Todos tenemos secretos

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El sol se estaba poniendo sobre Madrid cuando Ruslana se despidió de Noelia y comenzó a caminar hacia su casa. Sus pensamientos estaban ocupados con las palabras de Noelia, y una sensación de tranquilidad la acompañaba. Sin embargo, esa paz se vio interrumpida al doblar una esquina y encontrarse cara a cara con Emma.

—Ruslana— dijo Emma, con un tono de voz que denotaba enfado y algo más, una mezcla de celos y desesperación.—Necesito hablar contigo.

La castaña se detuvo y cruzó los brazos.—¿Qué quieres ahora?

Emma se acercó, su rostro serio y sus ojos azules brillando con una mezcla de determinación y vulnerabilidad. —No quiero verte con Noelia nunca más. Ni mensajes, ni encuentros, ni nada. Si no me haces caso, todo el mundo va a enterarse de lo vuestro.

Ruslana soltó una carcajada amarga. —¿De lo nuestro? ¿Qué te hace pensar que tienes derecho a meterte en mi vida?

La rubia intentó mantener la compostura, pero la furia y los celos la estaban consumiendo. —Tengo derecho porque sé lo que realmente pasa. Noelia y tú os habéis estado viendo a escondidas. Si no terminas con esto, lo voy a contar todo.

Ruslana dio un paso adelante, acercándose peligrosamente a Emma. Sus labios formaron una sonrisa irónica. —¿Ah, sí? ¿Y qué vas a ganar con eso, Emma? Porque si tú abres la boca, yo también puedo decir muchas cosas sobre ti, o me las puedo inventar. Cosas que seguro no te gustaría que nadie supiera.

La ojiazul tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta. —¿Qué… qué quieres decir?

la castaña se inclinó hacia ella, susurrándole al oído con un tono provocativo. —Que todos tenemos secretos, Emma. Y el tuyo es que estás completamente loca por mí. No te atreverías a arriesgarlo todo y dejar que todos lo sepan, ¿verdad?

Emma retrocedió un paso, sus mejillas enrojeciendo. —Pero que pelicula te estas inventando Ruslana.

Ruslana rió, disfrutando del momento. —Mira Emma, sea o no pelicula, la gente me lo va a creer. Y te voy a dar un consejo: deja de meterte en mi vida, o las cosas van a ponerse muy feas para ti.

La rubia intentó responder, pero las palabras no salían. Estaba atrapada entre el odio y la atracción que sentía por la chica frente a ella. Finalmente, bajó la mirada, admitiendo la derrota. —Vale, no diré nada. Pero esto no se queda así.

Ruslana levantó una ceja. —¿Amenazas, Emma? No estás en posición de hacerlas. Ahora, si me disculpas, tengo cosas más importantes que hacer que perder el tiempo contigo.

Emma la observó mientras se alejaba, sintiéndose impotente. La rabia y los celos la consumían. No podía soportar la idea de Ruslana y Noelia juntas. Necesitaba hacer algo, pero tenía que ser cuidadosa. Si se delataba, todo su mundo podría desmoronarse.

En los días siguientes, Emma comenzó a trazar un plan para hacerle la vida imposible a Noelia sin revelar sus propios sentimientos ni delatar a Ruslana. Utilizó su influencia en el grupo de amigas para aislar a Noelia socialmente, propagando rumores y organizando actividades sin invitarla. Noelia, sintiéndose cada vez más sola y desconcertada por el cambio de actitud de Emma, comenzó a notar la creciente hostilidad.

Ruslana, por su parte, observaba los cambios en el comportamiento de Emma y Noelia. Sabía que Emma estaba detrás de todo, pero también sabía que no podía actuar de forma impulsiva. Debía encontrar una manera de proteger a Noelia y mantener a Emma a raya, sin que la situación se descontrolara.

BATALLA DE CORAZONES|    RUSLANA OT2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora