Circunferencia del amor (Caché)

Capitulo 27 - Año nuevo.

—Volveremos.

—¡Aquí están¡, estaba a punto de buscarlos debajo de las piedras. — Paula corrió escaleras arriba hasta llegar a dónde se encontraban ambos, Mario seguía sosteniendo el brazo de Poché pero conforme Paula subió el deshizo su agarre. — Un gusto verte Mario... de nuevo.

—Estábamos por bajar, también me da gusto verte Paula. — Sonrió sin gracia antes de acomodarse su traje que estaba algo arrugado por la calurosa discusión.

Mario pasó al lado de las dos y comenzó a descender hasta que desapareció de sus campos de visión.

—¿Dónde rayos metiste tu cabeza Paula?.

—Perdón yo estaba ayudando a estacionar bien los autos pero ese no es el caso, ¿Por qué te tenía agarrada así? ¿Qué discutieron?.

—No es nada.

De nuevo Poché no quería preocupar a los demás ,prefería buscar una solución por si sola pero la rubia no estaba dispuesta a dejarlo pasar.

—¿Cómo no va a ser nada?. — Tomó ambos brazos de la pequeña y alzó más arriba el izquierdo donde ya habían marcas rojas de dedos en el. — Si no fue nada entonces porque te hizo eso, habla ahora María José.

—Tiene un vídeo. — Hizo una pausa para apoyarse en el barandal de la escalera. — En el salimos Calle y yo besandonos.

—¡Santo Dios!.

Poché llevó uno de sus dedos a su boca para que su prima bajara un poco su tono de voz.

—¿De dónde sacó ese vídeo?.

Al hacer un poco memoria, la ropa que ambas traían y el lugar eran los mismos del día del lanzamiento del libro de su madre. Todo coincidía, incluso el que Paula le hubiera dicho que se había topado con el pelinegro antes de encontrarse con ellas.

—Nos grabo... estábamos tan concentradas en nosotras que ni cuenta nos dimos. — Su mirada estaba perdida, había cometido un error y las consecuencias estaban siendo muy graves.

—Pero lo que no entiendo es que gana el usando ese vídeo en tu contra. — Ambas habían tenido la misma duda.

—No gana nada solo tener su honor intacto pero mientras tanto no permitiré que nos hunda.

Tenía que idear un plan y debía hacerlo cuanto antes, pensó que los problemas se presentarian en un futuro muy lejano pero estaba equivocada.

—Llevan mucho tiempo ahí, bajen que comenzarán a servir la comida.

Su tía Carla , mamá de Paula las llamó desde el primer piso, hicieron caso y bajaron para volver a llegar a la parte de afuera de la casa. Las dos se dirigieron a la mesa donde las hermanas Calle permanecían sentadas en completo silencio, el rostro de Calle era el que más le daba miedo a Poché pero ella sabía que no era el momento correcto para hablar, podría estallar la bomba frente a todos y eso sería aún peor.

—Estamos de vuelta, ahora sí Juli sígueme contando sobre los guapos australianos.

La comida llegó a su mesa y mientras Juliana y Paula platicaban muy alegres tratando de no meterse en el conflicto a su lado, Calle y Poché permanecían en completo silencio, la castaña comía de su plato sin mirar a nadie para tratar de irse lo más rápido posible y la pequeña solo la observaba, no tenía ni la menor idea de como iniciar su explicación.

Llegaban más y más platos a todas las mesas, los invitados muy probablemente saldrían rodando de esa casa. Por fortuna tanto su padre como su abuelo se encontraban muy entretenidos con sus invitados, así la dejaban respirar un momento.