XVI
J A M E S
Miré a Hope, sintiendo mi pecho subiendo y bajando. Me sentí aliviado de que no haya dejado que mataran a Charlie. Pero tampoco me estaba emocionando la idea de que despertara a un gigante.
Vi que el arco comenzó a brillar, y sus ojos estaban centrados, como si tuviese su objetivo fijo en la mente.
Orión la miraba expectante. Hope alzó su mirada y comenzó a soltar la flecha, cambiando su ángulo en menos de treinta grados, pero eso bastó para que la flecha atravesara el pecho del gigante, sin su efecto sanador.
El gigante pensó que la herida se regeneraría, pero no lo hizo. Con lo que habíamos visto en nuestro viaje, algunos monstruos estaban regenerandose, y solo dejaban de hacerlo si un semidiós y un dios trabajaban juntos para derrotarlo, por eso la Gorgona se había desvanecido cuando Percy la atravesó con su espada. Cómo el arco y la flecha eran el arma de Apollo, bendecida por él, tenían la energía suficiente para que la herida de Orión no se sanara.
Él miró a Hope mientras caía al suelo, respirando entrecortado. — Tú, mocosa... Lo retrasaste, ¡pero no te salvará de tu destino, Hope Jackson! ¡Tu sangre condenará al mundo! —bramó mientras se desvanecía en un estallido—
Cai un metro más atrás, me levanté jadeando. Charlie y yo corrimos hacia Hope, quién lucía desconcertada.
Realmente esperaba que no preguntara por las últimas palabras de Orión. Yo sabía su significado, pero no podía decírselo.
Por suerte, bueno, mala suerte, ella no tuvo oportunidad de preguntar porque los espíritus de la Tormenta no lucían felices.
Ella se levantó rápidamente, tomando el arco y lanzando una flecha, pero no pareció funcionar otra vez.
— Usaste mucha energía para matar a Orión —deduje, sacando mi daga—.
Entonces sacó su espada. — Así que tendremos que pelear con el aire hasta que se cansen o llegue alguien a ayudarnos, probablemente hasta que nos maten —intentó bromear, pero era más real de lo que sonaba—.
Charlie sacó su flauta. Los tres nos miramos y sentimos.
Hope fue la primera en correr para lanzar un ataque. Yo me lancé a otro, buscando el momento que intentara golpearme para atacarlo, Charlie nos ayudaba a retenernos haciendo crecer enredaderas, trataba de esforzarse aún más porque la tierra se movía debajo de nosotros.
Uno me empujó lejos, casi dejándome sin aire, le lancé una de mis dagas pero no le hizo daño. Hope estaba tratando de rebanar a uno, soltando quejidos de frustración y usando las enredaderas para intentar ahorcarlo. Dejé de mirarla solo cuando recibí otro golpe.
Me levanté rápidamente, corriendo a tomar mi otra daga, esperé a que el monstruo se materializara para enterrarle una daga en su pie. Soltó un rugido, lanzándome lejos otra vez. Probablemente ya tenía un par de huesos rotos.
Otros dos espíritus se unierom con el que me había atacado, convirtiéndose en uno más grande. Alzaron su mano, como si intentasen atraer un rayo. Uno al que no estaba seguro de que podía sobrevivir.
Antes de que me impactara, un objeto lo interceptó, la espada de Hope. Me cubrí detrás de una roca, la espada se hizo añicos, destrozando a los tres espíritus de la Tormenta. No tardarían mucho en regenerarse, pero nos daba un poco más de tiempo (que no nos servía de nada).
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The Prophecy
Science FictionLa profecía de los siete debió haber tomado lugar muchos años atrás, siendo Percy uno de ellos, habiendo rechazado la inmortalidad anteriormente. Pero, ¿qué pasa si Percy aceptó ser un dios? Algunos pensaron que la profecía se cumpliría de todas for...