𝐓𝐑𝐀𝐙𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐏𝐀𝐏𝐄𝐋 • Aitana Bonmatí

𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟗

𝐋𝐀 𝐒𝐎𝐑𝐏𝐑𝐄𝐒𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐅É

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Violeta

El día había llegado. Desde que había aceptado la invitación para encontrarnos en el café del centro, mi mente había estado llena de emociones encontradas. Había llegado temprano, sintiendo que cada minuto era una eternidad mientras esperaba su llegada.

El café estaba tranquilo esa tarde, con el murmullo suave de conversaciones de fondo y el aroma reconfortante del café recién hecho llenando el aire. Me senté nerviosa en una esquina, jugueteando con la servilleta en mis manos mientras mi corazón latía desbocado.

Cuando la puerta se abrió y vi a Aitana entrar, mi corazón dio un vuelco. Reconocí de inmediato su figura, esa misma energía que había captado mi atención en el estadio. Estaba vestida con una camisa casual y unos vaqueros, su cabello recogido en una coleta alta. Era ella, la estrella del fútbol femenino que admiraba desde lejos, pero que ahora estaba frente a mí de una manera completamente diferente.

Mis ojos se encontraron con los suyos mientras se acercaba con una sonrisa tímida en los labios. Podía ver la emoción en su mirada, una mezcla de nerviosismo y expectación. Mi garganta se apretó un poco mientras me levantaba para saludarla.

-Violeta, hola -dijo Aitana, extendiendo la mano hacia mí.

-Hola, Aitana -respondí, sintiendo mi voz un poco más débil de lo habitual. Estaba tan sorprendida como emocionada por finalmente conocer a la persona detrás de esas cartas que habían llenado mis días de alegría y reflexión.

Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana, el sol de la tarde filtrándose entre las cortinas. Había un breve momento de silencio mientras nos mirábamos, ambas procesando la realidad del encuentro.

Finalmente Aitana rompió el silencio.

-No puedo creer que finalmente estemos aquí, cara a cara. Ha sido increíble conocerte a través de nuestras cartas, Violeta.

Asentí con una sonrisa nerviosa.

-Lo mismo digo, Aitana. Nunca habría imaginado que tú... eras la persona detrás de las cartas. Es una sorpresa maravillosa.

Aitana rió suavemente, una risa cálida que hizo que mi corazón se calmara un poco.

-Sí, supongo que soy bastante buena manteniendo secretos. Pero no pude resistir la oportunidad de conocerte después de sentir esa conexión contigo.

Tomé un sorbo de mi café, sintiendo cómo el calor reconfortante se extendía por mi cuerpo.

-Me alegro de que decidieras dar el paso. Ha sido una experiencia única.

Nos sumergimos en una conversación fluida después de eso. Hablamos de todo: nuestros pasatiempos, nuestras familias, nuestras carreras. Descubrí que había mucho más en Aitana de lo que mostraba su imagen pública como futbolista. Era una persona profunda, apasionada por muchas cosas más allá del fútbol.

Durante todo el encuentro, no podía evitar mirarla de vez en cuando, maravillada por la persona real detrás de la estrella. Era humilde, genuina e increíblemente comprensiva. Me sentía afortunada de estar sentada frente a ella, compartiendo este momento que nunca olvidaría.

Al final de la tarde, cuando nos despedimos en la puerta del café, Aitana me miró con una expresión suave en el rostro.

-Gracias por aceptar conocerte, Violeta. Estoy ansiosa por seguir conociéndote, sin las cartas esta vez.

Sonreía, sintiendo una calidez en mi pecho.

-Yo también, Aitana. Gracias por ser tan honesta y por hacer que este encuentro fuera tan especial.

Nos despedimos con un abrazo rápido y nos separamos, cada una con una sonrisa en el rostro. Mientras caminaba hacia mi casa esa noche, no pude evitar sentir que este era solo el comienzo de algo hermoso entre nosotras.

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▪ Por fin el encuentro esperado, ya se conocen en persona.

▪ Espero que os vaya gustando la historia.

▪ Hasta la próxima actualización

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