Zayn Hardy.
—¿Te has dado cuenta de que ni siquiera hemos intercambiado nuestros números de teléfono?
Sonrío al escucharla. Su voz se siente cercana incluso cuando está dándome la espalda, sentada junto a mí pero con su cuerpo apuntando hacia otro lado.
—¿Estás coqueteando conmigo, Avril? —bromeo.
Voltea el rostro para mirarme, entrecerrando los ojos y mostrándome una pequeña sonrisa.
Y joder, que sonrisa.
—En tus sueños, Romeo. Solo decía que... Pues últimamente pasamos algo de tiempo juntos, ya sea por elección o no, y no hemos hecho lo que la mayoría de las personas consideran imprescindible.
Suelta una pequeña risa nerviosa, y yo escudriño su rostro por más tiempo del que me hubiera gustado admitir. Me resulta extrañamente tierna la forma en que su nariz se levanta aristócrata, y como desvía los ojos para mirar al cielo y... Mierda, me es imposible ignorar los huesos que sobresalen de sus muñecas.
—¿Quién quiere ser como los demás? —inquiero, ella me mira atentamente—. Es aburrido.
Tuerce la nariz y la comisura de su labio se levanta casi sin quererlo, pero no dice nada. Está jugueteando con una piedrita a su lado, dibujando cosas sin sentido en la tierra.
—¿Crees que es aburrido ser como los demás? —murmura.
Mantiene la cabeza apoyada en sus rodillas, y mientras ella se dedica a contemplar el carrusel que forma un pedazo importante de mi vida y de todas las mentiras con las que convivía a diario, yo me dedico a contemplarla a ella. El aire en su rostro le mueve el cabello castaño claro, y me mira de reojo detrás de los cuantos mechones que le cubren los ojos.
—Es más bien... insustancial —confiezo—. ¿Qué relevancia podría tener tu vida si no consigues distinguirte de otros?
Ella parece pensar una respuesta. Deja ir todo el aire contenido y lanza la piedrita hasta un arbusto cercano.
—¿Y qué pasa si no quiero distinguirme de otros? —La escucho suspirar profundamente—. ¿Qué pasa si, precisamente lo que yo quiero, es una vida normal? Aburrida, como dices tú.
Hace una ligera pausa, pero luego vuelve a hablar.
—¿Qué tiene de bueno ser diferente, si eso significa que no puedes disfrutar de los privilegios de ser... normal?
Ella vuelve a mantenerse en silencio durante varios segundos, y yo no puedo desechar del todo la sensación de que hay algo más profundo en sus palabras. Me pregunto que estará pensando.
—Supongo que cada uno busca algo distinto en la vida, ¿verdad? —dice en tono reflexivo.
Asiento lentamente, aunque sin estar seguro de a qué estoy asintiendo exactamente. ¿Una vida normal? ¿Eso es lo que ella quiere? Pero... ¿Qué coño es una vida normal para ella? A mi parecer Avril es bastante corriente; tiene todo lo necesario para tener una vida placentera y tranquila, y además tiene un físico aceptable.
Por supuesto, a veces es demasiado curiosa y no tengo ni puta idea de cómo consigue sacarme tanto de quicio con tanta facilidad, pero eso no significa que sea diferente. Más bien son rasgos distintivos que por alguna forma me llaman la atención, como esa forma que tiene de mirar hacia los lados cuando se pone nerviosa, o intentar escaquearse de situaciones que le resultan incómodas, pero aún así...
—Zayn. —Cuando me llama, tiene una expresión extrañada en el rostro—. ¿Estás sonriendo?
¿Qué?
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Más allá de las estrellas (#PGP2024)
RomanceEl sonido de las estrellas, bailes a la luz de la Luna, y una canción que será siempre suya. Avril Fray sabía que ya no era una chica normal. Su vida se había convertido en un trayecto imparable entre su casa y el hospital. En ese recordatorio const...