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El líder de la mafia japonesa comenzó a abrir sus ojos con bastante debilidad. La luz comenzó a lastimar sus ojos pero tenía que saber dónde estaba. Cuando termino de abrirlos completamente trataba de enfocar, tardo algunos segundos. Unas gemas azules esperaban ver los onix del azabache.

El líder sonrió al ver esas gemas que tanto amaba, sus manos se movieron inconscientemente, tomó el rostro del rubio.

—Te extrañe... pequeño —dijo con bastante dificultad.

—Itachi, maldita sea. No debiste arriesgarte de esa manera por mi, imbécil —las lágrimas comenzaron a salir y sin pensarlo dos veces, el pequeño omega lo abrazó sin esperar más—. ¿Por qué los mafiosos son tan idiotas?

—Lo lamento bonito, lo que pasaste fue mi culpa. Pero no puedo negarlo, me he enamorado de ti como un idiota sin remedio. Y cuando escuché que te secuestraron, mi mundo se vino abajo.

—No te disculpes, Itachi. Para serte honesto, yo también me enamore de ti, y me siento como un idiota al enamorarme de mi secuestrador.

—Entonces somos unos idiomas enamorados, ¿no lo crees? —el omega con lágrimas y una sonrisa, asiente.

***Capitulo 30x2***

Los días pasaban con velocidad, con bastante dificultad el líder trataba de caminar, se habían regresado a Busan después de calcinar al ex líder Uchiha. Naruto nuevamente estaba tratando de adaptarse a todo. Carlo armaba un plan para liberar a su hermano de las cárceles estadounidenses y tomará nuevamente el liderazgo, quería una relación formal con la pelirroja. Mientras Naruto seguía shockeado por esa noticia pero lo aceptaba, su padre era un completo cretino.

Caido se encontraba inducido en coma debido a las graves lesiones que le causaron. Sasuke se estaba con el colombiano 24/7, no se iba para nada. Shisui no quería salir de su lujosa mansión, la muerte de su padre traidor y la muerte de su tío casi padre le habían afectado bastante.

—¿Algo de Konan?

—Ha sabido esconderse bastante bien.

—Estoy completamente seguro que Konan tuvo algo que ver en lo que pasó del secuestro de Naruto y la guerra en México. Si ella sigue con vida no me sentiré tranquilo.

—¿Shisui?

—Sigue encerrado, no quiere saber nada de nadie.

—Tal vez su ayuda sea útil.

—Por ahora no creo. Descansemos unos días, fue bastante reciente todo.

—Tiene razón, jefe. Aún así no descansaré con respecto a Konan.

—Bien, me retiro.

Mike asiente y el azabache se retira de ahí. Afuera estaba Naruto esperándolo.

—¿Todo bien, Itachi?

—Algo así. Vámonos a casa. —el omega asiente—. Alguien espero mucho para verte y esta bastante feliz al saber que estás de regreso.

—¿Ah si? ¿Quien?

—Ya lo verás.

Unos minutos de camino fueron lo que tardaron hasta llegar a una mansión, era otra un poco más pequeña que la anterior, pero aún así seguía siendo grande a ojos del omega.

Secuestrado (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora