XXIII
H O P E
Cada día confirmo más el odio que me tiene el universo. Es mutuo, gracias.
Resulta que el simple hecho de ser semidiós no es tan llamativo como además ser hija de Percy Jackson. Genial.
Deberían darme un dracma por cada vez que un monstruo o deidad nombra a mi padre cuando se encuentran conmigo.
— Entrégalo —habló con una voz inquietante—.
— ¡No lo tengo! —repliqué molesta, poniéndome de pie mientras sacaba mi espada—
Eso pareció molestarla aún más, ya que se lanzó hacía mi, pero Vanya la alejó con su magia. La furia gruñó, mostrando sus asquerosos dientes, sentí ganas de vomitar pero quizás no era prudente hacerlo.
Me acerqué con mi espada, y cuando estuve por atravesarla, la furia se desató del hechizo de Vanya, empujándonos con ira. Mi amiga había caído, estaba bien pero no lucía bastante... consciente.
James atacó a la furia con su daga. El monstruo intentó atacarlo pero él la esquivó.
— ¡Solo entrégalo! ¡Sabemos que lo tienes, Hope Jackson!
Empuñé con fuerza mi espada. Esto de ser culpada no me estaba gustando, para nada. Era frustrante, ¿por qué nadie parecía creerlo? — ¡Qué no tengo esa porquería!
Corrí hacia la furia mientras ella volaba hacia mi, me impulsé de un tronco botado para dar un salto, empuñándolo contra ella.
Caí al suelo jadeando, el monstruo se deshizo en un polvo dorado. James me tendió su mano y tomé impulso para ponerme de pie.
— Tengo el presentimiento de que no será la última vez que la veremos —James comentó, mirando el lugar donde la furia había sido pulverizada—.
Vanya, quién parecía haber recuperado su conciencia, asintió de acuerdo con mi mejor amigo. Yo sacudí mi ropa mientras guardaba mi espada, haciendo una mueca.
— Espero que sea la última vez. Estoy cansada de encontrarme con monstruos o deidades, o cualquier imbécil que conoció mi papá. Me guardan rencor como si yo le hubiera apuntado con un arma en la cabeza más de cien años atrás para que los atacara. Y me cansa que piensen que yo tengo el maldito Rayo Maestro solo porque cierto idiota cree que lo hice, cómo si me gustara meterme en problemas.
— Bueno, apenas comenzamos nuestro viaje —la hija de Hécate comentó, apoyando su codo en mi hombro—, así que quizás debas prepárate para encuentros aún más indeseados.
— Vaya, deberías dar consejos motivacionales —replicó James con sarcasmo, causando que Vanya rodara los ojos—.
— Tal vez sí–,
— Ya, no importa, debemos seguir caminando —intervine, mirando a mi mejor amigo suplicantemente—.
James suspiró, asintiendo.
— Tienes razón, vamos.
Comenzamos a caminar otra vez. No pude sacarme el sentimiento de inquietud. Vanya tenía razón, apenas comenzábamos nuestra misión, y no sería nada fácil. De partida, el clima no era un apoyo, en cualquier momento comenzaría a llover.
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The Prophecy
Bilim KurguLa profecía de los siete debió haber tomado lugar muchos años atrás, siendo Percy uno de ellos, habiendo rechazado la inmortalidad anteriormente. Pero, ¿qué pasa si Percy aceptó ser un dios? Algunos pensaron que la profecía se cumpliría de todas for...