28.

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Después de una de las mejores tardes que había tenido, todos se encontraban afuera de la cafetería pensando en si ir a sus casas para descansar o seguir en algún karaoke.

Hinata quiso ir con todas sus fuerzas al karaoke, pero se estaba cayendo del sueño que su cuerpo sentía, preocupando a todos en el grupo porque es extraño que se quede sin energía.

Atsumu se acercó a él lo suficiente para posar su mano sobre la frente, la cara adormilada del menor le aprecia tan adorable que sintió que podía gritar ahí mismo, pero la preocupación en su cuerpo estaba haciendo de las suyas.

Después de unos segundos comparando la temperatura del menor con la propia, concluyó que tenía fiebre, esa es la razón por la que se siente tan cansado.

—Posiblemente tu cuerpo reaccionó al término del estrés de los exámenes y te enfermaste por las defensas bajas que tuviste toda la semana, Shoyo. —la voz de Kita se escuchaba tan lejana en su cabeza que eso fue lo que le hizo comprender que debería estar en su cama y no yendo a un karaoke.

Suspiró frustrado, nunca se enfermaba gracias a que sus defensas eran realmente buenas, pero admite que ha estado bajo demasiado estrés emocional, lo que pudo haberse visto reflejado físicamente.

Apoyó la frente en el pecho frente a él, Atsumu le acariciaba la cabeza con cuidado, tratando de confortarle mientras el equipo decidía si llevarlo a un hospital o a su casa.

—Les parece si yo lo ayudo a llegar a su casa y de ahí veo cómo sigue hasta la noche... —Hinata sintió como su cuerpo de tensaba ante la idea de Atsumu entrando y quedándose en su casa solo para cuidarlo, ni siquiera había limpiado el desastre en su habitación por los exámenes.

Negó sin despegar la cabeza de su pecho, totalmente avergonzado por sus pensamientos tan tontos al respecto.

—Estaré bien, chicos. —se separó, sin querer realmente del mayor, para poder darles una sonrisa a todos. —Mi madre sabe cuidar de mi en estos momentos, el lunes estaré bien.

Todos asintieron ante las palabras ajenas concluyendo que esa sería la mejor opción, después de todo, las madres son sabias.

Se despidieron de Atsumu y Hinata después de que estos tuvieron una especie de discusión sobre si era necesario que el mayor lo acompañara o no hasta su casa, Shoyo perdió por decisión del equipo. Habían votado y todos decidieron que era mejor que estuviera acompañado.

Comenzaron a caminar muy cerca del otro, ambos con las manos en sus bolsillos por el frío que hace ese día. Hinata estaba realmente nervioso por toda la situación que ahora los envolvía, sus sentimientos se sentían tan presentes entre ambos que era difícil no dejarse llevar por ellos.

—Uhm, tengo algo para ti... —rompió el silencio entre los dos, obteniendo toda la atención del rubio en él. Se detuvo unos segundos para poder buscar el paquete en su mochila, cuando pudo sacarlo, se lo ofreció tímidamente al mayor. —Sé que fue una semana difícil, lo vi y me acordé de ti.

Se cohibió ante el brillo que tenían los ojos de Atsumu al recibir el paquete entre sus manos, se veía tan emocionado, como un niño recibiendo regalos en navidad. Lo alentó a abrirlo para poder deleitarse con aun más emoción, incluyendo una mirada completamente enternecida que le estaba dedicando.

Hinata no tardó más de dos segundos en tratar de seguir caminando, lejos de esa mirada llena de ilusión que le hacía poner más nervioso y tímido que nunca, pero la mano contraria sujetando su muñeca le detuvo, mas no se atrevió a voltear.

El carmín estaba decorando sus mejillas, así que ahora podía asegurar que parecía un tomate por lo rojo qué estaba gracias a la fiebre también.

—Es el mejor regalo que me han dado, duraznito. —quiso llorar ante el apodo, pero no logró hacerlo porque Atsumu lo jaló hacia atrás hasta que pudo envolverlo entre sus brazos con fuerza. Su rostro fue a esconderse en la curvatura de su cuello, mientras que Hinata posaba su mentón en el hombro ajeno, quedando de puntitas por la diferencia de altura. —Eres realmente un sol, Shoyo.

Las palabras le hicieron darle un leve golpe en el pecho, los nervios se adueñaban de él y no sabia gestionar sus emociones por lo que la violencia era la mejor manera de pedirle que se detenga (porque su corazón estaba latiendo muy fuerte). Observó como colgaba el colgante en el manojo de llevas qué guardó en su mochila nuevamente después de unos segundos observándolo.

Es impensado para él que hace unas semanas estaba pensando en cambiarse de escuela, pensando en dejar esta oportunidad que ahora se presentaba frente a él. Si Atsumu nunca se hubiera disculpado, las cosas serian tan diferentes, su corazón dolía de solo pensar en esa posibilidad.

—Vamos a tu casa, necesito que descanses. —sintió los labios de Atsumu contra su frente, haciéndole entender que realmente tenía fiebre porque la diferencia de temperatura le hizo cerrar los ojos un momento de la sorpresa.

El mayor enredó sus dedos con una sonrisa cálida en su rostro, mientras guardaba sus manos entrelazadas dentro del bolsillo de su abrigo.

Siguieron caminando en un cómodo silencio, ambos pensando que el contacto contrario se sentía demasiado bien para soltarse en algún momento.

Cuando estuvieron dentro del bus, Hinata quiso sentarse en el lado de la ventana por lo que Atsumu quedó en el pasillo, sin soltar sus manos aun, el menor comenzó a observar la ciudad pasando rápidamente por el movimiento del transporte.

— ¿Qué haces, hm? —el sonido de la cámara lo desconcentró de sus vistas, volteando para ver a Atsumu apuntando la cámara de su celular hacia él. —No me tomes fotos cuando estoy muriendo, Miya, que malo.

—No estas muriendo, exagerado. —dejó brotar una risa de entre sus labios sin mirar directamente a Hinata. —Te veías lindo y no dudé, me cansé de dudar.

Un significado oculto detrás de esas palabras hizo que ambos sonrieran, observando los ojos ajenos con un cariño que no sabían que existía entre ellos hace algunos días.

No entiende muy bien por qué actúan de esta forma, no son novios, pero sus manos siempre están buscando contacto; no son novios, pero siempre se están coqueteando de maneras sutiles. No son novios, pero sus corazones latian sincronizadamente como si estuvieran en una especie de danza qué ambos disfrutaban.

Sin embargo, podía entender que esto se sentía correcto, estar así, tomados de la mano y riendo por algo que Osamu le dijo a su acompañante por chat, se sentía tan bien dentro de sí mismo que intentaba no pensar en una etiqueta para ambos.

Simplemente habían dejado de dudar, permitiendo que todos sus sentimientos y emociones fluyan de la manera que ambos quisieran. Sin cuestionarse cosas bobas como si estaba bien hacerlo sin ser novios o si estaba bien si hace unas semanas se odiaban, Hinata dejó de prestarle atención a esos detalles y se concentró en las facciones felices de Atsumu.

Tal vez me gusta más de lo que pensé.













Que linda toda la relación de estos, quiero un Atsumu en la vida real por favor, sniff.

Al parecer mi método de pedir que voten funcionó, así que ahora aumentar la cifra y diré que subiré el próximo capitulo cuando llegue a 15 estrellitas, no es mucho sabiendo que cada capítulo tiene 30 leídas mínimo, así que jeje.

La verdad es que me hace feliz leer comentarios o ver estrellitas, así que se los agradezco siempre.

De nuevo, gracias por leer!

-deku.





Doble Filo [atsuhina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora