Hasta que sea no [ANDREIL]

Te odio

Trigger Warnings: Escena sexual explícita. Sexo oral rudo. Deepthroat.

-----                                                 -----                                               ------

Dan asistió a todos los entrenamientos de Jeremy de la siguiente semana. El verano ya estaba en su apogeo y el calor de julio resultaba agobiante dentro de la cancha. El primer día, Neil le avisó de que iba a señalarle los movimientos susceptibles de faltas durante el partido de prácticas, pero el chico se limitó a darle la espalda y fingió estar concentrado en las instrucciones de Jeremy.

Neil apretó los labios, un poco fastidiado por su actitud, que no terminaba de comprender. Se había sentido como si fuese un obseso igual que Kevin al tratar de repasar con el chico las jugadas de su partido con los adultos del fin de semana, pero este se había desentendido también. Sin embargo, no se rindió y corrió a lo largo del borde de la pista, protegido por la pared de metacrilato transparente de los pelotazos perdidos mientras pitaba las faltas de Dan un par de segundos antes de que las señalase Jeremy.

—¡Dan! —grito Neil, frustrado cuando Jeremy pitó un tiro libre a favor del equipo contrario tras una agresiva entrada del chico. Su equipo iba perdiendo por cuatro tantos, los mismos que la chica de la portería no había conseguido detener en penaltis provocados por Dan.

El chico miró en dirección a Neil, pero en lugar de asentir o responderle para demostrar que lo había escuchado, se limitó a tirar una pelota en su dirección, que se estrelló con fuerza contra la pared, a la altura de su rostro. A pesar de verla venir, no pudo evitar un respingo ni reprimir el reflejo de apartarse.

—Si sigue así, Jeremy no va a tener más remedio que expulsarlo —masculló para sí mismo—. Antes era agresivo, pero no cometía tantas faltas.

Tras él, sentado en la grada, Andrew miraba también el partido, pero no intervino. Neil, frustrado, se concentró de nuevo en la pista, justo a tiempo de ver a Dan meter el palo de la raqueta entre las piernas del central contrario y derribarlo al suelo. El pitido del silbato de Jeremy no dejó lugar a interpretación: Dan estaba expulsado del partido y otro niño lo sustituiría.

El chico salió por la puerta de la cancha y tiró la raqueta a un lado, cabreado. Neil se acercó a él, con el ceño fruncido. No entendía la rabia de Dan: una cosa era el juego duro y agresivo, que incluso Jean conservaba pese a los años pasados en los Trojans, y otra muy distinta una falta tan clara y peligrosa que podría haber lesionado seriamente al otro niño.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó, sin saber si lo hacía con curiosidad, enfado o simple desesperación. El niño tenía algo que le llamaba la atención, ya fuese su notoria habilidad innata para el exy o ese odio que parecía inundarle cada vez que veía a Neil y que sólo podía explicarse por su primera conversación acerca de Riko Moriyama—. ¿Te has hecho daño?

Dan no contestó y pasó a su lado tras fulminarle con una mirada de odio. Neil se percató de que el chico cojeaba un poco, lo cual lo preocupó aún más. Inmóvil, observó cómo el chico se dirigía a la salida que llevaba a los vestuarios y arrojaba al suelo las protecciones que se estaba arrancando, sin detenerse a recogerlas. Neil frunció aún más el ceño, desconcertado y echó a andar tras él.

Lo detuvo la mano de Andrew, firme como un muro, a la altura de su pecho.

Sin decir nada, este caminó con calma por el pasillo a través del cual había desaparecido Dan. Neil, con un suspiro exasperado y resignado, se quedó junto a la cancha. Paseó la mirada por el resto de niños y niñas que jugaban, pero no les prestaba atención, cavilando para averiguar cuándo se había lesionado Dan sin que él se diese cuenta. No apartó la mirada hasta que notó la presencia de Andrew a su lado. Olía a tabaco reciente, señal de que había estado fumando en la puerta. Neil se giró, expectante, pero Dan no estaba a su lado.