Doble Filo [atsuhina]

36.

El camino de regreso a Hyōgo fue más triste de lo que pensó.

Había sido la semana más increíble de su vida y aún le quedaba poco más de una semana de vacaciones. Decidió dormir durante el viaje porque no había podido rechazar la invitación de Tetsuro a pasar la última noche entre todos en la sala asignada para Nekoma.

Recuerda toda la noche, cómo comenzaron con conversaciones inocentes sobre los partidos de ese día hasta que cerca de las dos de la madrugada habían comenzado a jugar verdad o reto, haciendo que más alguna confesión inesperada saliera a la luz.

Rió para si mismo ante el recuerdo de Bokuto golpeando a Kenma por retar a Keiji a besar a Osamu, todo por la elección del armador ese día. Por razones desconocidas —quizás no tanto—, Keiji no lo hizo, prefirió tomar a su compañero de equipo del brazo argumentando que era muy tarde y debían irse temprano. Hinata sabe que solo fue una excusa pobre para salir del momento, aunque sí se sorprendió al ver la cara de decepción de Osamu,él en serio quería besar a Keiji al parecer.

No quiso pensar mucho en eso para dirigir sus recuerdos hasta el momento en que Yamaguchi, un chico que había conocido gracias a Tobio, le tocó besar al bloqueador más insoportable que había conocido, uno rubio de lentes. Se había negado al inicio, pero terminó aceptando con la condición de que le dejaran ir a dormir.

Quiso seguir recordando la noche en su memoria, pero el sueño comenzó a vencerlo en la batalla, después de todo apenas y había dormido una hora antes de tener que salir de regreso a su ciudad. Con tanto sueño sobre si, recordó la ausencia de Atsumu a su alrededor durante toda la mañana, incluyendo el que estaban teniendo. Lo había estado evitando, lo notó.

Recuerda haberlo visto conversando con Osamu mientras desayunaban algo rápido, pero no le había saludado en todo el día, tampoco mirado o siquiera pasado por su lado. En su momento no le dio importancia porque era más prioritario despedirse de todos sus amigos. Además, Bokuto no lo soltaba mientras prácticamente sollozaba que lo extrañaría mientras Keiji trataba de separarlos, Hinata no ayudaba en realidad porque él también sentía lo mismo.

Estar toda una semana con tus personas favoritas era la mejor sensación del mundo, aunque la despedida dolía tanto que deseó, de todo corazón que en algún momento pudieran jugar todos en un mismo equipo. Se imaginaba un futuro utópico en el que Koutaro, Atsumu, Tetsuro, Tobio y él formaban parte del mismo equipo de voleibol profesional, quizás era mucho pedir, pero soñar era gratis. Y eso es lo que hacía constantemente.

Pero le dolía su ausencia, Atsumu había decidido sentarse con Kita ese viaje, escucha sus voces, más no entiende qué es lo que dicen realmente, se asomaba a veces por el pasillo y veía la sonrisa de Atsumu, ¿por qué no estaba con él? ¿Todo el día de ayer fue un sueño?

Siempre dudó de la relación que Kita tiene con el rubio, el poder que inegablemente tiene sobre él, gracias al respeto que Atsumu le tiene, le parece extraño. Quizás Kita siempre ha sentido algo por él, quizás siempre estuvo separando sus peleas para no dejarlos solos, quizás siempre entrenó con él con la excusa de ayudarle, cuando en realidad no quería dejarlos a solas. ¿Es posible? ¿Realmente Shinsuke es capaz de ello?

Lo duda, pero las pruebas están ahí, quizás todo es su imaginación. Atsumu riendo a su lado no ayuda mucho a sus pensamientos intrusivos. ¿Por qué lo está evitando? ¿Hizo algo mal? No recuerda, hasta ayer todo estaba bien entre ellos y se sentía volar al recordar que ahora eran novios, pero simplemente, en ese bus, seguían siendo el Atsumu y Shoyo de hace semanas atrás, que no se toleraban.

No se dio cuenta realmente, pero unas lágrimas se deslizarse por sus mejillas antes de dormirse. La imagen del abrazo que habían compartido Atsumu y él en la azotea al día anterior pareciendo más un sueño que un recuerdo.