Todos somos débiles a algo o alguien, incluso el chico malo de la institución, Jeon Jungkook, quien es un claro ejemplo de ello. Su debilidad tiene nombre y apellido, además de tener la sonrisa más hermosa, su nombre es Kim Taehyung, y esta es la hi...
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El sol brillaba intensamente sobre el campus, iluminando el día tan esperado del intercolegial. La escuela estaba llena de energía, con risas y murmullos de emoción que se mezclaban en el aire. Las banderas de colores y los estandartes decoraban los pasillos, mientras los estudiantes de las otras escuelas exploraban los puestos de comida y las actividades.
—¡No puedo creer que ya estamos aquí! —exclamó Jimin, mientras se apresuraba a colocar algunos globos que faltaban—. Esto es increíble.
Namjoon, se acercó rápidamente con una expresión de preocupación. —Recuerda, Jimin, necesitamos asegurarnos de que todo esté en su lugar antes de que lleguen los jueces. No podemos permitirnos que nada salga mal hoy.
—Sí, tranquilo. Le diré a Hoseok que venga a ayudarme con esto.
Namjoon movió la cabeza en un asentimiento. —Bien, también llama a los demás —pidió, Jimin rápidamente fue en busca de los demás.
Taehyung, con una lista de tareas en la mano y un semblante de concentración, se acercó luego a Namjoon. —Ya he revisado la zona de registro, pero necesitamos más voluntarios para controlar el acceso al área de los eventos. ¿Puedes ocuparte de eso?
Namjoon asintió. —De acuerdo. Yo me encargaré de eso mientras tú te aseguras de que todo el equipo esté listo para el partido de baloncesto.
En la cancha, Jungkook se preparaba para el partido. Sus compañeros de equipo estaban reunidos, realizando los últimos estiramientos y revisando las estrategias.
—¡Vamos, Jungkook! ¡Tenemos que dar un buen espectáculo! —gritó uno de sus compañeros, mientras ajustaba su uniforme.
Jungkook, con su mirada fija en el campo, asintió sin levantar la vista. —Solo mantengan la calma y sigan el plan. Si jugamos juntos, podemos ganar esto.
Taehyung, al pasar cerca de la cancha, observó a Jungkook con una mezcla de nerviosismo y admiración. No pudo evitar sonreír al ver el enfoque decidido del chico.
—¿Todo bien, Taehyung? —preguntó Namjoon, acercándose a él mientras revisaba la lista de tareas.
—Sí, todo bajo control —respondió Taehyung, sin apartar la vista de Jungkook—. Solo espero que el partido vaya bien. No puedo evitar sentirme orgulloso de cómo se ha preparado.
Namjoon sonrió con complicidad. —Lo has visto entrenar mucho. Estoy seguro de que hará un gran trabajo.
Con el pitido del árbitro, el partido de baloncesto comenzó. La energía en la cancha se intensificó rápidamente, y el ruido de la multitud se hizo ensordecedor en todo el lugar.
Jungkook se movía con determinación, sus habilidades en el juego destacando mientras lideraba a su equipo.
Desde la línea de banda, Taehyung animaba con entusiasmo. —¡Vamos, Jungkook! ¡Tú puedes!
