Secretos entre libros

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La campana final de la jornada escolar sonó, y la sensación de alivio se mezcló con la tensión mientras recogía mis cosas. Había pasado el día entero con la mente dividida entre las clases y los recientes acontecimientos, y ahora era el momento de poner en marcha el plan. Me dirigí a la entrada del instituto junto con Dalton, donde ya nos esperaban Em, Jack y Ethan.

—¿Y Dixi? —pregunté extrañada, acomodando mi mochila.

—Nos verá allá —respondió Em—. Tuvo que salir antes porque su madre la vino a buscar —siguió, empezando a caminar y haciendo que todos la siguiéramos—. Algo relacionado con su trabajo, creo.

Yo solo asentí.

—¿Lista? —me preguntó Jack, luego de un pequeño silencio.

—Sí, vamos a la biblioteca —respondí, ajustando la correa de mi mochila.

Caminamos juntos en silencio hasta la biblioteca del pueblo, a la cual juré no volver luego de los acontecimientos pasados. Al llegar, empujé las grandes puertas de madera y entramos en el silencioso y polvoriento interior. Nos dirigimos a una mesa en una esquina apartada, lejos de oídos curiosos.

—Bien, ahora sí me cercioré de que no había nadie en el mostrador —suspiró—. Juro que si vuelve a aparecer la misma señora que la vez pasada, lo último que verán de mí es mi alma saliendo de mi cuerpo —dramatizó.

—Eres una dramática —rió Ethan.

—Tú porque no la viste bien —susurré.

—¡Ey! —saltó de detrás de una estantería Dixi, haciendo que todos nos asustáramos y, por mi parte, hizo que le tirara mi mochila—. ¡Ay, eso sí dolió! —se quejó.

—¿Estás loca, mujer? —le susurró en un gritito Ethan—. Casi me voy con el señor y no me ven más.

—¿Ahora quién es el dramático? —lo molesté, haciendo que él me sacara la lengua—. Muy maduro de tu parte —lo apunté con un dedo.

—¿Cuándo llegaste? —interrumpió Em nuestra mini pelea, para preguntarle a Dixi.

—Hace aproximadamente —miró su muñeca como si tuviera un reloj— cinco minutos —nos volvió a mirar—. Creí que me moriría del aburrimiento mientras los esperaba —se llevó una mano a la frente.

Todos reímos hasta que Dalton volvió a hablar.

—¿Todo bien con tu mamá? —preguntó tomando asiento.

—Sí, nada de qué preocuparse —agitó su mano—. Al parecer había perdido algunos papeles y necesitaba ayuda para encontrarlos.

—¿Pudieron encontrarlos? —pregunté.

—Sí —respondió ella.

Entre eso todos nos acomodábamos en nuestros lugares.

—¿Qué pasó con Finn y sus amigos? —preguntó Jack en cuanto nos sentamos, rompiendo el hilo de la conversación.

—Directo al grano, alguien no podía más con la curiosidad— lo molestó Dalton.

—Cállate —lo empujó bromeando.

Mientras tanto, yo tomé aire antes de contestar, tratando de ordenar mis pensamientos.

—Me los presentó en el receso, como saben —comencé, cortando su pelea—. Aba parece dulce, pero hay algo extraño en ella. Grace es más reservada y un poco mandona. Pero Axel... Axel es el que más me preocupa. Es como si me mirara esperando que cometiera un error.

Dalton frunció el ceño y Jack intercambió una mirada con Ethan.

—¿Y Finn? —preguntó Dalton—. ¿Dijo algo relevante?

¿Crees en la magia? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora