𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟕

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𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐓𝐀 𝐄𝐍 𝐂𝐎𝐍𝐅𝐔𝐒𝐈Ó𝐍

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Violeta

Las últimas semanas habían sido un torbellino de emociones para mí. Cada carta que recibía de mi misteriosa amiga del fútbol resonaba en lo más profundo de mi corazón. Sus palabras eran cómo una ventana a su alma, y me sentía cada vez más conectada a ella. Sin embargo, la incertidumbre de no saber quién era me estaba volviendo loca.

Estaba sentada en mi balcón una tarde soleada, con una taza de té en las manos y la mente llena de pensamientos. Las palabras de su última carta seguían resonando en mi cabeza, trayendo consigo una mezcla de emociones difíciles de descifrar.

Querida Violeta,

Tus cartas han sido una fuente constante de alegría y reflexión para mí. Es un honor conocer a alguien con tanta pasión y amor por la vida. Me encanta saber que encuentras facilidad en las pequeñas cosas, y que siempre buscas algo nuevo por descubrir.

Quiero ser honesta contigo. Desde la primera vez que te vi en el estadio, sentí algo especial. Tu energía y pasión por el fútbol me llamaron la atención de una manera que nunca había experimentado antes. Aunque no nos conocemos en persona, siento que a través de nuestras cartas he llegado a conocerte de una manera muy profunda.

Tus palabras me han tocado de una manera que no puedo describir. Siento una conexión contigo que va más allá de lo que he sentido antes. No sé cómo lo tomes, pero necesitaba decirte que me importas, más de lo que te imaginas.

No estoy lista para revelar mi identidad todavía, pero quería que supieras lo que siento. Espero que mis palabras no te asusten, sino que te hagan sentir lo especial que eres.

Con todo mi afecto, una amiga del fútbol.

Cerré los ojos por un momento y dejé que sus palabras se hundieran en mi corazón. Sentía una conexión profunda con esta amiga del fútbol, alguien que había llegado a significar mucho para mí sin haberla visto nunca. Pero a medida que crecían mis sentimientos, también crecía la confusión.

¿Quién era realmente esta persona? ¿Por qué decidía mantener su identidad en secreto? Cada vez que pensaba en ella, una mezcla de emoción y duda se apoderaba de mí. Por un lado, quería seguir conociéndola, continuar este intercambio que había traído tanta alegría a mi vida. Por otro lado, la incertidumbre me pesaba. No saber quién estaba detrás de esas palabras tan sinceras me hacía dudar de todo.

Decidí hablar con mi mejor amiga, Laura, sobre mis sentimientos. Ella siempre tenía la capacidad de escucharme y ayudarme a encontrar claridad en medio del caos emocional.

Esa noche, mientras cenábamos en mi apartamento, le conté todo sobre las cartas y cómo me sentía.

-Laura, es tan extraño. Estoy desarrollando sentimientos por alguien a quien nunca he visto en persona. Sus cartas son tan sinceras y emotivas, pero no sé quién es realmente. A veces me siento tan confundida -le confesé, buscando consuelo en sus ojos compresivos.

Laura asintió con calma, sabiendo exactamente cómo me sentía.

-Violeta, es completamente comprensible que te sientas así. Estás es una situación única, pero eso no invalida tus sentimientos. Lo importante es cómo te hace sentir esta conexión, más allá de quién sea ella.

Sus palabras resonaron en mí. Era cierto, lo que importaba era cómo me hacía sentir. La conexión que compartíamos a través de nuestras cartas es real, y eso no podía negarlo. Decidí seguir adelante, dejando de lado mis dudas y abrazando la emoción que sentía al leer sus palabras.

Esa noche, después de que Laura se fuera, escribí una carta para mi amiga del fútbol. Quería asegurarle que estaba dispuesta a continuar este viaje juntas, sin importar quién fuera ella realmente. Era nuestra conexión lo que importaba, y estaba lista para aceptarla completamente.

Querida amiga del fútbol,

Tus palabras siempre han sido como un rayo de sol en mi vida. Aunque la incertidumbre de no conocerte en persona sigue siendo un desafío, quiero seguir adelante. Quiero seguir conociendo más de ti, de tus pensamientos y emociones. Estoy dispuesta a aceptar nuestra conexión tal como es, sin necesidad de conocer tu identidad por ahora.

Me siento afortunada de haber encontrado a alguien con quien compartir mis pensamientos más profundos, mis sueños y mis alegrías. Espero que sigamos construyendo esta relación única y especial, donde nuestras palabras nos unan más allá de las distancias.

Con todo mi cariño, Violeta.

Dejé la carta en el buzón del parque esa misma noche, sintiendo una paz interior que no había sentido en días. Estaba lista para seguir adelante con este viaje, sabiendo que la incertidumbre no podía robarme la felicidad que estas cartas me brindaban.

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▪ Salen las dudas de Violeta, pero en nada conocerá quién está detrás de esas cartas.

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▪ Hasta la próxima actualización

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𝐓𝐑𝐀𝐙𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐏𝐀𝐏𝐄𝐋 • Aitana BonmatíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora