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Las cosas desde la perspectiva de Atsumu a veces comienzan a tener sentido. Solo a veces, en serio, porque ahora no entiende qué es lo que está pasando por la cabeza de Hinata.

Se considera alguien listo, no es el mejor con sus notas, pero es lo suficiente. Respecto a sus sentimientos, tal vez no sea tan inteligente, nunca ha tenido mucha diversidad para aprender hasta que conoció al menor.

No comprende qué es lo que siente, pero está seguro de haber derribado solo por Hinata, el muro que lo separa del mundo. Recuerda que le escribió que tal vez nunca lo había odiado y es completamente cierto. Después de un análisis profundo a sus sentimientos, comprendió todo, así que fue fácil decírselo, sobre todo con la sinceridad de la madrugada encima de él.

Sin embargo, ahora que su esfuerzo por acercarse a él, era considerable, parecía que Hinata lo estaba evitando, pero no se siente como si le odiara, más como si la presencia de Atsumu lo incomodara o molestara por alguna razón que él aún desconoce, ha visto sus ganas de decirle algo al abrir su boca para luego arrepentirse y seguir entrenando.

Superaron esa fase de incomodarse desde que Atsumu había llorado como un niño en su hombro, seguían molestándose, pero ya eran más como un dúo de amigos con confianza, que dos personas que se podrían haberse matado en algún momento.

Por ello es que el gemelo no dudó en buscar a Hinata con la mirada apenas ingresó al gimnasio, estaba emocionado por sentir lo nervioso que se ponía con su presencia, después de los mensajes intercambiados el domingo en la madrugada era consciente de que las cosas cambiarían entre ellos.

Pese a ello, no pensó que cambiarían para mal porque vio como Shoyo escapaba de él durante todo el entrenamiento, ignorandolo cruelmente y cambiándose de lugar cuando parecía que le tocaría hacer dupla con él. ¿Hizo algo malo de nuevo y no lo recuerda? Creyó que haberle dicho por fin la verdad sobre no odiarlo, le iba a traer algún tipo de paz al equipo, pero ahora todos le observaban preguntando "¿qué hiciste?" y por primera Atsumu no tenía idea de la respuesta.

Pero la tendría, porque no es una persona a la que le guste quedarse con la duda carcomiendo su cabeza (menos cuando toda la semana había estado siendo evitado), así que decidió que cuando termine el entrenamiento arrastraría a Hinata con él al rincón de la otra vez, necesitaba que mínimo le explicara por qué todo estaba mal de nuevo entre ellos.

—Kita necesito que nadie se quede hoy, por favor, tengo que hablar con Hinata. —susurró en el momento que el entrenador les dio para hidratarse antes de comenzar el partido de práctica con el que terminaban todos los entrenamientos.

— ¿No puedes hablar con él en cualquier otro lugar de la escuela? —Atsumu negó ante sus palabras, observándole con ojitos de cachorro que sabe que son difíciles de negar para Kita.

Después de unos segundos, cuando Shinsuke terminó por aceptar, la sonrisa se dibujó de oreja a oreja en el rostro del gemelo rubio. Ese lugar le traía buena suerte, está seguro.

Más que supersticiones, Atsumu quería llevar a Hinata rápido después del entrenamiento, si iban a un lugar demasiado lejos, ese chico escurridizo iba a soltarse y el gemelo perdería en todas las carreras de velocidad qué pudiera hacer contra él.

Así que, por el bien del propio equipo, conversará con el pelinaranja en ese rincón donde se vio tan abierto con sus sentimientos la última vez. Le agarró cierto cariño, porque todo resultó bien la primera vez que hablaron ahí, la privacidad que ese espacio tan pequeño le provió, hizo que Atsumu fuera completamente abierto con sus sentimientos, lo que quería expresar y gracias a ello, Shoyo no había dejado el equipo, ni la escuela.

Escuchó el silbato del entrenador que terminaba todo el entremiento, así que busco rápidamente con la mirada al chico, quién había corrido hacia los camarines, como si fuera consciente del plan de Atsumu. El gemelo corrió detrás de él, por suerte el menor se distrajo un momento con alguna cosa y logró alcanzarlo hasta tomar con fuerza su brazo.

Esta situación se está repitiendo mucho entre ellos.

—Tenemos que hablar. —comenzó a jalarlo hacia el rincón en el que hablarían, ignorando todos los quejidos de Hinata intentando soltarse del agarre.

Se movía de un lado a otro, haciendo que el gemelo aflojara a veces el agarre para que el bobo no se hiciera daño. Tomó su sudadera del piso cuando pasaron por el lado, antes de seguir arrastrando a Hinata bajo la mirada atenta de todos en el equipo, que no sabían realmente si intervenir o no.

— ¡Kita está de acuerdo! —con ese grito de Atsumu, todos en el equipo se relajaron, confiando en la sabiduría y conocimientos de su capitán.

Es increíble lo fácil que me creen.

— ¡Atsumu suéltame! —ignoró su pedido, cansado levemente de sus quejas, lo tomó en brazos, posandolo sobre su hombro para llegar más rápido a su destino. — ¡¿Qué haces, tonto?! ¡Bájame!

Los golpes que le estaba dando Hinata en la espalda posiblemente dejarían marcas, pero omitió el dolor que sintió apenas divisó las colchonetas en las que el más bajo se había sentado la última. Lo sacó de su hombro con cuidado para cargarlo por la cintura y poder sentarlo en esa superficia blanda. Posó las manos sobre sus muslos, como la última vez, pero ahora con la intención de evitar que el menor se escapara.

Aprovechó de sentir la piel bajo sus manos, gracias al short deportivo con el que jugaban, Hinata es suave, en más de una ocasión ha podido comprobarlo. Cuando iba a comenzar a hablar, la foto de Shoyo sin camisa frente al espejo que había visto en su instagram vino a su cabeza como un recuerdo fugaz. Sintió como el carmín se adueñaba de sus mejillas ante el simple recuerdo de una foto, se sentía tan pateticamente adolescente hormonal.

Borró rápidamente la imagen su mente, porque debía concentrarse en el presente y el pequeño enojado frente a él.

—Tú vas a decirme exactamente lo que hice para que me estés evitando hoy. —La mirada de desagrado que le dedicó Hinata le hizo saber que es algo grave, porque desvió sus ojos completamente enojado, mientras que sus brazos se cruzaban sobre su pecho.

Atsumu quiso reír porque se veía terriblemente adorable.

— ¿No vas a decirme, mh? —Aprovechó la situación, solo un poco, ya que Shoyo no se había quitado, ni tampoco le había golpeado para sacar sus manos.

Comenzó a acariciar la piel bajo sus dedos, con suavidad y cariño, haciéndole sonreír cuando sintió el cuerpo del menor tensarse, posiblemente los nervios adueñandose de él. — ¿Cómo puedo arreglarlo si no me dices qué hice mal, uh? Usualmente sé en que cometí un error, pero ahora de verdad estoy confundido y no quiero que estés enojado conmigo.

El calor subió por las mejillas ajenas, provocandole un vuelco en el corazón. Subió una de sus manos hasta su rostro, lo acarició con cuidado y ternura, pensando que en cualquier momento se rompería el momento de intimidad que se había generado.

¿Qué es exactamente lo qué sentía por Hinata? ¿Será él la primera persona en gustarle?

Su corazon latiendo así de rápido le dio una pista. Quizás podría tener su romance adolescente como tanto le había dicho Osamu.




























AAAAAA SE VIENE.

Doble Filo [atsuhina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora