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Su cuerpo se sentía más ligero después de estar en cama reposando todo el fin de semana. La visita de Atsumu el día sábado le había hecho tan feliz que durmió con una sonrisa todos esos días. Natsu no pudo evitar hacer comentarios a su madre respecto a la visita del rubio, así que ahora, por petición de su madre y en agradecimiento, debía invitar al mayor a cenar algún día pronto.

Sacudió su cabeza para ignorar los nervios que le generaba la idea de Atsumu en su casa, cenando con su madre y hermana, era demasiado comprometedor para dos personas que solo eran amigos... Y tal vez algo más.

—Shoyo, ¿qué piensas? —Okkotsu se puso a trotar a su lado, estaban calentando antes de comenzar a entrenar realmente, por lo que Hinata suele separarse del resto y disfrutar de lo que la soledad le otorgaba.

—No mucho, solo me sorprende lo calmado que ha estado la página de chismes estos días. —vio como su amigo a su lado asentía de acuerdo, aun no tenían una idea real de quien podría ser la persona detrás de "XOXO", pero sentía que estaba más cerca de lo que pensaba.

En los últimos rumores que se habían subido se confirmó la relación de Yuta con Toge, lo que tenía a la escuela revolucionada, de buenas y malas maneras, no se esperaban aquella pareja; también habían hablado sobre la relación extraña que tenían Osamu y Rintaro, dejando demasiado para hablar. Incluso Kita, quien pocas veces es nombrado en esa página, se había llevado unos rumores molestos sobre lo dictador que era con el equipo y sobre cómo todos le tenían miedo.

Lo que más le preocupaba a Shoyo en ese momento es que no habían hablado de Atsumu en toda la semana, siente que se viene algo realmente estresante de solo pensarlo. De él seguían tratando de crear historias sobre Kageyama, incluso Oikawa aparecía en las narraciones de la página.

Pero esos días, simplemente habían estado ignorando al equipo, lo agradecía, pero sentía que hay algo detrás de este repentino silencio.

—Hay que disfrutarlo mientras dure, los estúpidos de mis compañeros no dejan a Toge en paz.

Hinata lo sabía, en mas de una ocasión había tenido que defender a Inumaki de las estúpidas burlas que recibía solo por salir con un chico. A Yuta no le decían ni la mitad de las cosas que a él solo por ser parte del equipo, eso le molestaba porque Toge no es inferior a ellos, no tendrían que tratarlo diferente.

El entrenador hizo sonar el silbato fuertemente, sacando a todos del trote que llevaban durante minutos para comenzar a explicar el ejercicio con el que iniciarían.

Ese día les tocaba saques por lo que cada uno tendría que emparejarse con alguien que tenga mejor técnica para ayudarse mutuamente. El plan del ejercicio consistía en lograr apuntar de manera correcta los saques, por lo que el entrenador posicionó 5 conos en el otro lado de la red, cerca la de línea de fondo. El sacador tendría que derribarlos (o por lo menos intentarlo) para que la siguiente pareja tuviera su turno y después intercambiaban de lugar entre ellos.

Por el tipo de ejercicio no pudo emparejarse con Yuta, se despidió con la mano exageramente de él, como si no lo fuera a ver en meses y se decidió ir en busca de Aran para que le ayudara a sacar mejor.

—Para dónde vas... —Atsumu lo jaló del brazo hacia atrás justo cuando Aran lo observaba con una sonrisa, le volteó en el lugar y le dio el balón en las manos. —Voy a fingir que no me ofendió que no me buscaras a mi para seguir mejorando tu saque... —Tomó al menor de la mano para ir rápidamente hasta la fila, después de Osamu junto a Yuta. Es verdad que Atsumu emhabia sido el mejor en servicios durante dos años, pero ni siquiera pudo escuchar lo que decía. —Entonces...

Hinata quiso prestar atención a todo lo que Atsumu le estaba hablando sobre el tipo de saque que iban a practicar primero, pero no pudo sacar de su cabeza la imagen de Atsumu evitando que se emparejara con Aran.

Cuando llegó su turno, esperó que el rubio se posicionara detrás de las botellas, él tiene que ir levantándolas en caso de que Hinata logre derribarlas. Aun no mejoraba del todo en los saques, así que logró derrotar solo dos de cinco, pero para él no estaba mal. Había mejorado bastante en pocos meses.

Apenas Atsumu llegó de nuevo a su lado, la imagen de él jalandolo de la mano para ir a la fila no lo dejaba tranquilo, realmente la idea de que estuviera celoso generaba un burbujeo en su interior, una especie de complicidad qué había comenzado a nacer en ellos hace tiempo y recién hasta ahora lo notaba.

— ¿Estabas celoso? —tuvo que preguntarlo, en voz baja para que solo Atsumu, de todas las personas en la fila, lo escuchara.

Atsumu le observó con una ceja levantada y una media sonrisa, sabiendo la cantidad de cosas que generaba en el menor.

— ¿Por eso es que ignoraste toda mi explicación para mejorar tu saque, duraznito? —sintió como le temblaron las piernas ante la cercanía repentina que el rubio había tenido con él, la fila avanzó mientras Hinata intentaba recobrar la compostura sin quitar los ojos de los ajenos.

—N-no te ignoré... —Atsumu le observó con incredulidad y una media sonrisa. —Deja de observarme así. —llevó la palma de su mano hasta el rostro contrario para hacer que el rubio quitara sus ojos de él.

—Sé que te pongo nervioso, pero podrías... —Tomó su muñeca para acercarse aún más a él, ingresando suficiente a su espacio personal para susurrar en el oído del menor. —Disimular un poco, pequeño.

Todo su cuerpo se tensó ante el apodo con el que le había llamado, mas no se movió de su lugar hasta que Yuta lo empujó indicándole que era el turno de Atsumu de hacer los saques.

Aun aturdido por lo que acababa de pasar, trotó hasta detrás de las botellas y fue vilmente humillado por el gemelo, había logrado derribar las cinco, el único capaz de hacerlo en todo el equipo. El entrenador lo felicito por su mejora en los saques, incluso siendo tan fuertes y rápidos, Atsumu tenía el mejor control qué había visto sobre ellos.

Trotó hasta quedar a su lado, sin decir una palabra de lo nervioso que le pone el aura y esencia de Atsumu Miya.

—Luces algo... nervioso. —rió bajito al escuchar el gruñido que Hinata le había dedicado, tomó la pelota de sus manos, jugando con ella mientras llegaban nuevamente a la fila.

—Te odio mucho, Miya. —se cruzó de brazos, esperando pacientemente qué su turno llegara nuevamente.

Atsumu a veces es un enigma para él, lo que es atrayente de muchas maneras diferentes, sobre todo cuando actúa de esa forma que le descontrola las hormonas de adolescente. Se había cuestionado muchas veces cómo se sentiría besarlo de nuevo, ahora sin el calor del enojo y la discusión presente, pero el pensamiento lo ponía tan nervioso que dudaba poder hacerlo algún día.

—Shoyo, admitelo... —llamó su atención, el mayor portaba una ceja enarcada y una sonrisa gatuna en su rostro que le atrae tanto. —Te atraigo tanto como tú a mi.

Una mordida en el lóbulo de su oreja le hizo dar un salto pequeño en el lugar. Observó hacia a todos lados, notando qué sus compañeros estaban en su propio mundo hablando de saques. Atsumu rió ante la reacción del menor, le parecía adorable lo tímido y nervioso que podía ponerle.

—Eres de lo peor, amigo. —si podía dañar ese ego importante que le aturdía y colocaba nervioso, utilizaría la oportunidad.

—Y algo más... —pero claro, no es como que Atsumu vaya a dejar que su ego se vea dañado, mucho menos con un intento tan bobo, así que dejó un beso en la cien del menor y siguió enfocado en el entrenamiento.













Al final no hice el especial por mi cumpleaños, pero traigo este capítulo en agradecimiento por las 2k leídas, me hace muy feliz escribir este fic, aunque apenas me quede tiempo con la universidad sighs.

Espero les esta gustando, me hacen feliz las estrellitas y comentarios, así que como siempre, se agradece todo.

Gracias por leer

-deku.

Doble Filo [atsuhina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora