Todos somos débiles a algo o alguien, incluso el chico malo de la institución, Jeon Jungkook, quien es un claro ejemplo de ello. Su debilidad tiene nombre y apellido, además de tener la sonrisa más hermosa, su nombre es Kim Taehyung, y esta es la hi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jungkook salió del edificio principal de la escuela y se despidió de Taehyung con una sonrisa discreta.
Mientras caminaba por el pasillo en dirección a su salón de clases, sus pensamientos estaban ocupados por aquel chico que lo tenía suspirando día y noche. Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida cuando vio a lo lejos al grupo de chicos que solían acosar a Taehyung.
Se estaban dirigiendo hacia la biblioteca, el lugar donde Taehyung solía estudiar y, por coincidencia, también se encontraba justo en su camino.
Un escalofrío recorrió la espalda de Jungkook. Sin pensarlo dos veces, aceleró el paso y los siguió, preocupado por lo que pudiera estar ocurriendo. Al girar en uno de los pasillos, lo que encontró le hizo el corazón latir con fuerza.
Los chicos estaban rodeando a Taehyung, quien se mantenía firme a pesar de la evidente amenaza. Jungkook observó cómo Taehyung se defendía con determinación; con un movimiento preciso, le dio un rodillazo al chico que tenía enfrente, dejándolo visiblemente adolorido y tambaleándose hacia atrás.
Jungkook se quedó paralizado por un momento, sorprendido por la ferocidad y la habilidad de Taehyung en la defensa propia. Sin embargo, su sorpresa pronto se convirtió en una creciente furia cuando vio a otro de los chicos levantando el puño, listo para golpear a Taehyung.
Sin dudarlo, Jungkook se acercó rápidamente, interviniendo con una autoridad que solo el deseo de proteger podría darle. Su presencia, imponente y decidida, hizo que el grupo de matones se detuviera en seco, el asombro reemplazando la actitud despectiva en sus rostros.
Jungkook, con el ceño fruncido y una mirada dura, se interpuso entre Taehyung y el agresor.
No necesitó decir una palabra; su postura y la intensidad en sus ojos dejaban claro que no toleraría ninguna agresión más. El ambiente en el pasillo cambió de inmediato, y el grupo de chicos, viendo la determinación en los ojos de Jungkook, no dudaron en imponerse ante él.
Jungkook había logrado dispersar al grupo de matones, pero la tensión aún no se había disipado por completo.
Uno de los chicos, el más osado y con un aire de arrogancia que parecía desafiar a todo el mundo, permaneció al margen. Con una sonrisa burlona y un tono despectivo, comenzó a lanzar comentarios hirientes sobre Taehyung, incapaz de ocultar su desprecio.
—¿De verdad crees que puedes proteger a ese inútil? —se mofó el chico, sus palabras cargadas de sarcasmo—. Solamente míralo, parece que siempre está en el fondo de la fila para las chicas —se detuvo—. Ah, no, que le gustan las pollas, lo había olvidado ¿Cómo crees que alguien como él podría ser importante?
Jungkook, que había estado observando el intercambio con creciente enojo, no pudo contenerse más.
Su mirada se endureció y sus puños se apretaron a sus costados. El comentario despectivo sobre Taehyung fue la gota que colmó el vaso. Sin pensarlo, dio un paso hacia el chico, su determinación palpable en cada movimiento.
