Todos somos débiles a algo o alguien, incluso el chico malo de la institución, Jeon Jungkook, quien es un claro ejemplo de ello. Su debilidad tiene nombre y apellido, además de tener la sonrisa más hermosa, su nombre es Kim Taehyung, y esta es la hi...
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Taehyung salía de la biblioteca con unos libros entre los brazos, la carga visible en su rostro a pesar de su intento de mantener una expresión serena.
Justo cuando iba a girar en una esquina, un grupo de chicos que solían ser problemáticos se le cruzó en el camino.
—¿Otra vez con esos feos libros, Taehyung? —uno de ellos dijo con sarcasmo, mirando los volúmenes con una expresión de burla. —¿No tienes nada mejor que hacer que estudiar todo el puto día?
Taehyung intentó seguir adelante, ignorándolos, pero uno de ellos le bloqueó el paso, con una sonrisa que mostraba su intención de fastidiar.
—¿Qué hace por aquí el vicepresidente de los aburridos frikis? —su voz estaba cargada de burla—. ¿Crees que te hace bien alejarte de tus ‘importantes’ responsabilidades para tratar de ser uno de nosotros en la escuela?
Taehyung apretó los dientes, su paciencia a punto de romperse—. Déjenme en paz. Tengo cosas que hacer —respondió con voz temblorosa, tratando de evitar el contacto visual.
—¿Y si no queremos dejarte en paz? —preguntó uno de ellos mientras le daba un empujón suave pero evidente—. ¿Te crees mejor que nosotros solo porque tienes un título? ¿Qué pasa, Taehyung? ¿Acaso tienes miedo de los verdaderos chicos malos?
El empujón hizo que los libros se deslizaran de los brazos de Taehyung, cayendo al suelo con un estruendo sordo. El rostro del joven se puso pálido y sus ojos empezaron a brillar con lágrimas contenidas. A pesar de su esfuerzo por mantener la compostura, su voz se quebró.
—Por favor, solo déjenme ir.
El grupo comenzó a reírse, sintiendo que habían ganado la partida—. Mira, el gran vicepresidente y mejor alumno de la escuela está a punto de llorar —se burló uno de ellos—. ¿No te has dado cuenta de que nadie te respeta y nadie lo hará jamás? No puedes hacer nada para cambiar eso, friki.
En ese momento, un sonido de pasos fuertes y apresurados se escuchó al final del pasillo.
Jungkook apareció con su habitual postura desafiante, su mirada fija en el grupo de chicos con una intensidad que no pasaba desapercibida.
—¿Qué están haciendo aquí? —preguntó Jungkook con una voz que no dejaba lugar a dudas sobre su descontento. Los chicos se detuvieron de inmediato, sorprendidos por su presencia.
Uno de ellos intentó mantener la actitud desafiante, pero la mirada de Jungkook hizo que se quedara sin palabras. —Solo estábamos… simplemente estábamos hablando un poco con Taehyung —dijo nerviosamente, mientras trataba de recuperar la compostura.
—¿Hablando? —replicó Jungkook, acercándose con paso firme—. Parece más bien que estaban molestando a alguien que claramente no quiere problemas.
El grupo de chicos intercambió miradas incómodas y, sintiendo la presión, comenzaron a alejarse lentamente.
—No te preocupes, Jungkook. Solo estábamos bromeando un poco —murmuró uno de ellos antes de dar media vuelta y marcharse rápidamente.
