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No entiende nada, si tuviera un examen en inteligencia emocional, posiblemente reprobaría, porque si no, no estaría aquí dejándose acariciar por Atsumu cuando se había determinado a terminar con esa confusión que el mayor le generaba.

Estaba tan enojado con él que evitarlo durante el entrenamiento había sido la decisión más acertada, cuando lo tuvo cerca quiso golpear su atractivo rostro.

Había pasado todo el domingo observando el perfil de Atsumu en instagram, condenado a las sensaciones que verlo le generaban. A diferencia del propio, el gemelo tenía pocas fotos en su perfil, especificamente tres de él, una completamente de relleno en la que se veían sus manos (Hinata estuvo varios minutos observando esa foto de relleno) y una donde estaban él y Osamu frente a un espejo, en traje.

Por algún motivo, se sintió avergonzado viendo esa foto, quizás por los pensamientos que se adueñaron de su mente en cuanto la vio. Siguió revisando más cosas después de unos minutos, cuando sus mejillas ya volvían a su temperatura normal. Encontró en sus destacadas una foto bastante tierna, estaba Atsumu con el gatito de la escuela, durmiendo con él en brazos, el mismo día que tuvieron ese encuentro en la azotea.

Una puntada en el corazón le delató ante si mismo. Quién habrá tomado la foto.

Despejó la molestosa pregunta de su cabeza, para continuar revisando. En determinado momento su celular salió volando por los aires ante el sorpresivo cambio de "historia destacada", en la foto estaba Atsumu mordiendo una corbata frente al espejo.

Demasiado atractivo para su propio bien y demasiado atrayente para el mío.

Recuerda haber estado esperando una respuesta a su mensaje, todo el día, pero nunca llegó, así que había decidido revisar su perfil. Pero ahora ya había terminado de hacerlo, era domingo por la noche y el mensaje tan esperado nunca llegó, eso le deprimió bastante, tanto que apenas y pudo dormir esa noche.

Estuvo toda la semana pensando en ese maldito mensaje que aun no era respondido por Atsumu, pero lo que más le molestaba, es que él actuó como si nada en el entrenamiento, buscando hablarle de diferentes cosas, actuando tan malditamente interesado en él. Le confundía tanto que podía llorar.

Eso le había tenido tan molesto e incómodo durante la semana, no podía evitar pensar que quizás cometió un error y Atsumu solo estaba ignorando el mensaje para no arruinar las cosas. Quizás mal interpretó las señales, quizás solo estaba comiéndose la cabeza por una boberia, quizás debería preguntarle directamente al gemelo en vez de estar sacando conclusiones basadas en su casi nulo conocimiento de la personalidad del rubio.

Pero cada vez que él se acercaba, salía huyendo como un cobarde, porque también tiene miedo de la respuesta, no quiere afrontar la realidad en la que toda su extraña relación con el gemelo se va a la basura.

Aunque Atsumu no tenía la misma idea, porque seguramente estaba cansado de sus evaciones. Ahora estaba justo frente a él, con el carmín decorando sus mejillas por los toques contrarios sobre su cuerpo. El enojo se expresaba en su rostro, de eso estaba seguro, pero no tardó mucho en derretirse cuando escuchó al contrario hablarle con ese tono de voz, tan suave y áspero al mismo tiempo, con el que Hinata se podría dormir en paz.

Pensó unos segundos sobre si decirle la razón de su enojo, pero no entiende cómo Atsumu no sabe qué está molesto por la inexistente respuesta a su mensaje, haciéndolo sentir tan patético rogando por amor de alguien que solo juega con él.

Sin embargo, no quería continuar con este maldito juego en el que se habían metido, estaba cansado de este ir y venir, tenía que terminarse ese mismo día. Sintió el enojo aglomerado en su interior, toda la frustración acumulada durante la semana le gritaba que se desahogara, así que con una respiración profunda, tomó acción. Se bajó del lugar en el que estaba sentado y comenzó a buscar las palabras indicadas para expresarse, caminando de un lado a otro.

Doble Filo [atsuhina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora