𝑨𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔

Capítulo 10: Susurros en la oscuridad

Regulus Black

El rugido del estadio de Quidditch me envolvía mientras me encontraba sentado junto a mis compañeros de Slytherin. Mi mente, sin embargo, estaba lejos del partido. Observaba a Sirius en el aire, su habilidad con la escoba innegable, pero algo en su comportamiento me parecía fuera de lugar.

Sirius había estado actuando de manera extraña últimamente. No era solo su usual desprecio por las reglas o su actitud desafiante hacia la familia; había algo más. Algo que me tenía en vilo.

El griterío aumentó cuando Ravenclaw marcó otro tanto. Barty y Evan vitoreaban con entusiasmo, pero yo apenas podía concentrarme. Miré a mi alrededor, buscando a Severus. Finalmente, lo vi más abajo en las gradas, con una expresión igualmente desinteresada por el partido.

—Severus —le dije cuando me acerqué, mi voz apenas audible por el bullicio—. Tenemos que hablar.

Nos apartamos del tumulto, encontrando un rincón más tranquilo en las sombras de las gradas.

—¿Qué ocurre, Regulus? —preguntó Severus, sus ojos oscuros reflejando curiosidad.

—Es Sirius —respondí, mi voz llena de desconfianza—. Algo no está bien. Ha estado actuando de forma extraña últimamente, y tengo un mal presentimiento.

Severus asintió lentamente, como si ya hubiera notado algo.

—¿A qué te refieres específicamente?

Antes de que pudiera responder, una explosión de vítores nos interrumpió. Miré hacia el campo, justo a tiempo para ver a Sirius descendiendo rápidamente. Se dirigía hacia... Alistair.

Mi corazón se detuvo un instante. ¿Qué demonios estaba haciendo Sirius?

La multitud se quedó en silencio cuando Sirius se acercó a Alistair, su voz apenas audible para nosotros. Podía ver la tensión en el rostro de Alistair, su incomodidad evidente. Y entonces, Sirius hizo algo que me dejó sin palabras: le declaró su amor a Alistair, justo allí, frente a todos.

Sentí una mezcla de sorpresa y rabia. Esto no tenía sentido. Sirius nunca había mostrado interés en nadie de esa manera, y mucho menos en un chico como Alistair. ¿Qué estaba tramando?

Barty y Evan se acercaron, sus rostros reflejando la misma incredulidad que sentía.

—¿Viste eso? —exclamó Barty—. ¿Qué le pasa a tu hermano?

—Eso es lo que quiero averiguar —respondí con firmeza—. Esto no es normal. Necesitamos descubrir qué está pasando realmente.

Severus asintió de nuevo.

—Tengo mis sospechas. Quizás haya algo más detrás de esto.

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Después de unos minutos, no pude contener mi curiosidad y preocupación. Dejé a Barty y Evan con Severus y me dirigí hacia los vestidores de Gryffindor. La imagen que encontré allí me enfureció: Sirius y Alistair, besándose como si no hubiera mañana.

Mi primera reacción fue de incredulidad. Pero pronto, la ira se apoderó de mí. No podía permitir que esto continuara sin entender qué estaba pasando.

—¡Alistair! —llamé, tratando de mantener mi voz firme—. Necesito hablar contigo.

Sirius se apartó de Alistair, su expresión se tornó en una mezcla de sorpresa y furia.