Leila
El clic de la cámara resonó en el cuarto justo cuando Emily, de espaldas a mí, metía cosas a su mochila con movimientos apresurados. La luz del atardecer que entraba por la ventana se reflejaba en su uniforme de secundaria, haciéndolo parecer más arrugado de lo normal. Se giró apenas al escuchar el sonido de la cámara y sonrió, aunque se notaba que estaba apurada
—¿Otra foto? —preguntó, manteniendo su tono ligero mientras seguía buscando algo más para guardar de forma rapida.
Asentí mientras veia la foto que habia tomado antes de que desapareciera, apuntando a otro lugar de la habitacion para sacar otra.
—Ven, fotógrafa, dame una mano —me dijo, señalando el abrigo que había dejado tirado sobre la cama al llegar del instituto. Deje que la camara en mis manos colgara de la cinta en mi cuello y me acerque rapidamente a alcanzar su abrigo, pero no pude evitar preguntar.
—¿Por qué estás guardando tantas cosas? —dejé el abrigo a su lado mientras la miraba con curiosidad—. Dijiste que íbamos a comer pizza y que me ibas a dejar dormir en tu cuarto.
Emily me interrumpió, sonriendo de forma extraña. Dejó de guardar cosas y tomó mi cabeza entre sus manos para dejar un pequeño beso en mi frente. Odiaba que me diera besos, yo ya era una niña grande para que mi hermana me estuviera dando besos.
—Comeremos pizza allá, iremos de pijamada. ¿No crees que es aún mejor, mh?
—¿Pijamada? —escuché el cierre de la mochila cerrarse luego de que metiera unas cosas más.
Luego me tomó de debajo de los brazos y me subió a la cama, agachándose frente a mí para ponerme unos zapatos que ya había separado—. ¿A dónde?
—A una casa muy bonita —respondió rápidamente, como si esa fuera la única explicación que necesitara darme. Cerró la mochila y se agachó frente a mí, poniéndose a mi altura—. Vamos a ver a alguien que creo que te va a caer muy bien. Se llama Jayce.
Fruncí el ceño, intentando recordar si me había mencionado ese nombre alguna vez. No me sonaba.
—¿Es tu amigo?
Emily se detuvo un segundo al terminar de atar mis zapatos. Parecía dudar, y eso no era algo que hacía normalmente. Finalmente, sonrió, pero la sonrisa no alcanzó del todo sus ojos.
—Es más bien como... mi novio —dijo al fin.
Mis ojos se abrieron de golpe a diferencia de los de mi hermana que solo se cerraron al reir.
—¿Tu novio? —sabía lo que era un novio; mis compañeras del cole siempre decían que no querían jugar conmigo porque iban a jugar con sus novios, no me gustaban los novios.
—Mjhm. Y sabes que, a él también le gusta sacar fotos. Seguro que te puede mostrar sus cámaras cuando lleguemos.
—¡De verdad?! ¡Le voy a enseñar la mía también!
—Claro que si, se van a llevar muy bien.
Emily rió entre risas, tomando su abrigo para ponérselo algo más tranquila que antes, pero en cuanto el ruido de la puerta de entrada sonó a lo lejos, pareció apresurarse más.
—Nos vamos, Leila. Ya.
Tomó mi mano con fuerza y, tras ponerse la mochila al hombro, abrió la ventana.
...
—¿Esto es...?

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Línea de meta
Genç KurguLo único que sabía Leila Kinsley sobre sí misma era que siempre había estado enamorada de la fotografía, y para ella eso era más que suficiente para saber quién era. Sin embargo, tras la muerte de su hermana mayor, ya no encuentra la misma emoción e...