8. Aquí a mi lado

153 19 22
                                    

-Bosco, has estado más distraído que de costumbre- la voz de Roberto lo distrajo de sus pensamientos, los cuales tenían nombre y apellido: Pedro Pablo Roble.

Llevaba toda mañana pensando en lo que haría con Pedro Pablo esa tarde; no sabía si ir al cine era la mejor opción para su primera cita, pues le parecía una idea bastante genérica, muy poco original. Su primera cita con Pedro Pablo debía ser especial, tan mágica como el rizado, pero Bosco no sabía a dónde llevarlo para que la cita fuera tan perfecta como Pedro Pablo se merecía.

-Estoy pensando- respondió Bosco, aún algo distraído.

-Pidan un deseo- bromeó su amigo con una sonrisa más maliciosa de lo que a Bosco le gustaría.

Era ya un viejo chiste local entre sus amigos hacer ilusión a que Bosco rara vez pensaba, como si el chico fuera un ente vacío en cuya cabeza nunca sucedía nada importante; todo era gracias a las malas calificaciones de Bosco en matemáticas, lo cual lo molestaba cada vez más; tenía un promedio mucho más alto que todos sus amigos, pero por ser malo en una sola cosa, todos se divertían a sus costillas llamándolo tonto en cada oportunidad que tenían.

-Lo dice el que reprobó filosofía otra vez- respondió Bosco en tono malhumorado.

Roberto hizo un gesto con la mano, restándole importancia al comentario de Bosco - A nadie le importa filosofía-

-¿Qué quieres, Roberto?- preguntó Bosco algo cansado de su amigo, incluso si este acababa de llegar.

-Te decía que si quieres ir a los bolos esta noche; iremos todos los del equipo de esgrima, incluyendo a Gio- el tono de Roberto era insinuante, probablemente debido a que Giovanna jamás había ocultado que sentía una atracción muy fuerte hacia Bosco.

-No puedo, ya tengo planes- respondió Bosco con sequedad; estaba un poco harto de que todos parecieran dispuestos a arrojarlo a los brazos de Giovanna, sin molestarse en preguntar su opinión.

-Eso es mentira, tú nunca quieres salir a ningún lado a menos que te obliguen-

-Esta vez es diferente- respondió Bosco sonriendo sin poder evitarlo; solo de pensar en su cita con Pedro Pablo, sentía que la sonrisa más tonta escapaba de sus labios sin poder, ni querer, impedirlo.

-¿Con quién vas a salir?- preguntó Roberto con un repentino interés que descolocó un poco a Bosco.

-Con un amigo- se limitó a responder: no lo avergonzaba en absoluto el cariño que sentía por Pedro Pablo, pero quería preservarlo un poco más, cuidarlo de la gente que podría intentar dañar algo que era demasiado valioso para Bosco como para exponerlo así como así.

-¿Un amigo? Nosotros somos tus únicos amigos-

-¿Por qué estás haciendo tantas preguntas? Ya dije que no puedo hoy y es lo único que te debería importar- Bosco comenzaba a perder la paciencia ante el bombardeo de preguntas que su amigo le estaba haciendo.

-Solo era curiosidad- respondió Roberto- Estas muy raro últimamente, ya jamás sales con nosotros-

-Mi papá me castigó, lo sabes; me acaba de levantar el castigo anoche-

-¿Y lo primero que harás será salir con ese amigo misterioso tuyo? Eso es raro- Roberto estaba cada vez más desconcertado: conocía a Bosco lo suficiente, desde los cuatro años para ser exactos, y sabía que estaba ocultando algo; lo que no sabía era qué.

-No sabía que tenía que pedirle permiso a alguien que no fuera mi papá para salir con quien yo quisiera- replicó Bosco sin ceder ante la insistencia de Roberto; apenas y le rendía cuentas a su papá, no pensaba rendirle cuentas a nadie más.

Aprender a quererte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora