𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟎

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𝐂𝐎𝐍𝐕𝐄𝐑𝐒𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐒𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐋𝐓𝐑𝐎𝐒

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Aitana

Después del inicial nerviosismo y la sorpresa mutua de encontrarnos en persona, Violeta y yo nos sumergimos en una conversación que fluyó de manera natural. Nos sentamos en el acogedor café, rodeadas por el murmullo suave de las conversaciones a nuestro alrededor, pero nuestro mundo estaba centrado solo en nosotras dos.

Tomé un sorbo de mi café mientras observaba a Violeta, queriendo expresar con palabras lo que había sentido desde aquel primer encuentro en el estadio. Decidí comenzar la conversación, tratando de transmitirle mis sentimientos de la manera más sincera posible.

-A veces siento que mi vida está tan entrelazada con el fútbol que es difícil separar quién soy realmente fuera del campo -comencé, buscando sus ojos para asegurarme de que captara mi sinceridad. -Pero cuando te vi en aquel partido, Violeta, algo cambió dentro de mí. Tu pasión por el juego, tu entusiasmo genuino, me atraparon de una manera que no puedo explicar.

Violeta asintió con atención, sus ojos reflejando curiosidad y entendimiento.

-Yo... siempre he amado el fútbol. Para mí, no es solo un deporte, es una parte fundamental de quién soy. Ver un partido en vivo, sentir la emoción en el aire, es como encontrar un lugar donde realmente pertenezco -confesó, su voz llenando el espacio entre nosotras con sinceridad.

Sus palabras resonaron conmigo profundamente.

-Exactamente -respondí, sintiendo que había encontrado a alguien que entendía mi conexión con el juego de una manera que pocos podrían comprender. -Cuando te vi, sentí que compartíamos esa misma conexión, esa misma intensidad por el fútbol. Y cuando comencé a escribirte esas cartas, quería asegurarme de que me conocieras más allá de la imagen que la fama podría proyectar.

Violeta sonrió con dulzura.

-Las cartas fueron un regalo. Me hicieron sentir valorada de una manera que nunca había experimentado antes. Y cuando leí tus palabras, sentía que realmente me entendías.

Nos sumergimos más en la conversación, compartiendo nuestras experiencias de vida, nuestras ambiciones y nuestros miedos. Descubrí que Violeta era una persona con una profundidad y una sensibilidad que iba mucho más allá de su amor por el fútbol. Hablamos sobre nuestras familias, nuestras amistades y las cosas simples que nos hacían felices.

Fue liberador hablar con alguien que no me veía solo como Aitana Bonmatí, la futbolista, sino como alguien más allá de eso. Violeta me hizo sentir cómoda para ser yo misma, sin la presión de la fama o las expectativas externas.

-Espero que puedas verme más allá de mi imagen pública y realmente conocerme como soy, Violeta -dije con una sonrisa sincera.

-Así es como quiero conocerte, Aitana. No como la estrella del fútbol, sino como la persona increíble que eres -respondió con calidez, sintiendo que nuestras conexiones emocionales se fortalecían con cada palabra compartida.

Nuestro encuentro en el café no solo confirmó mis sentimientos que habíamos desarrollado a través de nuestras cartas, sino que también abrió la puerta de una nueva fase en nuestra relación. Estaba emocionada por seguir conociendo a Violeta, por explorar lo que el futuro podría depararnos sin las barreras que la fama a veces imponía.

Al final de la tarde, nos despedimos con la promesa de mantenernos en contacto y planificar otro encuentro pronto. Caminé a casa con el corazón lleno de alegría y gratitud por haber encontrado a alguien tan especial como Violeta, alguien con quien podía compartir mi vida más allá de los reflectores del estadio.

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▪ Comenten si os va gustando y la estáis disfrutando.

Quería subir este capítulo, no estaba en mis planes, pero después de ver la derrota de las chicas, quería dejar esto como regalo.

Ahora solo queda luchar por el bronce.

▪ Hasta el próximo

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𝐓𝐑𝐀𝐙𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐏𝐀𝐏𝐄𝐋 • Aitana BonmatíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora