Todos somos débiles a algo o alguien, incluso el chico malo de la institución, Jeon Jungkook, quien es un claro ejemplo de ello. Su debilidad tiene nombre y apellido, además de tener la sonrisa más hermosa, su nombre es Kim Taehyung, y esta es la hi...
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Después de la violenta confrontación y la conmoción que había sacudido a la escuela, el consejo estudiantil y los administradores se enfrentaron a la presión implacable de los padres de Taehyung.
La expulsión del chico que lo había golpeado fue inminente, y la escuela también suspendió a los demás agresores, quienes quedaron excluidos del evento de último año.
Al regresar a clases después de tres días, Taehyung se encontró con un pasillo lleno de murmullos. Sus amigos más cercanos, Yoongi y Jin, estaban esperando ansiosos cerca de su casillero. Cuando Taehyung apareció a lo lejos, Yoongi y Jin intercambiaron miradas de alivio antes de correr hacia él.
—¡Taehyung! —gritó Yoongi, corriendo hacia él y envolviéndolo en un fuerte abrazo—. Te hemos echado mucho de menos.
Taehyung, sorprendido por la calidez del recibimiento, esbozó una sonrisa tímida. —También los extrañé a ustedes.
Jin se acercó rápidamente y le dio una palmadita en la espalda. —No sabes cuánto nos preocupamos. ¿Cómo te sientes ahora?
—Un poco mejor, gracias —respondió Taehyung, tratando de ocultar su cansancio—. Ha sido un tiempo difícil, pero estoy bien ahora.
Yoongi frunció el ceño, pero su expresión se suavizó. —¿Estás seguro de que puedes con todo esto? Sabes que si necesitas hablar o cualquier cosa, estamos aquí para ti.
Taehyung asintió con gratitud. —Lo sé, y realmente lo aprecio mucho. Solo necesito volver a la rutina y seguir adelante. Al fin y al cabo el intercolegial fue un éxito y deberíamos celebrar que ganamos.
Jin sonrió con optimismo. —¡Eso es lo que queríamos escuchar! Vamos, ¿te apetece sentarte con nosotros? Tenemos mucho de qué ponernos al día.
Mientras se dirigían al comedor de la escuela, Yoongi y Jin continuaron charlando animadamente, intentando distraer a Taehyung de cualquier inquietud. Las risas y el bullicio de sus amigos ayudaron a Taehyung a sentirse más ligero.
Una vez en el comedor, se acomodaron en una mesa vacía y Yoongi no pudo evitar preguntar: —¿Cómo te has sentido al volver a ver a todos? ¿Hay algo que te gustaría compartir?
Taehyung miró a sus amigos y, con una sonrisa sincera, respondió: —La verdad es que me siento muy afortunado de tenerlos a ustedes. Sus palabras y su apoyo han sido una gran ayuda. Gracias por estar siempre a mi lado.
Jin asintió, con un brillo en sus ojos. —Siempre estaremos aquí para ti, Taehyung. No importa lo que pase, somos un equipo.
Con esa promesa flotando en el aire, Taehyung se sintió más fuerte. Aunque el camino aún era incierto, el respaldo de sus amigos le dio la esperanza necesaria para enfrentar los desafíos que se avecinaban.
Mientras Taehyung, Yoongi y Jin conversaban animadamente, el bullicio en el comedor comenzó a disminuir. De repente, Jin interrumpió la charla con una exclamación: —¡Miren quién viene ahí!
