Rai.
Las manos de Alondra estaban atrapadas por la mías, mientras mi boca besaba su cuello con lentitud, sintiendo cómo ella se removía debajo de mí.
— Rai, ¿en serio tienes qué ponerte bellaca ahora?— se quejó soltando un suspiro.
— Yo siempre estoy bellaca y lo sabés.
Alondra rodó los ojos haciéndome sonreír, seguí besando su cuello, pero ahora lamiendo el tatuaje que sinceramente me encanta.
Bajé hasta su pecho y crucé sus manos para tomarlas con una sola, con la que tenía libre alcé la camisa que tenía hasta dejarla enrollada en su cuello, sus pechos desnudos me hicieron agua la boca.
— Me encantan tus tetas. — dije sin pena.
— Tienes una obsesión con ellas.
Sonreí y saqué la punta de mi lengua para pasarlo por su pezón, la pelvis de Alondra chocó con la mía al removerse.
— Rai. — suspiró.
Atrapé el pezón con mi boca para mamarlo, mi lengua moviéndose de arriba a abajo sobre el hasta dejarlo húmedo por mi saliva y rojo.
Repetí lo mismo con el otro hasta sentirme satisfecha, a este punto Alondra buscaba más contacto al mover sus caderas y eso hacía palpitar mi centro, logrando que mis caderas choquen con las suyas.
Ambas moviamos nuestras caderas, rozando nuestras vaginas aún con la ropa puesta, eso empeoraba la situación y podía sentir cómo la humedad que crecía entre mis piernas arruinaba mi ropa interior.
Alondra con respiración agitada estiró el cuello y atrapó mi boca en un beso hambriento, con mi mano libre tomé su mandíbula para meter mi lengua en su boca, nuestra saliva mezclándose y nuestras lenguas en una danza erótica que me ponía mal.
Gemí en sus labios al sentir cómo mi vagina palpitaba, hasta el punto de hacerlo doloroso y desear arrancarme la ropa.
— Rai, por favor. — dijo Alondra ansiosa, sin dejar de mover sus caderas.
Solté sus manos para bajar por su abdomen, besando y lamiendo este, bajé la pijama de Alondra la cual tenía sus piernas abiertas ya, suspiré hondo y quería comerle todo el coño.
Iba a quitar su ropa interior cuando su teléfono comenzó a sonar, la miré de inmediato y dejé un golpe en su muslo.
— Ni se te ocurra contestar. — amenacé.
— Sigue. — respondió recargada en sus codos.
Tomé el dobladillo de su ropa interior para empezar a bajarlo, pero el teléfono insistía de nuevo, maldita sea. Tratamos de ignorarlo, pero ahora lo que sonó fue la puerta de la choza.
— Puñeta.
Tuve que quitarme de encima de Alondra para que se pusiera la pijama otra vez, salió de la habitación y estaba encabronada ya, el día empezando y yo así, bellaca.
Me paré de la cama para ir al baño y mojarme la cara, mi aseo personal lo había hecho y era por eso que quería tener el desayuno del día, pero no pude tenerlo por el sapo que llegó.
Salí del baño y me senté en la cama para quitarle el cargador de Alondra a mi celular, revisé Twitter un rato y no podía evitar reír con algunas cosas, además de observaciones.
Le di like a varios tweets para que colapsen más y me dirigí a WhatsApp, le escribí a mi mamá, pero no me respondió. Revisé los mensajes y tenía de Sofía, mensajes del grupo de la academia y de Val.
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Por enamorarme de una streamer
FanfictionAlondra no supo cómo cayó por esa rizada con altura de jirafa. Y Rai no pensó en enamorarse de un duende streamer.