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-Joder, ¡eres el policía que detuvo a aquel chico que intentó robarle a mi amiga! ¡Eres tú! -exclama Ángela alucinada.

-Sí, soy ese. Recuerdo que llegaste como una histérica y que Nora no reaccionaba -Joel me mira y ríe al recordarlo.

Ángela me mira y se ríe también.

-Se llama Joel -suelto antes de que empiecen a hablar de aquel vergonzoso momento.

-Encantada, yo Ángela -le dice dándole dos besos en las mejillas -. Y tú..., creo que tienes algo que contarme, ¿no? -me dice bajito, como si él no la oyera.

Esto va a resultar más intimidante de lo que esperaba. Después de un año y tres meses completamente sola, al verme con un "misterioso amigo", la gente se hace preguntas. No para mal, porque todos se alegrarían, pero el simple hecho de verlos a todos pendientes de mis movimientos, es totalmente abrumador.

Él, mientras, parece disfrutarlo, ya manteniendo fuera una conversación con mi padre, al parecer, sobre la política de este país, y mirándome cada vez que hace una pausa.

Ya están todos. Está María, que llegó, para variar, con dos bolsas con mucha carne, que compró en la plaza de abastos y que no quería que faltara para la barbacoa. Gladis, con su marido y sus hijos. Más amigos de Maya del instituto, algunos vecinos, los padres de mis amigas, la hermana de Oliver con su marido, sus tres hijos pequeños y también sus padres, los que un tiempo atrás fueron mis negros. Yo, a un lado del porche, me sitúo con mis amigas mientras me interrogan sin parar. Más Ángela que Melanie.

-¿Te lo has tirado? -pregunta Ángela con todo su desparpajo.

-Por el amor de dios, Ángela, ¡no! Solo fuimos a tomar algo. ¿Es que cuesta creer que es solo amistad entre vecinos?

-Pues sí, no hay nada más que ver cómo te mira, y..., cómo lo miras tú a él. Ya te dije que el vestido lo usarías para una ocasión especial. De esta noche no te escapas, ya te lo digo yo -insiste Ángela convencida.

-Ángela, deja de presionarla, la pobre no sabe dónde meterse con tantos comentarios y especulaciones -le recrimina Melanie en intento de defensa.

-Lo siento, nena -se disculpa irónicamente Ángela -a veces soy muy bruta. Esta noche haréis el amor -ríe y entonces me hace reír a mí también al saber que ella es insaciable.

-Tú no cambias, Ángela -ríe Melanie también.

-¡¿Qué?! ¿Es que tú no has visto lo bueno que está? Salta a la vista. Además, hace ya más de un año que no fo... Perdón, «que no haces el amor» -se carcajea -. ¡Ahora mismo tendrás que estar pegándole bocados a las paredes! Joder, ¿nunca te enciendes? ¡Tendrás el dedo encallado!

-Ángela, por dios, ¡para!

-Está bien, está bien -levanta las manos en señal de rendición.

Después de la lluvia de excesivos comentarios y preguntas sobre Joel y mi estrechez en cuanto al sexo, me distraigo y me relajo un poco ayudando a mi madre con la barbacoa. Vuelvo a verla contenta, al parecer ya habló con mi padre y eso me deja tranquila.

Maya está bailando al ritmo de la música con sus amigos y rio cuando la que está sonando es Kiss the sky , de Jason Derulo.

-Esta la bailas muy bien -me susurra Joel al oído y yo pego tal brinco que una chistorra recién hecha casi cae a mis pies.

-¡Nora! ¿Te has quemado, cariño? -grita mi madre alarmada.

-Por suerte, no -se adelanta a decir Joel -. Tienes una hija un poco patosa -ríe.

-Eso es verdad, hijo -afirma mi madre antes de que yo pueda articular palabra -. Una vez, de pequeña...

-¡Mamá, por favor! -le interrumpo -. No empieces a contar anécdotas de cuando era una cría -exclamo enfurecida y sonrojada.

Yo soy NoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora