No podía dejar de mirar a mi alrededor, esperando encontrar una salida en cualquier momento, pero lo único que lograba era perderme más en este maldito bosque. Los árboles eran tan altos que parecían rozar el cielo, y las sombras se alargaban como si quisieran atraparme en sus garras. Cada sonido, cada crujido de una rama bajo mis pies, hacía que mi corazón saltara. Estaba cansada, asustada, y empezaba a pensar que tal vez no saldría de este lugar. Lo mejor que me a pasado sin duda.
"Vamos, Rubi, piensa", me decía a mí misma una y otra vez. Pero cuanto más caminaba, más imposible parecía encontrar una salida. La noche se sentía infinita, y el bosque era un laberinto sin fin. En un momento dado, tropecé con una raíz que sobresalía y casi me caigo de cara, de nuevo. Mantuve el equilibrio a duras penas, pero mi frustración estaba alcanzando su punto máximo. Quería gritar, pero sabía que eso no me ayudaría en nada.
Finalmente, después de lo que me pareció una eternidad, el bosque comenzó a abrirse ante mí. Lo primero que noté fue que el aire se volvía más ligero, menos opresivo. Y luego lo vi: un claro en medio de toda esa oscuridad. Me acerqué lentamente, casi sin creer que, después de todo, había encontrado un camino a seguir.
Pero no era un camino como tal. En el centro del claro había un árbol. No, no un árbol común y corriente; este era inmenso, mucho más grande que cualquier otro que hubiera visto. Su tronco era grueso, y su corteza tenía una textura áspera y vieja, como si hubiera estado allí desde el principio de los tiempos. Las raíces se extendían por todo el claro, y las ramas se alzaban como manos gigantescas que intentaban alcanzar las estrellas. Era como si hubiera salido de una pelicula.
— Wow — es lo único que puedo decir.
Algo en ese árbol me llamó, una especie de atracción que no pude ignorar. Me acerqué a él con cuidado, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Cuando estuve lo suficientemente cerca, levanté una mano temblorosa y la apoyé en la corteza.
Y entonces, sucedió algo que no esperaba. Mi mano no se quedó ahí, sobre la madera; la atravesó. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, y antes de que pudiera retirar mi mano, sentí una fuerza tirando de mí, arrastrándome hacia el interior del árbol. Grité, pero el sonido se ahogó en el aire cuando todo a mi alrededor se volvió oscuro.
Por un momento, pensé que estaba muriendo. Pero la oscuridad no duró mucho. Sentí un tirón más fuerte, y de repente, ya no estaba en el claro del bosque. Abrí los ojos y me encontré en un lugar completamente diferente. Agreguen eso a la lista de malas decisiones que eh tomado en el día.
El lugar parecía una biblioteca. Pero no una biblioteca común. Era gigantesca, mucho más grande que cualquier otra que hubiera visto en mi vida. Los estantes se alzaban hasta el techo, que parecía no tener fin, y estaban repletos de libros de todos los tamaños, formas y colores. El aire estaba impregnado con el olor a papel viejo y cuero, y había una extraña luz dorada que iluminaba todo, aunque no podía ver de dónde venía.
Sentí cómo el pánico se apoderaba de mí. ¿Dónde demonios estaba? Intenté calmarme, pero no podía dejar de pensar en cómo había llegado aquí. Este lugar no tenía sentido. Nada de lo que estaba sucediendo tenía sentido.
Realmente todo se esta yendo al carajo.
—¿Hola? —mi voz sonó más débil de lo que quería—. ¿Hay alguien aquí? — por favor que no sea otro asesino.
No hubo respuesta. Solo el eco de mi voz reverberando entre los estantes. Decidí que la única forma de entender qué estaba pasando era explorar. Con cuidado, comencé a caminar entre los pasillos de la biblioteca, pasando los dedos por los lomos de los libros, tratando de calmarme mientras mi mente buscaba respuestas.
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¿Crees en la magia? ©
FantasyEn el pequeño pueblo de Roseblood, la quietud de la noche siempre ha sido un manto de tranquilidad, un refugio del bullicio del día. Pero en los últimos meses, un rumor ha comenzado a propagarse como el fuego entre sus habitantes, un murmullo inquie...