Capítulo 19 | Casa sola

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Rai.

Solté un suspiro tirando el celular en mi pecho. Estoy aburrida.

No había salido de mi cuarto en todo el día, solo salí cómo rata de alcantarilla para buscar algo de comer, pero el aburrimiento me mata.

¿Será qué necesito salir a tocar pasto?

El celular vibró en mi pecho, lo levanté para ver una notificación de mensaje, apreté la pantalla y me llevó a WhatsApp, específicamente al chat de mi mamá.

Descargué el vídeo que me había mandado y no pude evitar reír al ver a mi papá bailar en la playa, disfrutando del sol y la risa de mamá de fondo.

Ellos se la estaban pasando cabrón.

Tenía casa sola desde hace tres días, no me molestaba, pero justamente hoy la soledad no me gustaba. Suspiré. ¿Qué puedo hacer?

¿Y si le llamo a Alondra? Podrían acompañarme, pero a la cabrona no le gusta venir a mi cerro. Tal vez si la convenzo venga.

Rápidamente le marqué por videollamada, los tonos sonaron y milagrosamente me contestó.

— ¿Qué pasa?

— ¿Estás ocupada?— le pregunté viéndola a través de la pantalla. — Estoy aburrida y tengo casa sola.

— ¿Y qué quieres qué haga?

Rodé los ojos, Alondra era bien becerra en verdad.

— No sé. — jugué con un mechón de mi cabello. — ¿Y si vienes y te quedas conmigo?

— ¿Ahora?— vaciló, asentí. — Estoy trabajando, Rai.

Abrí la boca ofendida.

— ¿Prefieres trabajar en streams qué verme?

— Yo no dije eso.

— Pero lo pensaste. — repliqué obvia. — ¿Sabés qué? Ya no quiero nada, quédate allá. Adiós.

Colgué la llamada de mal humor, tiré el teléfono en la cama para ponerme de pie arreglando mi cabello.

Salí de la habitación para ir a la cocina y buscar algo que comer, normal. Abrí el refrigerador y me encontré con paletas de helado, saqué una porque el calor que había no era normal.

Me suda la vagina.

Llevé la paleta a mi boca para darle un mordisco, entonces caí en cuenta, salí de la cocina para ir a la parte trasera de la casa. Coño, se me olvida que yo tengo piscina en casa.

Decidida fui a mi habitación para ponerme un traje de baño, escogí uno de dos piezas de color azul. Tomé la bocina para escuchar música, tomé una toalla y unos lentes de sol.

Llegué al borde de la piscina y estiré la toalla ahí, conecté la bocina al teléfono y empecé a mover la cabeza al ritmo de la voz de La Rose.

Arreglé los tirantes de mi traje de baño antes de zambullirme al agua, mi cuerpo mojandose por completo, nade bajo el agua hasta que salí a la superficie tomando aire.

Me puse de espaldas para flotar en el agua, disfrutando la temperatura perfecta del agua. Estuve así no sé por cuánto tiempo, nadando de esquina a esquina en la piscina o simplemente flotando.

Salí del agua para tirar la toalla en la orilla y recostarme ahí para tomar el poco sol que había al estar a punto de atardecer. Doble las rodillas para dejar mi pierna encima de esta, mis ojos cerrados disfrutando el sol.

Estaba metida en la música de fondo cuando está fue interrumpida por una notificación, seguramente era mi mamá así que lo ignoré.

Ahora la música fue interrumpida por una llamada, solté un resoplido y tomé el celular, respondí sin ver.

Por enamorarme de una streamerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora