su depresión

— Debe ser muy duro para ella perder al ser que amas

— Si, no se que haría si yo te perdiera — me tomó de la cintura y me dio un beso.

— No pienses en eso — acaricio su rostro.

La fiesta estaba en pleno apogeo. Las luces rosadas iluminaban el área de la piscina, creando un ambiente mágico. Las risas y conversaciones llenaban el aire mientras la música suave se deslizaba por el espacio. Me sentía un poco abrumada por toda la atención y el glamour, pero tener a Christopher a mi lado hacía que todo valiera la pena.

Estábamos sentados en una mesa cercana a la piscina, charlando con algunos de los invitados, cuando de repente, una melodía familiar comenzó a sonar. Era una canción de bachata de Romeo Santos. Christopher se levantó y me ofreció su mano.

— ¿Me concederías este baile? —me preguntó con una sonrisa que me hizo sentir como la única persona en el mundo.

Tomé su mano y lo seguí hasta la pista de baile improvisada junto a la piscina. Cuando comenzó a guiarme en los pasos de la bachata, todo lo demás desapareció. Sus manos firmes pero suaves en mi cintura, la cercanía de nuestros cuerpos y el ritmo sensual de la música crearon una burbuja mágica alrededor de nosotros.

Cada movimiento era perfecto, como si hubiéramos nacido para bailar juntos. Sentía su respiración en mi cuello, y el calor de su cuerpo contra el mío. No podía evitar sonreír mientras nos movíamos al compás de la música, completamente en sintonía. A cada giro y paso, mi corazón latía más rápido, no solo por el baile, sino por la conexión profunda que sentía con él.