𝐓𝐇𝐄 𝐓𝐀𝐓𝐓𝐎𝐎 𝐎𝐅 𝐌𝐘 𝐒𝐎𝐔𝐋 (𝐑𝐈𝐍𝐃𝐎𝐔 𝐇𝐀𝐈𝐓𝐀𝐍𝐈)

CAPITULO 14

Advertencia escena + 18

Himari y Rindou se sentaron juntos bajo el cielo estrellado. El aire fresco de la noche se mezclaba con el aroma a madera quemada, creando un ambiente cálido y acogedor alrededor de la fogata. Rindou, con una expresión tranquila, giraba un malvavisco sobre el fuego, observando cómo se doraba lentamente. De pronto, sintió una mirada sobre él. Levantó la vista y encontró los ojos de Himari fijos en él, brillando con una intensidad especial bajo la luz de las llamas.

Un leve sonrojó se extendió por las mejillas de Himari al darse cuenta de que Rindou la había descubierto. El la observaba con una ceja ligeramente levantada, y una sonrisa nerviosa jugando en sus labios.

- No te preocupes, no te estoy comiendo con la mirada - dijo Himari, con un tono juguetón, tratando de disimular el rubor qué tenía.

Rindou soltó una pequeña risa - Descuida, no me importa. Aunque... no me molestaría que me miraras un poco más.

Himari se sonrojó aún más, sintiendo un extraño calor recorrer su cuerpo - Oh, ¿si? ¿Y que te gustaría que hiciera con esa mirada?

- Bueno, podrías empezar por decirme lo guapo que estoy con este fuego qué me da un brillo especial a los ojos - dijo Rindou, con una sonrisa pícara.

- Ya te dije que no te estoy comiendo con la mirada - replicó Himari, pero sus palabras sonaban más como un susurró.

- Pero podrías hacerlo - dijo Rindou, acercándose un poco más a ella.

Himari se sintió atrapada en su mirada, incapaz de apartar la vista. Su corazón latía con fuerza en su pecho, y un extraño deseo la invadió.

- En realidad, creo que te ves bastante bien con el fuego - menciono Himari, con la voz temblorosa.

- Hmm, supongo que la luz del fuego hace que todo se vea un poco más... cálido. Pero lo que realmente me hace sentir cálido es estar aquí contigo.

Le guiño un ojo, jugando con un mechón de su cabello castaño con un dedo. Un acto que hizo que Himari lo mirara.

- Aunque, si quieres, puedo encender el fuego un poco más para qué puedas admirarme mejor. Rindou se inclinó hacia ella, su rostro a centímetros del suyo - Sabes, Himari - Comenzó - creo que estoy bastante guapo.

Himari con una sonrisa burlona levantó una ceja - Oh, ¿si? ¿Y que te hace pensar eso?

- Bueno, mira - dijo Rindou, señalándose a sí mismo con un gesto exagerado. - Este rostro esculpido por los dioses, y esta mirada mira mis ojos, esta... esta... ¿como se llama? ¡Ah, si! ¡Esta mandíbula tan definida!

Himari soltó una carcajada - Rindou, eres tan divertido. ¿En serio te crees eso? - lo molesto Himari.

- por supuesto que si - respondió Rindou con una sonrisa orgullosa. Soy irresistible, Himari. No puedes resistirte a mi encanto.

Himari se acercó a él, inclinándose para susurrarle al oído - Ya veremos - dijo, con una sonrisa pícara - Pero dime, ¿de verdad crees que eres tan guapo?

Rindou, con la mirada fija en los ojos de Himari, sintió su corazón latir más rápido - Bueno, tú eres la que mejor puede juzgarlo - dijo, su voz ligeramente ronca.

Himari se acercó aún más, quedando con su rostro a centímetros del suyo - Entonces ¿Que piensas? ¿Soy irresistible?

Rindou, sin poder resistirse a la mirada de Himari, asintió lentamente - Si - respondió con su voz apenas audible - Eres irresistible.

Rindou, con su piel clara y su figura atlética, emanaba un aire de confianza que cautivaba a Himari. Sus ojos, de un violeta intenso y profundo, brillaban como dos gemas raras, reflejando su personalidad intrigante. Su presencia era magnética, y cada movimiento que hacía parecía estar lleno de una elegancia natural que lo hacía aún más atractivo.