Capítulo 10

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Jennie observó el vestido de tubo de color marfil, aún envuelto en la bolsa rosa de la tintorería y colgado en el armario. Habían pasado dos semanas desde el incidente del café y, milagrosamente, la mancha había desaparecido. Antes del desastroso acontecimiento, se había puesto aquel vestido siempre que necesitaba sentirse poderosa.

Aquel era uno de esos días.

Retiró con cuidado la bolsa, como si estuviera abriendo un valioso regalo, y separó el suave tejido de la percha de madera. Lo deslizó por su cuerpo y ensayó lo que diría cuando grabaran la escena del «antes» en la habitación Lapis esa mañana.

En los últimos días, había estado repasando la historia de la habitación. Había visto dos documentales en los que aparecía el fantasma de Freen Manoban y había leído varios artículos en internet. Por supuesto, les dejaría la mayor parte del discurso sobre la historia a los Manoban, ya que era el legado de su familia, pero estaba segura de que tendría que explicar cómo su diseño realzaba la leyenda de Freen.

El problema era que no lo hacía. No se había dado cuenta mientras creaba el boceto de la habitación. Se había centrado en los conceptos de moderno y elegante, pero al enfrentarse al momento en que tendría que hablar de su inspiración, estaba en blanco.

"La elección de los tejidos recuerda a principios del siglo veinte..."

Claro.

"Miren en cómo la posición de los muebles resalta una atmósfera acogedora, casi fantasmal..."

Ni por asomo, pero quizá, si hablaba con suficiente convicción, se lo creerían. El aplomo y la confianza podían convencer a cualquiera de cualquier cosa, eso y un atuendo bien elegido. Al menos, eso era lo que su madre siempre le había enseñado y, en su profesión, había comprobado que casi siempre se cumplía.

Inspiró. Espiró. Podía hacerlo. Su plan era bueno. Era precioso y era lo que el cliente quería. Todo en el hotel estaba listo y el día sería per...

Se preguntó si debía siquiera pronunciar la palabra, pero mientras se calzaba unos zapatos nuevos de tacón negros y se miraba en el espejo, no se imaginaba nada qué pudiera salir mal.

Siempre y cuando se mantuviera alejada de Lisa Manoban y de su café matutino.

Siempre y cuando se mantuviera alejada de Lisa Manoban y de su café matutino

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—Me muero por hablar de la famosa habitación Lapis —dijo Taeyeon.

Jennie subió las escaleras del hotel, acompañada de la presentadora y seguidas por los Manoban.

Las cámaras ya estaban situadas en la planta baja, en la primera planta y al final del pasillo fuera de la habitación en cuestión, por donde Taehyung también revoloteaba fuera de plano.

—Creo que va a quedar preciosa —dijo Jennie e intentó igualar el tono relajado de Taeyeon.

—Los suelos son todo un clásico —comentó Taeyeon cuando llegaron al rellano superior—. ¿Son los originales de la casa?

She Never Fails | Jenlisa Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora