Secuestrado (Itanaru)

19X2

—Ya me decidí, encontraré a Naruto, no me importa si tengo que buscar en cielo, mar y tierra. Y si tengo que iniciar la puta tercera Guerra Mundial lo haré con tal de encontrar a Naruto —dice un pelinegro decidido a encontrar al omega.
  
  
  

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—Ni siquiera me has dicho tu nombre, bastardo.
 

 
  
  

—No soy un bastardo, pequeño idiota —le dice.
 

 
  
  

—Pues a mi parecer lo eres, me tienen aquí; no sé tu nombre; además ni siquiera comida o agua me has dado bastardo, ¿acaso quieres que muera? —el mafioso se estaba cansando un poco de la actitud del pequeño, era alguien insistente y alguien muy griton.
 

 
  
  

—¡Te callas! Eres irritante. Me llamó Arturo carajo, Arturo Bluera —Le dice para que se calle.
 

 
  
  

—Ya era hora. Mucho gusto Arturo, ¿ahora puedes traerme algo de comer? Tengo hambre.
 

 
  
  

—¡Como chingas, cabron! —le casi grita al rubio.
 

 
  
  

—Si me vas a tener secuestrado, al menos alimentame, yo no puedo hacer nada estando atado —dice con el ceño fruncido.
 

 
  
  

El de castaño oscuro lo mira con el ceño fruncido, toma su teléfono y hace una llamada.
 

 
  
  

—Ya te van a traer tu comida omega, ¿feliz?
 

 
  
  

—No feliz, satisfecho es la palabra correcta.
 

 
  
  

꙳꙳꙳
 

 
  
  

A la mañana siguiente Caido apenas se levantaba cuando escucho mucho movimiento afuera, así que sale aún en bata. Ve a Itachi con un grupo de hombres armados hasta los dientes, se acerca para ver qué sucede.
 

 
  
  

—¿Itachi, que está sucediendo?
 

 
  
  

—Voy a buscar a Naruto en todo México o en todo el mundo si es necesario, pero lo voy a encontrar —le dice a Caido, para después darle la espalda y dirigirse al grupo de hombres—. Recuerden buscar en cada rincón. El que lo encuentre recibirá diez millones de dólares —los ojos de todos se abren con sorpresa y un signo de dólar se podía notar en sus ojos.
 

 
  
  
Caido mira a Itachi sorprendido, el dinero que ofrecía es una cantidad enorme, considerando que solo es para una sola persona, y sin contar el dinero que les tiene que pagar a los hombres por ofrecer sus servicios y sus conocimientos, además de que arriesgan su vida para cumplir el cometido de Itachi.
  
  
  
—¿No crees que es demasiado? Mejor esperemos, mis hombres están trabajando en ello.
  
  
  
—No pienso esperar tanto —dice Itachi.
  
  
  
Su teléfono comienza a sonar, sin ver quién era, Itachi contesta.
  
  
  
—Itachi, que bueno que me contestas. El teléfono de Naruto suena y suena pero nadie me contesta, ¿sabes algo de él?
  
  
  
—Señora Kushina... Lamento decirle esto pero... Naruto fue secuestrado ayer por la noche, no hay rastro alguno de él, más sin embargo tengo a toda mi gente en su búsqueda —antes de que recibiera una respuesta, la llamada se corta dejando a Itachi aún más preocupado.
  
  
  
Horas y horas seguían pasando, ninguna noticia, ningún rastro. Nada.
  
  
  
Así como las horas pasaban velozmente, los días comenzaron a pasar, sin saber que casi al otro lado del mundo, una madre preocupada iba hacer probablemente lo más estúpido, pero por ahora lo más seguro que se podía hacer...
  
  
  
[Seúl, Corea del Sur]
  
  
  
—Buenas tardes señora Kushina, ¿viene en busca del Señor Namikaze?
  
  
  
—Así es.
  
  
  
—La voy a comunicar, un segundo por favor —dice la señorita de recepción—. Siga por favor —Kushina avanza sin mirar atrás.
  
  
  
Así logrando entrar a la Oficina de un oficial rubio, quien se sorprendió por esta llegada.
  
  
  
—Kushina... Que sorpresa, ¿qué haces aquí? —pregunta algo nervioso el rubio.
  
  
  
—Pues es evidente, que de visita, no.
  
  
  
—¿Entonces?
  
  
  
—Llame a Itachi —dice. La sonrisa del rubio mayor desaparece, ahora pone su rostro serio y con el ceño fruncido—. No pongas esa cara de malhumorado, lo llame por que Naruto no me contestaba el teléfono, y ahora ya sé por qué. Minato, Naruto fue secuestrado hace dos días.
  
  
  
El rubio abrió sus ojos con miedo, ¿nuevamente?, se preguntó, ¿nuevamente este sentimiento? ¿Acaso fue por su culpa?, ¿por qué?
  
  
  
—¿Quién fue?
  
  
  
—Nadie lo sabe, sabes que Itachi esta en México, y Naruto fue secuestrado en Los Ángeles, nadie sabe dónde está, por eso vine. Minato si tienes que buscar por todo el mundo, hazlo, averigua todo, busca todo, cualquier cosa que nos lleve a él.
  
  
  
—Lo encontré una vez, lo volveré a encontrar otra vez.
  
  
  
—Yo voy a salir de Corea, también tengo que buscarlo.
  
  
  
—Kushina, pero no puedes salir...
  
  
  
—¿¡Quién lo dice!? No me quedaré de brazos cruzados sabiendo que mi hijo esta en peligro.
  
  
  
—¿Y qué tal si Itachi nuevamente lo secuestro, ah?, si lo hizo una vez, nadie le impediría hacerlo dos veces.
  
  
  
—Eso es imposible.
  
  
  
—¿Por qué? Tanto crees en tu, "ex yerno" entiende, ¡es un puto narcotraficante! —le grita.
  
  
  
—¡Si es o no es, él está aportando más que tú, para buscar a Naruto! —el ambiente se volvió silencioso y tenso—. Me voy...
  
  
  
—¡Kushina espera! —Dice, pero ya era tarde, pues Kushina ya había salido de la Oficina.
  
  
  
Kushina sale de los edificios de Seúl, su ex esposo se había vuelto un cretino total, le ofrecieron el mayor cago policial en Seúl, así que renunció a toda su vida en Hiroshima, y renunció a su puesto en Busan. Kakashi y los demás regresaron a Estados Unidos, a la DEA, mientras que Kushina se mudó a Gangnam, donde conoció a una chica con la cual abrió un pequeño local de comida, que iba bastante bien.
  
  
  
La pelirroja llegaba al local, había bastantes clientes, y varias meseras entregando platos de comida y bebidas llenas.
  
  
  
—Señora Kushina, ¿cómo le fue?
  
  
  
—Soo-Min, necesito que te encargues por un tiempo de este restaurante, voy a salir de Corea —La nombrada se sorprendió, así que se atreve a preguntar el por qué.
  
  
  
—¿Qué sucedió?
  
  
  
—Naruto, mi hijo, fue secuestrado —Soo-Min abre sus ojos con terror.
  
  
  
—¿Naruto fue secuestrado? ¿Nuevamente? —Kushina se confunde, ¿por qué decía el nombre de su hijo con tanta confianza, y por qué dijo nuevamente, si nunca le había contado que fue secuestrado una vez?
  
  
  
—¿Acaso conoces a mi hijo?, mencionaste su nombre con demasiada confianza, además nunca te había dicho que Naruto ya había sido secuestrado una vez.
  
  
  
Soo-Min se asusta un poco, nunca le había dicho que trabajaba para Itachi, o que conocía a Naruto. Ella recibió la orden de acercarse a Kushina y cuidarla más de cerca, ahora que su jefe estaba fuera, no tenía mucho trabajo, fue buena manera lo del restaurante.
  
  
  
—Supongo que ya no tiene caso ocultarlo... Señora Kushina, por favor, me gustaría que comprendiera el por qué lo hice. Yo trabajo con el Señor Itachi Uchiha, yo fui quién estuvo con Naruto los meses que desapareció, él me conoce y yo lo conozco, después de que Naruto se fuera, yo recibí la orden de acercarme a usted para cuidarla, orden directa del propio Naruto...
  
  
  
Kushina se sorprendió ante esta historia, y a la vez se enojó un poco.
  
  
  
—¿Entonces estuviste fingiendo todo este tiempo?
  
  
  
—¿Qué? No, yo en realidad estoy bien aquí, fuera de la orden, yo soy feliz con este restaurante, con usted. Pude ver en estos seis meses que Naruto y usted son iguales, y de alguna manera, estando cerca de usted me sentía cerca de Naruto, realmente lo extraño mucho... —La pelicafé agacha su mirada un poco triste.
  
  
  
—Soo-Min, esta bien... —kushina toma de las manos a Soo-Min y hace que levante la mirada—. Vamos a encontrar a Naruto; realmente no tenía planeado decirte nada de ha donde iba, pero ahora puedo decirte. Voy a México, iré con Itachi, pero antes iré a Busan, lo más probable que mañana vaya y el jueves me iré a México.
  
  
  
—¿Qué ira hacer a Busan?
  
  
  
—Sé que es peligroso, pero ahorita Itachi necesita más de su propia gente...
  
  
  
[Busan, Corea del Sur]
  
  
  
*Corporación Sharingan*
  
  
  
—Así es tu eres Kushina Uzumaki...
  
  
  
—Así es, soy yo.