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Tal vez debió decirle a su madre que se sentía peor de lo que admitió en la mañana antes de que fuera a trabajar, porque ahora la carita preocupada de Natsu no se separaba de él, tratando de hacer hasta lo imposible para que su hermano mayor se sintiera mejor.

Estaba disfrutando de un té que la menor le había preparado, mientras ella le contaba como había disfrutado sus clases de voleibol inferiores esa semana.

Le encantaba que su hermana quisiera seguir sus pasos, pero le preocupaba que, al igual que a él, le molestaran por su estatura. Natsu era la más bajita de sus compañeras de clases, le pasaba lo mismo que a Hinata, solo que por lo menos ella había sacado la personalidad fuerte de su abuela.

El sonido del timbre los sacó de su conversación, ambos con pereza de levantarse a ver de quien se trataba. Su madre estaba en el trabajo, así que Hinata era el responsable de la casa y de su hermana menor, aunque estuviera enfermo y ella le estuviera consintiendo.

Dejó la taza de té en su mesita al lado de la cama antes de levantarse para caminar a ver quien osaba a interrumpir su descanso, los pasitos de Natsu siguiéndolo detrás lo hicieron entrar en su faceta protector al abrir la puerta.

—Hola, duraznito. —ahí estaba parado frente a él Atsumu Miya, el chico que le sacaba todos los suspiros últimamente. Le dedicó una sonrisa ocultando la sorpresa y gratitud que sintió al verle ahí. —Vine a cuidarte, antes de que preguntes... Osamu te envió una sopa mejora-todo.

Hinata rió ante el nombre de la comida, antes de hacerse a un lado para que el rubio pudiera pasar a su humilde morada, ignorando el cosquilleo qué sintieron sus brazos solo por querer abrazarlo, debía mantener cierta distancia si no quería que el mayor se enfermara, igual que él.

—Oh, Natsu él es Atsumu, un compañero de escuela y armador del equipo. —el gruñido que le dio el mayor al escuchar la palabra "compañero" no pasó desapercibido, pero decidió ignorarlo. —Tsumu, ella es Natsu, mi hermanita menor.

Vio al gemelo agacharse para estar a la altura de la pequeña antes de estirar su mano y que ella la tomara entre ambas suyas para poder saludarlo.

— ¿Tú eres el novio de mi hermanito? —Hinata no tardó en tapar la boca se su hermana al escucharle decir tal pregunta que había generado que los nervios llenarán su interior. Le dedicó una sonrisa a Atsumu pidiendo que ignore a la menor.

—Me gustaría serlo algún día, pero aun no, solo somos amigos... Y algo más. —las palabras de Atsumu generaron un vuelco en su estómago, una felicidad que pocas veces había sentido en su vida, con su corazón latiendo freneticamente por el gusto que le dio oirle tan decidido frente a su hermana menor.

Con cada acto, cada gesto y cada palabra proveniente de Atsumu, todas las dudas en su interior se disipaban, ya no podía negarlo más tiempo; le gustaba Atsumu, le gustaba tanto que tenía miedo de ello, pero no pensaba renunciar a lo que sea que tenían, porque se siente tan correcto y tan cálido en su pecho qué se rehúsa a arruinarlo.

—Natsu, ¿por qué no llevas algunos cubiertos hacia la habitación para que comamos lo que Tsumu trajo? —la pequeña asintió con una sonrisa, era más obediente de lo normal cuando Hinata estaba enfermo porque le dolía verle así.

El pelinaranja caminó hasta sentarse en el sofá individual de la sala, siendo seguido por el rubio que estaba visitándolo.

—Uhm, veo que estás peor que ayer, Shoyo. —se puso de cuclillas frente a él, tomando la mano que el menor tenia apoyada en el brazo del sillón. El gesto preocupado en su rostro hizo que se sintiera tímido de repente.

Atsumu estaba en su casa solo para cuidarlo a él.

Trató de concentrarse en disminuir el mareo que de repente había sentido cuando estaba de pie, la mano de Atsumu sobre la de él, acariciándole con tanto cariño, de corazón musitó un "gracias", acompañado de una sonrisa.

Doble Filo [atsuhina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora