Nuevo comienzo

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Al ir por el pasillo saludo a viejos compañeros que han llegado antes, nunca he sido muy social pero tampoco antisocial, siempre he tenido el mismo grupo de amigos y no me molesta , sin embargo todo el mundo me conoce , puede que sea porque siempre he vivido en el mismo lugar o porque viejos compañeros le han hablado de mí, simplemente no entiendo cómo me conocen ,pero lo hacen, no me molesta aunque a veces es un poco incomodo cuando no se sus nombres o ni siquiera conozco sus rostros.

Al ya encontrar mi clase la cual ha sido la misma desde que estoy aquí, me adentro y doy una rápida inspección al lugar, ya hay personas que reconozco en algunos asientos, pero para mi suerte, mi lugar habitual está vacío.

- Buenos días- saludo mientras me abro paso para llegar a mi objetivo, puedo escuchar algunas contestaciones a mi saludo, pero les doy poca importancia mientras me ubico.

Al sentarme, por fin puedo relajarme al mirar por la ventana , porque si , mi lugar es al lado de la ventana, siempre fue y al parecer será aquí, es mi método de escape cuando la clase esta aburrida o simplemente cuando espero que las horas se pasen rápido, me ha traído muchos problemas estar sentada aquí , suelo distraerme o irme a mi mundo mirando hacia afuera y esto ha causado unos cuantos llamados de atención de los profesores, en mi defensa mi mundo es más divertido que una clase de historia.

Al ya ir pasando el tiempo , la clase se va llenando más y más de rostros que reconozco y otros que no, un chico nuevo pregunta si puede sentarse a mi lado y yo respondo con un simple "si" por estar esperando a alguien que no aparece, incluso entra el profesor cerrando la puerta tras de sí , pero a quien espero no llega, cuando mi humor esta por los suelos y mis esperanzas son nulas , alguien abre rápidamente la puerta llamando la atención de todo el mundo principalmente la del profesor.

- ¿Tarde el primer día señor Clarck? - inquiere el profesor.

- Perdón, es que yo... - empieza buscando una excusa – no, lo siento, no tengo nada, simplemente me quede dormido- dice haciendo reír a toda la clase.

- Había olvidado su sentido del humor joven Clarck – habla sarcástico – ahora, agradezca que es el primer día y estoy de buenas. Busque un lugar donde sentarse y no me haga perder más tiempo – le ordena dándose la vuelta hacia la pizarra para empezar a escribir su nombre.

Mientras tanto Clarck, avanza divertido con la mirada de los más de veinte alumnos sobre él, hacia el lugar libre enfrente del mío.

- ¿En serio Dalton? ¿el primer día? - le pregunto en un susurro mientras se acomoda – no podías esperar, no lo sea, ¿a la semana que viene para hacer una escena? - inquiero.

- Vamos pequeña Joya, ¿acaso no sabes cómo soy? - sonríe ladino - tengo que dar una buena primera impresión para hacerme notar entre todos estos – explica simple.

- ¿Y ese es tu concepto de buena impresión? - hablo divertida – y no me digas Joya, soy Rubí, Rubí, ya habíamos hablado de ese apodo.

- Pues claro, una impresión impactante – dice mientras se gira hacia al frente para poder escuchar al profesor que empieza a hablar - joya – molesta.

- Idiota – es lo último que le susurro, sacándole una risa.

Al mirar hacia el profesor, puedo ver de costado como el nuevo se ríe de nuestra mini discusión, giro mi rostro hacia él y puedo verlo mejor. Es un chico delgado, pelirrojo con pecas y ojos verdes, bastante guapo la verdad, no entiendo como no me había dado cuenta en el momento en el que se sentó, no esperen, ya recuerdo, estaba esperando a un idiota que quería dar una buena impresión.

- ¿Qué pasa? ¿tengo algo en la cara? - me pregunta en un susurro el chico, al parecer me había quedado tildada mirándolo, genial, eso sí es dar una buena impresión.

¿Crees en la magia? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora