—¿Por qué tengo que ver a un médico?
—No es un médico —explicó Neil con paciencia—. Es Abby, la enfermera del equipo de Palmetto State.
—¡No estoy enfermo!
—Lo sé. Sólo queremos que te vea y se asegure de que todo va bien y tienes todo lo que necesitas. —Neil suspiró. Había intentado abordar el tema con una táctica similar a que le había propuesto Jean cuando le había sugerido usar el silbato para corregir las agresivas entradas de Dan, explicándole quiénes iban a venir y por qué les había pedido que lo hicieran antes de que llegasen, pero el chico había vuelto a adoptar la mirada de odio en sus ojos, mezclada esta vez con desconfianza—. Es... el protocolo de los Zorros, ¿entiendes? Cuando alguien nuevo llega al equipo, Abby se encarga de sus revisiones médicas para asegurarse de que todo va bien y no se va a lesionar.
—Pero yo no soy un Zorro.
—Bueno, eso es discutible —sonrió Neil, atrayendo una mirada de Kevin, que aparentaba estar concentrado en su ordenador, pero lo ignoró—. Al fin y al cabo, ya has jugado con varios de ellos.
—Tú ya no eres un Zorro.
—Yo siempre seré un Zorro. —La expresión beligerante de Dan flaqueó un instante ante la optimista sonrisa de Neil—. Vamos a hacer una cosa. Tú dejas que Abby te examine, pero si hay algo que contar, lo harás tú cuando quieras hacerlo. Abby no revelará nada que tú le cuentes si no quieres, salvo que tu vida esté en riesgo y dudo mucho que eso esté sucediendo, ¿verdad? A nosotros nos basta con que nos diga que estás bien.
Dan apretó los labios, pero no se opuso.
Andrew regresó en ese momento. Entró en la cocina y apartó sin miramientos el portátil de Kevin para dejar las bolsas de papel que traía. Tendió una de ellas a Dan, que lo miró un tanto estupefacto antes de aceptarla. Al mirar dentro de ella, descubrió un par de pantalones deportivos y varias camisetas, todas negras, similares a las que llevaba siempre puestas, pero nuevas.
—Eso para empezar. Según vayas necesitando más cosas, sólo dilo.
—Quizá deberíamos comprarle un equipo completo de exy a medida —sugirió Kevin, pero Andrew lo ignoró al mismo tiempo que tendía un teléfono móvil a Dan.
—He grabado mi contacto y el de Neil. También el de tu asistente social, por si quieres comunicarte con ella, el de Abby, por si necesitas consultarle algo y el Jeremy para que puedas pedirle que te abra la cancha. Úsalo.
—¿Quién es Betsy Dobson? —preguntó Dan, que estaba consultando la lista de contactos.
—La psiquiatra de los Zorros. Si algún día no sabes con quién hablar y necesitas contarle algo a alguien, llámala.
—¿Protocolo Zorros de nuevo? —preguntó Dan, mirando a Neil. Andrew también clavó los ojos en él en una pregunta muda.
—Protocolo Andrew, me temo. Está obsesionado con vestirnos a todos y que tengamos teléfono móvil —se burló Neil, consiguiendo que la mirada de Andrew se afilase en una cuchilla helada.
—Entonces, deberías procurar que el tuyo no se quede sin batería, bocazas.
—Yo... nunca he tenido uno de estos —confesó Dan, un tanto abrumado.
—Son fáciles de usar —dijo Andrew, cortante. Luego le tendió un llavero con una llave. Dan la miró, esta vez sin aceptarla. Un nudo se instaló en la garganta de Neil, recordando un lejano día en el que Andrew le había dado la llave de la vieja casa de Columbia—. Esta va a ser tu casa, no voy a levantarme del sofá para abrirte la puerta.
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Hasta que sea no [ANDREIL]
FanfictionNeil Josten y Andrew Minyard son adultos, juegan en la selección y se han comprado una casa en una urbanización de clase media para estar cerca de Kevin Day, Jeremy Knox y Jean Moreau. En la pequeña cancha de exy que hay a disposición de los niños y...