Me desperté con los primeros rayos de sol entrando tímidamente por la ventana, podía escuchar la respiración suave de Charlie a mi lado, quien me tenía rodeada la cintura con sus brazos. Todo parecía tan normal y, al mismo tiempo, completamente diferente.
El día anterior seguía fresco en mi mente, como un sueño cálido que aún no quería dejar ir. La fiesta, las risas y las miradas llenas de amor de todos los que estaban allí.
Por días, había sentido que el secreto nos envolvía como un capullo, algo solo nuestro, íntimo, casi sagrado. Pero anoche, al compartirlo con nuestra familia y amigos, sentí que ese capullo se rompía y daba paso a algo aún más hermoso. Ahora, no estábamos solos. Este bebé, aunque todavía tan pequeño, ya era profundamente amado por tantas personas.
Me giré hacia Charlie. Dormía con el rostro relajado, los labios curvados en una leve sonrisa. Lo observé un momento, preguntándome qué estaría soñando. Quizás con el bebé, con todo lo que nos esperaba. O quizás, simplemente, con los wafles que había prometido hacerme esta mañana.
La fiesta había sido perfecta, mucho más de lo que podría haber imaginado. Las bromas, los abrazos, incluso las lágrimas felices de la mamá de Charlie y mi madre... Todo se sentía como un cálido recordatorio de que, pase lo que pase, tenemos un equipo increíble a nuestro lado.
Pero más allá de la emoción, también sentía un peso nuevo, aunque no desagradable. Era como si, con cada sonrisa y felicitación, la realidad se hiciera más tangible. Este bebé ya no era solo un sueño o una idea; era nuestro futuro, nuestra responsabilidad. Y aunque eso me asustaba un poco, también me llenaba de un profundo sentido de propósito.
Decidí que ya era hora de levantarme así que me dirigí a la cocina para poder cocinar el desayuno. Mientras buscaba los ingredientes, sentí unos pasos pesados acercándose y, segundos después, unos brazos rodearon mi cintura.
- ¿Estás intentando escaparte sin mí?.- murmuró Charlie contra mi cuello, su voz aún cargada de sueño.
Sonreí y me giré en sus brazos para mirarlo. Tenía el cabello completamente despeinado y los ojos todavía medio cerrados.
- Solo quería hacer el desayuno antes de que despertaras.- dije, apoyando las manos en su pecho.
- Mmm... suena bien.- dijo, pero en lugar de soltarme, me abrazó más fuerte.- Aunque creo que prefiero cinco minutos más así.- me dice.
Reí, pero no me aparté.
- Si no me dejas cocinar, no habrá desayuno.- le digo.
- Dura negociación.- murmuró antes de suspirar y soltarme.- Está bien, ¿Qué puedo hacer para ayudar?.- me pregunta.
- Puedes hacer el café.- dije, señalando la cafetera.
Charlie asintió y se puso manos a la obra mientras yo seguía con el desayuno. La cocina se llenó del aroma del café recién hecho. Todo se sentía tan normal y a la vez tan diferente.
- ¿Cómo crees que será?.-preguntó Charlie de repente, apoyándose contra la encimera con su taza de café en la mano.
- ¿El desayuno?.- le pregunto curiosa mientras revuelvo los ingredientes.
- No, nuestro bebé.- me dice riendo.
Me detuve por un momento, pensándolo.
- Creo que tendrá tu sonrisa y tu manía de hablar dormido.-bromeé.
Charlie puso una expresión dramática.
- ¡Eso es un mito!.- me dice.
- Charlie, la otra noche estabas convencido de que estabas luchando contra un dragón.

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You bring me home (Charles Gillespie)
RomanceElla una chica cualquiera que viendo una serie se enamora del protagonista. El un actor que interpreta a un fantasma en la nueva serie de netflix Julie and the phantoms. ¿Se conocerán? ¿En que circunstancias? ¿Triunfará el amor a fin de cuentas...