𝑨𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔

Capítulo 6: Atenciones Inesperadas

Alistair Everhart

Durante la última semana, mi vida ha cambiado de manera inesperada. Los pasillos de Ravenclaw se han convertido en un mar de murmullos y miradas curiosas cada vez que Sirius Black aparece cerca. No solo he recibido una avalancha de regalos y dulces, sino que también he notado una atención constante que nunca antes había experimentado.

El primer regalo llegó en la mañana siguiente a nuestra conversación en la Torre de Astronomía. Un paquete envuelto en papel dorado, con una nota de Sirius que decía simplemente "Para ti, de parte de alguien que quiere demostrar que puede ser diferente". Dentro, encontré una caja de bombones y una pequeña carta que decía que esperaba que disfrutara de los dulces. No podía evitar sentirme incómodo, pero también intrigado.

A medida que pasaban los días, los regalos se hicieron más frecuentes. A veces era un libro interesante, otras veces era una rosa, o incluso pequeños detalles que parecían pensados específicamente para mí. Aunque los regalos eran agradables, la atención constante de Sirius comenzaba a ser abrumadora.

Nunca había tenido citas, ni mucho menos besos, y esto me estaba llevando a una experiencia completamente nueva. Cuando Sirius estaba cerca, nuestras interacciones solían terminar en una serie de besos que me dejaban confundido y, a veces, algo abrumado. En cada uno de esos momentos, sentía la intensidad de su experiencia en contraste con mi propia inexperiencia. Sus besos eran apasionados y seguros, y eso solo aumentaba mi sensación de inseguridad.

Nunca había recibido tanta atención de alguien y la forma en que Sirius se comportaba me hacía sentir un torbellino de emociones. En la biblioteca, mientras leía un libro, no podía evitar recordar el beso de la noche anterior. Mi mente estaba ocupada en los recuerdos de cómo sus labios habían recorrido los míos, dejando un rastro de emociones y sensaciones que nunca antes había experimentado.

—Nunca he tenido una cita antes —confesé a un amigo cercano en un susurro, sintiendo la necesidad de desahogarme—. Y ahora esto... no sé cómo manejarlo. Todo ha sido tan rápido.

Mis compañeros de clase me miraban con una mezcla de sorpresa y curiosidad, pero la mayoría se limitaba a darme una sonrisa comprensiva. Era un sentimiento extraño estar en el centro de tanta atención, especialmente cuando el origen de esa atención era alguien con quien, a pesar de todo, me sentía cada vez más confundido.

A pesar de la incomodidad, no podía negar que una parte de mí estaba ansiosa por ver a Sirius. Su presencia era agridulce, llenándome de una mezcla de expectativas y ansiedad. Aunque me sentía incómodo con la intensidad de la situación, también me encontraba buscando esos momentos en los que nuestras miradas se encontraban y, a veces, se transformaban en otra sesión de besos. Mis sentimientos estaban enredados y mi mente era un torbellino de confusión, pero lo único que sabía con certeza era que nunca había experimentado algo como esto antes, y no estaba seguro de cómo manejarlo.

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El pasillo estaba tranquilo y silencioso, y yo iba caminando en dirección a la sala común de Ravenclaw, sumido en mis pensamientos. La atención constante de Sirius había comenzado a ser una especie de caos controlado en mi vida, y a veces deseaba poder escapar de todo eso, aunque no sabía bien cómo.

De repente, sentí unas manos firmes rodeando mi cintura. Me sobresalté y antes de que pudiera reaccionar, me encontré presionado contra la pared de un pasillo solitario. Mi corazón empezó a latir con fuerza al darme cuenta de quién estaba detrás de ese contacto inesperado.

Al girar la cabeza, vi a Sirius con una sonrisa traviesa en el rostro. Mi rostro se calentó de inmediato, sintiendo cómo la vergüenza se apoderaba de mí. No pude evitar sentirme atrapado, tanto física como emocionalmente.