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No es fácil describir a los gemelos Miya, muchas personas son conscientes de su existencia, bastante de hecho. No por nada son conocidos por ser monstruos del voleibol.

Cada uno tiene su propio club de fans, no es sorprendente para nadie, excepto para Hinata Shoyo, que realmente no entiende qué es lo que le ven a ese par.

A sus ojos, ambos eran egocéntricos, engreídos, molestosos e insoportables. No logra comprender por qué las chicas de su escuela estaban obsesionadas con ellos.

A veces cree que es por el poco tiempo que lleva en Hyōgo, extraña Miyagi, con todo su corazón y eso a veces le dificulta su situación actual. El trabajo de su madre había sido trasladado, así que no tuvo oportunidad de negarse a la mudanza.

Observó por su ventana, ignorando la clase de matemáticas que su profesor estaba explicando y se dispuso a pensar en el día que le esperaba.

A pesar de que era uno pesado, pasó bastante rápido gracias a Inumaki, el primer amigo que tenía en esa escuela, alguien de pocas palabras, pero que le caía muy bien a Hinata.

Además era su compañero de escritorio.

— ¿Primer entrenamiento? —el peligris a su lado preguntó, caminando cerca de él cuando las clases habían terminado.

—Deséame suerte, Maki. —este asintió empuñando ambas manos y agitándolas una vez para darle esa señal de apoyo. —Gracias, Maki. Llega bien a casa.

Esperó la despedida con la mano que el más alto solía darle y le correspondió con una sonrisa antes de dirigirse al gimnasio donde sus nuevos compañeros de equipo le esperaban.

Una vez estuvo cerca logró admirar de mejor manera el recinto, era más grande que el gimnasio qué tenían en su escuela anterior. Definitivamente más profesional.

El suelo era especial para partidos de baloncesto y voleibol, por lo que la madera se veía como nueva, como si realmente se preocuparan de cuidarla.

Sonrió para si mismo, dejando de lado la obsesión de la escuela con los gemelos Miya, sintió que este podía llegar a ser su nuevo hogar, uno donde sí pudiera volar.

—Buenas tardes. —la voz de un chico le hizo voltear, levemente asustado ante la repentina aparición. —Debes ser uno de los chicos nuevos.

—Soy Hinata Shoyo, estudiante de primer año. —el chico sonrió levemente al escucharle.

Lo analizó unos segundos, grabándose en su mente las preguntas que le haría durante el entrenamiento. —Soy Shinsuke Kita, el nuevo capitán del equipo, espero logres adaptarte y sentirte cómodo.

El aura que emanaba de él fue algo que no pasó desapercibida para Hinata; elegancia, nobleza, amabilidad, cordialidad y todos los sinónimos que desconocía. No pudo evitar sentirse intrigado, así que cuando el mayor se alejó para caminar a los camarines, observó su cuerpo con detención tratando de adivinar en que posición jugaba.

A pesar de que estuvo viendo algunos partidos se Inarizaki, no prestó mayor atención a los jugadores que no fueran los gemelos. Eran tan buenos jugadores que Hinata odiaba que inconscientemente su atención siempre estuviera en ellos, así que deshechó la idea de seguir observando partidos de esa escuela por internet.

Descartó bloqueador central, y armador porque era de conocimiento público que Atsumu Miya era el armador de Inarizaki.

—No lo mires mucho, se puede gastar.

Esa voz. Ese tono de voz era el que le había jodido desde el primer momento que la escuchó, por lo que, para evitar problemas por su lengua suelta, decidió ignorarlo y caminar hacia los camarines por el mismo lugar que el mayor.

—Ya hiciste que uno nuevo se enojara, Atsumu.

— ¡¿Eh?! ¡No es mi culpa que sea tan sensible!

Ignóralo, pensaba Hinata mientras su lengua era víctima y prisionera de sus dientes, no quería generar problemas el primer día de entrenamiento, así que decidió la paz por sobre todo.

— ¡Kita! Nuestro nuevo compañero no dejaba de comerte con la mirada, creo que le gustas. —ahí estaba esa voz de nuevo, los gemelos habían entrado minutos después de él al camarin haciéndole rodar sus ojos.

Escuchó como Osamu lo golpeó en la cabeza, dándole el placer de volver a ignorarlo, pero al no escuchar respuesta del capitán, decidió intervenir.

No quiere que tengan una mala imagen de él por su curiosidad.

—Lo estaba observando porque trataba de saber la posición en que jugaba. —vio al gemelo rubio enarcar una ceja ante ese comentario, incitandolo a demostrarlo. —Espalda ancha, altura media, sin heridas visibles en las piernas, por lo que no juega de libero. Manos astilladas, pantorrillas fuertes, pero no lo suficiente para ser punta, a menos que no sea titular. Descarté armador por obvias razones y bloqueador central porque su personalidad no encaja con ellos.

—Es curioso que me juzgues por mi personalidad a tan solo dos segundos de haberme conocido. —habló Kita, avergonzando un poco a Shoyo quien llevó una mano a la cabeza en señal de nerviosismo. —Sin embargo, todo lo que dijiste es verdad.

La sonrisa que le otorgó el capitán de Inarizaki le quitó un peso de encima, podría ser peor. Sin embargo, Atsumu no dijo ni una palabra más, lo que volvió a incomodarle porque notó que es un chico que no puede quedarse callado teniendo la oportunidad de hablar.

Deshechó esos pensamientos al estar listo y cambiado para comenzar el entrenamiento, por lo que salió del camarin, no sin antes observar de reojo al gemelo rubio.

Sus miradas se cruzaron por un segundo, él ya lo estaba mirando, así que Shoyo desvió por completo su atención de él.

Es realmente insoportable.






Heme aquí en mi intento número mil de escribir un fic atsuhina, espero poder terminarlo porque me tiene emocionada la trama.

Espero les guste como a mi, gracias por leer !!

- deku

Doble Filo [atsuhina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora