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—¿Itachi, por que nos mandaste a llamar? —preguntó el primo mayor. Los uchiha y el Uzumaki estaban en la corporación Sharingan.

—Tengo un tema que tratar. Naruto y yo, decidimos retirarnos del negocio —los dos uchihas abrieron sus ojos sorprendidos.

—¡¿De qué demonios hablas, Itachi?! No puedes retirarte así como así.

—Lo hemos platicado Naruto y yo. Queremos acabar con nuestro principal enemigo, Minato Namikaze, que no solo me ha jodido la vida a mi, sino a todos ustedes y a mi pareja y a su madre principalmente. Además mi hijo nacerá en unos meses, no quiero que su destino sea vivir en este mundo. Peligros más peligros, no es lo que quiero.

Los uchihas se miraron de reojo dudando de las palabras del líder.

—Entiendo tu punto, Itachi. Pero, ¿y la organización? ¿Quien se quedará a cargo de todo esto? —Shisui miró a Sasuke—. ¿Acaso Sasuke se quedará al mando? —el omega azabache frunció el ceño, no quería el puesto de líder de la organización.

—Quiero darles una orden antes de dejar mi mandato, son libres de decidir si lo aceptan o si no lo hacen. Pero quiero que ustedes también se retiren, quiero desaparecer la mafia japonesa —el omega y el Uchiha mayor abrieron sus ojos con sorpresa—. No solo es eso, quiero disolver la corporación Sharingan.

—¡¿Acaso te volviste loco?! ¿Piensas mandar al carajo todo el trabajo de tío Fukaku?

—Shisui, todos sabemos que mi padre era una mala semilla, mi madre era la única que sabía que yo no quería tomar el mandato de la organización, quería una vida amena. Desde los cuatro años se me impuso que sería el próximo líder, y fui educado como tal. ¡No quiero más mierda en mi vida! Quiero vivir tranquilo con mi hijo, y con mi prometido.

El rubio abrió sus ojos con sorpresa, "prometido". Nunca le había hecho la propuesta, ¿entonces?

El omega Uchiha sonrió de lado—. Te seguiré a donde vayas, hermano. Caido también piensa lo mismo en retirarse, tal vez... quiero irme con él.

—Caido me agrada, pero es bastante mayor para ti —dijo el mayor de los Uchihas. Sasuke levantó un puchero.

—¡Guarda silencio, idiota! ¿Crees que no me he dado cuenta de tus visitas con la antigua prometida de Itachi?

El primo abrió sus ojos con terror, ya lo habían descubierto.

—Cállate Sasuke, esa chica es linda.

—No me agrada para nada esa Izumi —dice el azabache menor.

Itachi y Naruto los veían con una sonrisa. El rubio omega estaba casi seguro de que si la familia Uchiha no hubiera seguido el legado de su padre, serían una gente de bien con negocios legales.

***Capitulo 34x3***

Una pelirroja estaba haciendo la cena para su prometido, hace pocos días se habían retirado de la organización, su hijo la había llamado para informarle que Itachi y él también querían retirarse, estaba feliz por ambos.

—Huele delicioso, ¿qué haces? —el rubio llegaba a abrazar a su prometida por la espalda.

—Un poco de curry. ¿Cómo te fue?

—Bien, Itachi me llamo, me dijo que necesitaba un poco de ayuda, ya sabes, quieren retirarse.

—Mi hijo me hablo por teléfono, me contó todo.

—De ahora en adelante tu nombre será Kasumi, no quiero que ese imbécil Namikaze te encuentre.

—Puedo acostumbrarme, Naru me dijo que si las cosas se complican lo sacarían del camino —el rubio italiano escuchaba con detenimiento.

—¿No te sientes mal? Digo, es tu ex esposo.

—Lo amaba, en realidad lo amaba. Su obsesión por su trabajo lo llevó por un mal camino, incluso Naruto le tenía demasiado aprecio al ser su padre, pero supongo el cariño se fue agotando. Aún así sabía de sus infidelidades, lo perdonaba. No oponía resistencia ante sus golpes, o cuando se le ocurría tomarme a la fuerza —el italiano apretó sus puños con coraje, quería matarlo al desgraciado—. Agradezco a Dios que nunca deje que me marcara, supongo algo en mi siempre decía que no lo hiciera.

—Es un desgraciado.

—Mejor no hablemos de él, ahora solo somos tú y yo, estoy segura de que Itachi y los demás lograrán detenerlo. Alessandro estará de su lado, ¿no? Estoy segura de que todo saldrá bien, y todos gozaremos de un gran retiro.

—Tienes razón. Te amo mi habanero sangriento —Kushina río divertida, se sentó confianzuda en sus piernas y comenzó a besarlo.

—También te amo.

***

—Señor —un peliplata llegaba a la oficina del Namikaze—. Konan ha desaparecido.

—¿Cómo demonios? —pregunta con el ceño fruncido el agente.

—Teníamos su ubicación, de inmediato actuamos, pero cuando llegamos solo habían cuerpos caídos y sangre por doquier, indicando que hubo un enfrentamiento.

—¿Busan? —Kakashi asintió—. Itachi... está en Busan.

Kakashi recordó lo del hotel hace un año, la traición de Konan y Yahiko, Itachi debió cobrárselas. Apretó los puños con coraje, aún amaba a la peliazul, pero sus mundos eran diferentes, su amor no podría ser de nuevo.

—Si Itachi la capturó, es mejor darla por muerta. Una menos.

—Investigaré un poco más al respecto. Permiso.

El peliplata salía frustrado del lugar, odiaba todo. Su padre Sakumo lo había obligado a entrar como agente, él no deseaba esto, había perdido a muchos amigos, incluido su padre. Y cuando Konan entro al mundo del tráfico, su mundo se había ido para abajo, él era agente y como agente era su deber terminar con el tráfico, sin que el amor se interpusiera.  Por un tiempo se había obsesionado con la detención de Itachi y Konan, pero siempre fallaba descomunalmente.

Bajo su rostro, lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, no aguantaba esta vida que le tocó vivir, sus amigos, su padre, el amor de su vida, no había nada. Todo se esfumó por culpa de la maldita organización contra el narcotrafrico llamado "DEA".

Secuestrado (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora