Intruso

153 18 11
                                    


Neil ayudó a Jeremy a recoger las pelotas una vez los niños y niñas se marcharon, la mayor parte por su cuenta y sin esperar a que sus padres les viniesen a recoger. Como había bromeado Nicky al visitarlos por primera vez, el mayor, y probablemente el único, peligro de la urbanización era Andrew, haciendo que el resto de Zorros que estaban de visita estallasen en carcajadas. Este había sacado uno de sus cuchillos para amenazarlo, pero eso no había amedrentado a Nicky, arropado por el resto de sus amigos.

No dejó de pensar en Dan mientras colocaba las raquetas infantiles en los contenedores donde los guardaban hasta el día siguiente. Si tenía que creer sus palabras, que hubiese sido capaz de despejar un tiro hacia un punto concreto, durante una liza de defensa de su portería y sin apenas esfuerzo era, cuanto menos, interesante. El ruido de la puerta de los vestuarios golpeando la pared al abrirse con brusquedad no le permitió seguir esa línea de pensamiento.

—Cenamos a las nueve —dijo Andrew, entrando por ella. Cargaba consigo dos mochilas, una blanca y otra naranja, y dos raquetas cruzadas a la espalda. Tiró la segunda hacia Neil, que la atrapó al vuelo.

—Entonces, será mejor que nos pongamos a ello cuanto antes —respondió Neil, contento de que ya estuviese allí. Andrew siempre accedía a jugar al exy con él todas las noches, incluso ahora que el entrenamiento de Jeremy con les niñes se alargaba. Por descontado, no iban a cenar a las nueve, pero, demonios, a quién le importaba eso si podían desfogarse con unos cuantos disparos a portería.

—Drogadicto —se burló Andrew mientras Neil se ponía el equipo de protección.

—Exagerado.

—Lo exagerado es venir a jugar al exy durante el tiempo de descanso entre temporadas. Eres un estadounidense viviendo el sueño americano y no puedes parar de trabajar, joder. —Andrew no dijo nada más, ni tampoco sonrió al hablar. El propio Jeremy miró a Neil, un poco desconcertado, cuando este se rio por la evidente broma en las palabras del rubio.

—¿Unos tiros en lo que llegan los demás? —propuso Neil. Andrew no respondió, pero se dirigió hacia una de las porterías con su raqueta y mochila.

Apenas les había dado tiempo a intentar un par de penaltis, que Andrew paró con facilidad, antes de que llegasen Kevin y Jean, pero siguieron practicando algunos más mientras estos se ponían las protecciones.

—¿Crees que puedes ganar las Olimpiadas dentro de dos temporadas si eres incapaz de meter un solo gol a Andrew? —Sin responder al comentario de Kevin, Neil lanzó una pelota más, a la izquierda tras amagar a la derecha. Andrew la despejó con un gesto de aburrido fastidio y luego se apoyó en el palo de su raqueta, mirando al techo sin expresión alguna.

Jean no había dicho nada nada, pero recogió con habilidad el rebote de la pelota que había defendido Andrew y, con un pase habilidoso, se la entregó a Jeremy, que la atrapó en su propia raqueta, colocándose en el centro.

—¿Vas a ser imparcial hoy o tendremos que volver a ganaros en desventaja? —dijo Neil, burlón, en dirección al antiguo Trojan, que jugaba de central para ambos contrincantes.

—¿Vas a dejar de ser un bocazas alguna vez, Josten? —Fue Jean el que respondió. Descarado, Neil le dedicó un guiño antes de posicionarse frente a Andrew y esperar a que Jeremy despejase la pelota para dar inicio al partido.

Fue reñido. Salvo en las contadas excepciones en que alguno de sus excompañeros, como Aaron o Dan y Matt, los visitaban durante el fin de semana, tenían que jugar dos contra dos, con Jeremy haciendo de central para ambos equipos de la forma más equitativa posible. Que Andrew tuviese que desdoblarse para defender y proteger la portería hizo que Kevin tuviese más fácil marcar algunos goles. Claro que Neil no se quedaba atrás y, gracias a la velocidad de sus piernas, conseguía sobrepasar a Jean y marcar a portería vacía en tantas ocasiones que Kevin empezó a perder la paciencia con él.

Hasta que sea no [ANDREIL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora