3- entreno

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Primer entrenamiento con el equipo masculino y ya llegábamos tarde como de costumbre

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Primer entrenamiento con el equipo masculino y ya llegábamos tarde como de costumbre.
Una vez listas salimos corriendo de la habitación donde Sofía nos esperaba fuera.
Bajamos rápidamente al campo, pero nos tranquilizamos cuando vimos a poca gente.

Pablo nos informó de que, como era el primer día, entrenaríamos primero nosotras y luego los chicos , ya que quería hacer dos equipos diferente para los entrenamientos de los próximos días y quería meternos con un nivel similar los unos a los otros.

Los chicos se sentaron en las gradas, en la primera fila específicamente.

El entrenamiento empezó, y la verdad es que estuvo bastante bien.
Empezamos corriendo unos 10 minutos para entrar en calor, y después estuvimos haciendo algunos pases con la pelota en parejas.
Esta vez yo me puse con Sofía para que no estuviese siempre sola, y Elena se puso con otra chica que también nos caía muy bien llamada Lisa.
Estuvimos así, aproximadamente unos 10 minutos, cuando de repente empezó a llover.

Algunas chicas empezaron a quejar de que nos metiésemos dentro, porque se les iba a rizar el pelo o algo así, pero evidentemente, no íbamos a parar por tremenda estupidez, así que el entrenamiento continuó.

Ya llevábamos una media hora de entreno, cuando a Pablo se le ocurrió hacer un mini partido para ver cómo estábamos físicamente.

A mí me puso en el equipo contrario de Sofia y Elena, pero tampoco me preocupaba, porque sabía que estando en el equipo que estuviese iba a ganar igual.
Mi ego y yo íbamos de la mano.

El partido empezó y vi como los chicos estaban atentos a cada uno de los movimientos que hacíamos.
Rocío, una chica de mi equipo, me pasó la pelota, y en un abrir y cerrar de ojos metí gol.

Retrocedí hacia atrás después de celebrarlo con algunas de mi equipo, y vi como Sofía iba corriendo hacia la portería de mi equipo, así que fui corriendo lo más rápido que pude y me tiré al suelo, mientras extendía mi pierna para desviar el balón de los pies de Sofía, consiguiéndolo por fin.

La primera parte terminó, y el entrenador nos dejó descansar un poco, para también aprovechar a ver si la lluvia cesaba.

-Joder Valentina, que bien juegas chavala - dijo Marc mientras nos acercábamos a ellos.

Sonreí, ya que cuando me decían ese tipo de comentarios, no sabía qué responder.

-Gracias, supongo - dije con una sonrisa.
-Juega que te cagas, lo que pasa es que no se lo cree - explicó Sofía mirándome.
-Pues juegas demasiado bien - añadido Lamine.
-Te digo yo a ti que si juegas un partido contra mí te meto unos goles alucinantes - dijo Héctor metiéndose en la conversación.
-Lo de "te meto unos goles alucinantes" , ha sonado un poco mal Héctor - dije con ironía, haciéndole rabiar y a la vez, haciendo reír a los demás.
-Ya te gustaría - dijo esta vez el riendo.
-Si vamos, me encantaría - respondí yo con ironía.
-Podéis dejar de pelearos, aunque sean dos segundos? - Preguntó Elena, a lo que todos nos presentes afirmaron.
-Me da que no - respondí yo.
-Es imposible llevarte bien con Valentina, es la persona más insoportable del mundo literalmente - hablo Héctor.
-Estás tú para hablar, sabes? - me defendí yo.
-Ya están otra vez - dijo Pedri con voz de cansancio.

El partido iba a comenzar de nuevo, así que dejamos las botellas de aguas en su lugar correspondiente y volvimos de nuevo al campo.
La verdad es que el partido continuaba bastante bien.
Meti unos cuantos goles y defendí a la perfección, por una vez, podía decir que estaba orgullosa de mí misma.

Una vez que terminamos era el turno de los chicos.
De calentamiento, hicieron prácticamente lo mismo que nosotras, un poco de técnica y unos cuantos pases.

Pablo les informó de que harían un partido igual que nosotras, y que esto decidiría cómo serían los equipos para los próximos entrenamientos.

De repente, vi como Héctor me miraba haciéndome unos gestos raros con la mano mientras articulaba con la boca.
No entendía nada de lo que decía, así que se lo hice entender poniéndole cara de asco.
Él suspiro levemente y volvió a repetir.

Según lo que yo entendí, hizo gestos señalándose primero asimismo, luego haciendo un + con los dos dedos índices de sus manos, luego con los cinco dedos de sus manos, haciendo la palabra "goles" y luego mirando su boca entendí que decía "que tú" mientras me señalaba a mí.

Vaya, que me estaba diciendo que iba a meter más goles que yo en resumen.

" Ya te gustaría" dije, él lo entendió rápidamente, ya que me estaba mirando los labios.
" Ya veremos" me dijo él mientras se alejaba hacia el centro del campo para empezar el partido.

No pasaron ni dos minutos y Héctor ya había metido gol, pero tampoco me preocupaba, porque yo había metido tres goles y no creo que le diese tiempo a hacerlo.

En vez de celebrarlo con su compañeros, prefirió mirarme con cara de superioridad, como no.

De un momento a otro, no sé cómo, pero Héctor consiguió quitarle la pelota a Fermín, que estaba en el equipo contrario, se recorrió el campo velozmente y acabó metiendo gol de nuevo.

Se rio en mi cara de nuevo.
Vaya subnormal.

Y por fin, terminó el partido.
Tengo que admitir que estaba nerviosa, porque sabía que si Héctor metía más goles que yo estaría riéndose de mí de por vida.
Me levanté felizmente de mi asiento junto a Sofía, y Helena, dirigiéndonos a los chicos, mientras Hector me miraba con cara de asco.

-Que decías Hector? - Dije, sonriendo con superioridad.
-Te apuesto lo que quieras a que si alguna vez hacemos un partido tú y yo, meto los goles que quieras - dijo haciéndome reír.
-Ya claro, no tengo otra cosa que hacer que pasar mi tarde contigo para que intentes convencerme de que eres mejor que yo cuando evidentemente eso es mentira - dije de nuevo con mi tono de superioridad.
-O a lo mejor, que te da miedo perder contra mí - respondió él.

Eso sí que no, él sabía perfectamente que no era así, pero estaba haciendo esto para picarme, así que le seguí el juego.

-Vale, pues alguna tarde de estas te patearé el culo de la manera que más te gusta - dije dándole un par de palmaditas en el hombro.

Me dirigió la última sonrisa y ambos nos dirigimos a nuestros vestuarios correspondientes.
Ya nos habíamos duchado y cambiado, así que nos dirigimos fuera de los vestuarios mientras nos peinábamos, donde nos volvimos a encontrar a los chicos.

-Por más que te peines no se te va a quitar la fregona que tienes en el pelo - ni siquiera estaba mirando y ya sabía quién había soltado ese comentario, mi queridísimo Héctor.
-Tú ni siquiera te peinas, así que cállate - respondí lanzándole el peine, pero lo cogió.
-Toma, quieres que te peine? - dijo, arrastrando el peine por mi pelo, dándome un tirón en el adrede.
-Ay pero serás gilipollas.
-Dejad de pelearos y atenderme, antes de que empiecen los partidos, hemos pensado que estaría bien salir a cenar y no creo que haya mejor noche que esta, que mañana no tendremos entrenamiento por la mañana - hablo Marc.

Todos a sentimos, ya que parecía buena idea, lo que no me parecía tan buena idea era tener que pasar una noche entera con Hector, pero en fin, así es la vida.

𝑶𝑵𝑬 𝑶𝑭 𝑼𝑺 || hector fortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora