5. Quiero entenderte

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Las tardes de otoño hacían que Bosco se sintiera más nostálgico que de costumbre. Tal vez era porque el cambio en el ambiente entre las cálidas y cortas noches de verano a las frías y largas noches de invierno, lo hacían sentirse más solo, más expuesto.

Desde que murió su mamá, Bosco no había encontrado su lugar en el mundo, su centro; simplemente, para el castaño, él no pertenecía a ningún lado.

Tenía a su familia, pero Bosco se sentía tan desconectado de la dinámica familiar: a veces por las mañanas, cuando ponía atención a las platicas, se daba cuenta de que Gala y Eder conversaban sobre películas que había visto o se hacían preguntas sobre cosas que habían hecho en su día; la mayoría de las ocasiones, el castaño no tenía ni idea de lo que estaban hablando.

Sus hermanos siempre lo incluían en los planes, pero Bosco los rechazaba de manera educada casi todo el tiempo; ellos siempre le decían, en broma, que era muy amargado y que se enojaba por todo. A pesar de saber que lo hacían por molestarlo, a Bosco le incomodaba mucho que sus hermanos lo tuvieran en ese concepto, por lo que prefería no ir con ellos a la mayoría de los lugares para no arruinarles la diversión.

Convivía con ellos por separado; iba a fiestas con Gala y, en ocasiones, la invitaba a esculpir con él; con Eder veía películas de superhéroes y también jugaban juntos juegos de mesa, pero eran contadas las ocasiones en las que hacían actividades los tres juntos.

Con su papá... bueno, había días buenos y días malos. En el mejor de los casos, su papá entraba por las noches a preguntarle cómo le había ido en el día, si tenía alguna novedad que contarle, cosas así. Y a Bosco le gustaba que lo hiciera, lo hacía sentir que a su papá le importaba lo que le pasaba; sin embargo, esas platicas casi siempre terminaban en discusiones porque el tema de sus calificaciones en matemáticas siempre salía a relucir.

No importaba todo lo bueno que Bosco hacía: su enorme disciplina en el esgrima que lo había llevado a ser campeón individual cuanto apenas tenía catorce años y a ser el líder de su equipo siendo de los más jóvenes de la academia; tampoco importaba que su promedio, sin contar matemáticas, fuera bastante bueno y que no se metiera en problemas en el colegio; Bosco no llegaba tarde cuando salía a las fiestas y no hacía cosas sin permiso, a excepción de fumar, como lo hacían la mayoría de los chicos de su edad.

No, nada de eso importaba, su papá solamente veía el cinco en matemáticas en su boleta de calificaciones y con eso era suficiente para decirle que tenía que madurar, tomarse las cosas enserio y dejar de ser tan apático en la vida.

Poco a poco, cuando su papá entraba a su recámara a hablar con él, Bosco se puso más y más a la defensiva, al punto de que su papá cada vez entraba con menos frecuencia: por un lado estaba bien, ya que si no hablaban, no discutían, pero por otro lado, ahora había ocasiones en las que pasaban días sin que él y su papá tuvieran una conversación a solas.

No obstante, Bosco era muy inteligente y conocía muy bien a su papá; sabía qué palabras usar y que fibras sensibles tocar en él para manipularlo un poco y lograr salirse con la suya.

Bosco estaba castigado desde el día que fueron a casa de los Roble para acusar a Pedro Pablo de robo; desde ese día no podía salir de su casa más que para ir a la escuela y tampoco había tenido práctica de esgrima con su entrenador privado; había tenido que ir a la academia y entrenar con todos los demás o entrenar él solo en casa, cosa que no le molestaba tanto ya que, conociendo a su papá, pudo haberle cancelado las prácticas completamente.

Después, su castigo se extendió por más tiempo debido a una discusión muy fuerte que tuvo con Paz en donde casi la hizo llorar. Bosco tenía que admitirlo; se sentía un poco culpable por haber llegado a tal extremo con la cocinera, por lo que aunque no se disculpó, tampoco discutió con su papá por la extensión del castigo; en el fondo, Bosco sabía que se lo merecía un poquito.

Aprender a quererte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora