Capítulo 16 | Celondra

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Rai.

2 días después.

— Rai, así no va.

Puse las manos en mi cintura echando la cabeza hacia atrás con respiración agitada, tuve que tragarme un grito de frustración.

— ¿Qué carajos te pasa?— me regañó Sofía. — No hemos avanzado con la coreografía porque pareces que andas en la luna.

— Ya sé, hagámoslo de nuevo, te prometo que lo haré bien está vez.

Sofía negó lentamente, le dio play a la canción y nos pusimos en posición.

La coreografía era de dos con la canción de Besalo de Alfa y Rauw Alejandro. Las dos teníamos que estar muy pegadas y estar muy coordinadas, pero no me concentraba para nada.

Tomé una bocanada de aire y con Sofía empezamos a caminar de izquierda a derecha moviendo las caderas, pasé una mano por su brazo con sensualidad para echar su cabello a un lado con rudeza, ella se inclinaba un poco dejando el trasero arriba para yo darle un choque con mi cadera.

Ella se erguia para pegar su espalda a la mía y mover el torso, mientras mi mano descansaba en su cintura para sostener su cabeza al ella hacer que “caía” de golpe, pero la coreografía salió mal cuando Sofía se giraba y las dos chocabamos.

— ¡Renuncio!

Pasé una mano por mi frente sudada y Sofía se iba indignada a buscar una botella de agua.

Maldita sea, no me concentro ni una mierda.

Tenía ganas de gritar para sacar mi frustración, pero no podía hacerlo enfrente de todos. Lo peor de todo es que estoy así por alguien que tiene nombre y apellido, pero estoy decidida a ignorarlo, aunque me encabrona.

«Hijueputa de Alondra, no me busca» pensé.

Salí de mis pensamientos al ver cómo la maestra se acercaba a mí, suspiré.

— Rai, llevo viéndote hace rato y estás muy desconectada, ¿estás bien?

— Lo sé, es que tengo la cabeza en otro lado, no estoy dando todo de mí. — admití.

— Te entiendo, pero se me hace raro ya que siempre lo das todo. — respondió cruzándose de brazos. — Por eso te pregunto si estás bien, si necesitas algo.

Negué rápidamente.

— Estoy bien, desconcentrada, pero bien.

— De acuerdo. — sonrió a medias. — También me acerqué porque quiero comentarte algo.

— ¿Ah sí?— la maestra asintió.

— Estoy escogiendo a mis mejores bailarines porque les tengo una propuesta de una oportunidad que le están dando a la academia.

— ¿En serio?

— Claro. — dijo riendo. — ¿Si te digo que puedes ir a San Diego a convivir con otros bailarines por meses aceptarías?

Abrí los ojos sorprendida mirando a la maestra.

— ¿De verdad?

— Sí, es cómo un campamento en dónde varios bailarines de varios países van a convivir juntos, ahí los pondrán a prueba y quien sabe, pueden tener oportunidades importantes.

— Ni siquiera sé qué decir. — confesé riendo. — Es una gran oportunidad.

— Te lo digo para que lo vayas pensando, se lo comentes a tus padres y demás si es que quieres ir. — se encogió de hombros. — Te tengo en la mira al igual que otras de tus compañeras y creo que es una muy buena oportunidad para todas.

Por enamorarme de una streamerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora