𝐓𝐑𝐀𝐙𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐏𝐀𝐏𝐄𝐋 • Aitana Bonmatí

𝐄𝐏Í𝐋𝐎𝐆𝐎

𝐄𝐋 𝐓𝐄𝐒𝐎𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀𝐒 𝐂𝐀𝐑𝐓𝐀𝐒

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Violeta y Aitana vivieron su amor con la misma intensidad y pasión con la que perseguían sus sueños individuales. Después de la celebración de su compromiso, sus vidas continuaron entrelazadas en una danza de complicidad, amor y apoyo mutuo.

Cada día se despertaban con la certeza de que estaban haciendo realidad sus sueños juntas. Aitana seguía brillando en el campo de fútbol, inspirando a muchas con su dedicación y habilidades excepcionales. Violeta continuaba disfrutando del fútbol desde las gradas y en la vida cotidiana, encontrando belleza en cada momento compartido con Aitana.

Las cartas anónimas que habían marcado el inicio de su historia de amor ahora se guardaban con cariño en un lugar especial de su hogar. Eran un tesoro lleno de palabras sinceras y promesas de amor eterno, recordándoles siempre cómo había comenzado todo.

Su relación creció con el tiempo, enfrentando desafíos y celebrando victorias juntas. Aprendieron a superar obstáculos con paciencia y comprensión, fortaleciendo su vínculo con cada experiencia compartida.

A lo largo de los años, construyeron una vida llena de momentos memorables: viajes juntas por el mundo, apoyándose en los momentos difíciles, celebrando los logros personales y profesionales de cada una. Siempre encontraban tiempo para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida: una tarde tranquila en casa, una caminata por el parque, o simplemente estar juntas en silencio, sabiendo que no necesitan palabras para entenderse.

El amor que compartían era su refugio y su fuerza. Se sostenían mutuamente en cada paso del camino, celebrando su individualidad y celebrando su unión. Habían encontrado en la otra no solo a su pareja perfecta, sino a su mejor amiga, confidente y compañera de vida.

Mientras el tiempo pasaba y sus cabellos se volvían plateados, siguen amándose con la misma pasión y ternura del primer día. Sabían que su amor era un regalo precioso que debían cuidar y proteger, y lo hicieron con todo su corazón hasta el final de sus días.

Las cartas anónimas, ahora amarillentas por el tiempo pero llenas de amor eterno, continuaban siendo un testimonio silencioso de cómo dos almas se encontraron y se enamoraron a través de palabras escritas con el corazón. Aitana y Violeta vivieron su amor con la certeza de que habían encontrado su hogar en los brazos de la otra, donde el amor florecía y la felicidad brillaba como el sol en un día claro de verano.

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▪ Aquí nos despedimos de nuestras chicas.

▪ Deciros que ya tenéis disponible el prólogo de mi nueva historia con Alexia, AMOR REAL, espero que la apoyéis y os guste.

▪ Quería aprovechar y preguntaros si os gustaría que subiera más historias con Aitana. Con Ona Batlle ya tengo dos pensadas y una será publicada después de terminar el primer libro de Alexia, pero me gustaría saber vuestra opinión para futuras historias, con quien os gustaría que fuera, que os gustaría ver!! Espero vuestras respuestas.

▪ Nos vemos en futuros capítulos

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