𝑨𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔

Capítulo 3: Un Desafío Inesperado

[Sirius Black]

El comedor estaba lleno como siempre, con estudiantes de todas las casas charlando y riendo. Me encontraba sentado con James, Peter y Remus, disfrutando del desayuno. No podía evitar lanzar miradas furtivas en dirección a la mesa de Ravenclaw, donde Alistair Everhart estaba, como siempre, sumergido en sus libros.

Desde nuestra apuesta, había empezado a observar a Alistair con más detenimiento. Tenía algo que me intrigaba, algo más allá de su aparente introversión. Su cabello negro caía en mechones sobre su frente pálida, y sus ojos azul grisáceo se movían rápidamente sobre las páginas de su libro. No era el típico objetivo de nuestras bromas, pero esa era parte del desafío.

James me dio un codazo, siguiendo mi mirada.

—¿Estás pensando en cómo abordarlo? —preguntó con una sonrisa burlona.

—Es más complicado de lo que parece —admití, sin apartar la vista de Alistair—. No es el tipo de chico que cae fácilmente en las bromas o en las charlas triviales.

James rió, claramente disfrutando de mi dilema.

—Eso lo hace más interesante. Además, recuerda la apuesta. Tienes que enamorarlo, no solo hablar con él.

Asentí, consciente del reto. No se trataba solo de acercarse y charlar; tenía que encontrar una manera de hacerlo sentir cómodo, de ganarme su confianza. Mientras lo observaba, me di cuenta de que siempre llevaba consigo libros sobre magia antigua y teorías arcanas. Quizás ahí estaba mi oportunidad.

Durante las siguientes clases, seguí observando a Alistair de manera discreta. Noté que era un estudiante extremadamente dedicado, siempre tomando notas meticulosas y participando de manera activa, aunque silenciosa. En cada pausa, se refugiaba en la biblioteca, inmerso en sus estudios.

Finalmente, decidí que era momento de actuar. Después de la clase de Encantamientos, lo vi dirigirse hacia la biblioteca como de costumbre. Apuré el paso y lo seguí, asegurándome de no parecer demasiado obvio. Cuando entré, lo encontré sentado en una mesa apartada, rodeado de libros.

Tomando aire, me acerqué y me senté frente a él sin pedir permiso. Alistair levantó la vista, sorprendido y claramente incómodo con mi presencia.

—Hola, Alistair —dije, tratando de sonar casual—. ¿Qué estás leyendo?

Alistair frunció el ceño, claramente molesto por la interrupción.

—Es un estudio sobre las propiedades de las runas antiguas —respondió con un tono cortante—. ¿Necesitas algo?

Sonreí, tratando de mantener una actitud relajada.

—En realidad, sí. Estoy interesado en aprender más sobre las runas. Pensé que quizás podrías ayudarme. Eres el experto en estos temas, después de todo.

Alistair pareció sorprenderse por mi interés. La desconfianza en sus ojos era evidente, pero también parecía haber una chispa de curiosidad.

—¿Por qué te interesarían las runas? —preguntó con cautela—. No es un tema que sueles estudiar.

Sabía que tenía que ser convincente, así que decidí ser honesto, al menos en parte.

—Es verdad, no es mi fuerte. Pero quiero aprender más, y pensé que podrías ser una buena fuente de información. Además, siempre es bueno conocer a personas nuevas y aprender de ellas.

Alistair pareció considerar mis palabras por un momento antes de asentir lentamente.

—Está bien. Puedo explicarte algunos conceptos básicos. Pero esto no es una excusa para perder mi tiempo, ¿de acuerdo?