Esa llamada había llegado a cambiar la vida de Poché, sabía que la mala suerte era parte de ella pero no al punto en el que afectaba a personas que quería.
Desde su vuelta a Chicago no había podido dormir, tres largos días en los que únicamente se sentaba al lado de la cama de su madre para cuidar de ella, Nunca pensó que cuando se volvieran a ver ahora estaría sin cabello, pálida y sin la suficiente fuerza como para acomodarse sola en su cama o caminar.
Valentina se negaba a salir de su habitación, aquella noche asustada llamó a su hermana luego de ver cómo su madre en un intento de comer una sopa que ella había preparado terminó vomitando sangre en el piso de la sala. La pequeña no supo que más hacer más que recurrir a quien en todo ese tiempo fue su heroína pero después de que su padre se diera cuenta terminó siendo regañada.
Cuándo la caida del cabello y el cansancio por las quimioterapias fue muy evidente, Juan Carlos y Martha sentaron a su hija menor para contarle la situación, claro que la pequeña lloró y suplicó a todos los angeles que no se llevarán a su madre pero según el diagnóstico de los doctores, se necesitaba de un verdadero milagro para que la poetisa llegara a finales del año.
Su rendimiento en el teatro había disminuido considerablemente ocasionando que la dejaran fuera de elencos principalmente, eso era lo que menos le importaba. Había caído en una depresión en la que no podía encontrar la salida, pensaba que si solo se dañaba a ella y guardaba sus pensamientos y sentires para si misma, nadie debía preocuparse más que por su madre.
El chillido de la puerta de la habitación sacó a Poché de su disociación, llevaba al menos una hora mirando un punto fijo sin pensar en algo específico.
—Poché deberías ir a dormir. — Era Juan Carlos entrando, el también se veía decaído.
—No tengo mucho sueño.
El hombre mayor no hizo mucho, se quitó el abrigo que llevaba con el, se sentó al otro extremo de la cama y comenzó a quitarse también los zapatos.
Poché tenía consigo muchas preguntas, no sabía si este era el momento adecuado para hacerlas, temia que su madre se despertara en cualquier momento y los viera posiblemente discutiendo.
—¿Desde cuándo lo saben?. — Tenía el valor para preguntar pero su voz sonaba apagada, tal vez el cansancio después de todo si estaba siendo notorio.
—¿Quieres hablar de esto ahora?. — La miraba fijamente, ella tragó saliva y con pesadez asintió. — Baja en lo que me cambio, no tardaré.
Hizo caso y salió de la habitación, ya era de noche y creía que era la primera vez en todo el día que se había levantado de esa silla, sus músculos estaban muy tensos.
Decidió pasar al baño de su habitación antes de bajar, se acercó a su puerta pero sintió la curiosidad de escuchar un poco detrás de la de su hermana. Lo que hace algunos meses era una casa llena de risas y música por parte de la más pequeña ahora solo existía el ruido del silencio ensordecedor y de sollozos que trataban de ser callados para que nadie los escuchará.
Levantó su mano para tocar la puerta pero se detuvo, todos tenían duelos por los cuales pasar y cada uno aprendía a como hacerlo.
Se dió la vuelta y fue a hacer sus necesidades, volvió a bajar y esperó en el patio a que su padre llegara.
Calle había prometido llegar a su lado pronto pero primero tenía que organizar algunas cosas de su trabajo, ella lo entendía. Mientras se encontraba ausente, Paula era quien mantenía la empresa en orden, también se había sorprendido cuando se enteró de la noticia pero el resto de la familia parecía más sentir pena por ella.

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Circunferencia del amor (Caché)
FanfictionTodos sabemos que una circunferencia es el contorno que rodea al centro, en este caso, Calle y Poche cuentan con una circunferencia propia donde cada una es el centro del suyo. Probablemente han estado cerca la una de la otra pero no lo suficiente c...