𝑶𝑵𝑬 𝑶𝑭 𝑼𝑺 || hector fort

29- caribe hilton

El día paso, y Hector me seguía ignorando. Yo no le podía hacer nada, evidentemente no iba a suplicarle, eso no quita la idea de que yo no le eche de menos, porque si lo hacía, y mucho.

Echaba de menos sus besos, sus caricias, sus abrazos, pero en fin, una persona que cambia así de un momento para otro no era de fiar, y eso a mi tristemente no me entraba en la cabeza.

Sofia y yo habíamos terminado hace rato de colocar todo con ayuda de Marc, así que por primera vez en todo el año, decidimos bajar a un pequeño spa que había en La Masía. Decidimos avisar a todos ya que sería más divertido, pero la idea de encontrarme a Hector y a Elena no me hacía mucha gracia, pero no iba a renunciar a mis planes por ellos.

Nos pusimos el bikini, y bajamos hacia el spa, siendo los primeros en llegar. Yo me senté a un lado de Marc y Sofia en el otro.

Nos encontramos hablando animadamente, hasta que entraron todos los chicos, sin camiseta, gritando y diciendo burradas como de costumbre.

Atrás del todo, riendo con Pau, se encontraba Hector con un bañador negro que le sentaba de maravilla, y al otro lado, Elena, quedando como una patética ya que Hector no le hacía caso ninguno.

Al parecer Sofia también se dio cuenta de esto, y cuando coincidieron nuestras miradas nos empezamos a reír.

-Joder, que bien se está aquí, sin entreno ni nada - hablo Pau mientras apoyaba sus brazos sobre la pared del spa, echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos.

Cada uno hablaba con una persona, o en grupo directamente. Yo me encontraba hablando con Balde y Marc, ya que tengo que admitir que en esos momentos eran los que mejor me caían.

A Elena, como no, se le ocurrió la maravillosa idea de jugar a verdad o reto dentro del spa.

-Yo paso - dije - paso de líos.
-Va Valentina, no seas así - dijo Marc pasando sus brazos por mis hombros.

Después de tanta insistencia, acabe aceptando, ya que al final me iban a obligar quisiera o no.

Varios turnos pasaron, hasta que me tocó a mi.

-Yo la pregunto - dijo Elena con una voz chillona.

Yo la miré de mala manera mientras levantaba las cejas y algunas personas rieron, incluyendo a Hector, el cual estaba sentado entre Pau y Sofia, justo enfrente mía.

-Verdad o reto - pregunto Elena.

Me mantuve pensativa unos segundos pensando cual sería la opción menos problemática hasta que finalmente me decidí.

-Verdad - respondí mirándola a los ojos.

Sabía que Hector me miraba, en realidad lo llevaba haciendo toda la noche, pero yo era demasiado cobarde y no me arriesgaba a devolverme la mirada, ya que sabía que me debilitaría y se me caerían las bragas del bañador en cualquier momento.

-Hector y tú seguís siendo novios? - pregunto con una sonrisa pícara.

Todas las miradas de los presentes se dirigieron hacia mi con sorpresa, y yo suspiré ante la pregunta mientras me agarraba un collar con nerviosismo.

-Si lo quieres saber para tirartele, puedes hacerlo de todas formas, total, siempre haces lo que te da la gana - dije, haciendo cambiar el rostro de Elena.

Sofia rio ante mi respuesta, al igual que alguno de los chicos, pero Hector y Elena me miraban serios y enfadados.

-Responde - dijo Elena de nuevo.

Yo miré a Hector ya que no sabía que responder. Evidentemente yo consideraba que no lo estábamos, pero no habíamos hablado así que no lo sabía.

-Ya no - dije. El calentón me había llevado a responder de esa forma, y Héctor apretó la mandíbula fuertemente con su mirada todavía fija en mi.

No se de que se extrañaba, me ignoraba y pretendía que yo iba a seguir a sus pies? Anda y que le den.

El juego prosiguió, pero nos enteramos que había un mini chiringuito ahí cerca, dentro del spa, así que como se me había quedado el culo tieso de estar media vida sentada, decidí ir a por una botella de agua, y por algunas bebidas para los chicos.

Me seque un poco con una toalla que había allí cerca, y me dirigí hacia mi destino pensado.

-Serán 5 € porfavor - me dijo el chico que estaba atendiendo.
-Yo invito - hablo a mi derecha una voz familiar, y al girarme, ahí estaba Héctor dándole el dinero al señor.

Yo suspire, y cogí las bebidas mientras me iba de allí, sin ni siquiera mirarle fijamente. No había pasado el de mi? Pues ahora me tocaba a mi.

Hector me siguió y de un momento a otro me agarró del brazo fuertemente, ya que no obedecía a las órdenes que me daba de que me parase a hablar.

Me vertió un poco de cocacola encima y le miré con enfado.

-Me puedes dejar tranquila de una vez joder - dije limpiándome como podía el líquido que corría por mi tripa.
-Quiero hablar contigo - hablo mirándome a los ojos.
-Una polla bien gorda. Cuando te cansas de una te vas con otra no? Así va tu rollo de cani rompecorazones - conteste enfadada.
-Mira, no sabes lo que dices, déjame explicarte lo que ha pasado realmente - hablo enfadado.
-Mira - suspire - métete una polla en la boca para que te entretengas un rato, y a mi déjame en paz - respondí con asco.

Le dejé ahí solo mientras volvía con mis amigos, unos segundos después apareció el con enfado en su mirada.

La noche cesó, y con tanta bebida se nos había quitado el hambre, así que no dirigimos a nuestra habitación, ya que mañana por la mañana teníamos partido y era realmente importante, y llevábamos entrenando mucho tiempo por ello.

Me puse el pijama, y me quede un rato pensando, mientras mirada al techo, con varias emociones recorriendo mi cuerpo y ocupando mi mente.

Un suspiro salió de mi boca.
No sabía que hacer, estaba perdida, así que decidí hablar con Sofia.

-Sofi - dije interrumpiendo su lectura - puedo hablar contigo?

Ella asintió dejando su libro a un lado mientras me miraba atentamente.

-Hector hoy en el spa, me ha dicho que quería hablar conmigo. Yo evidentemente se lo he impedido porque no voy a hacer lo que el quiera cuando el quiera - ella asintió en señal de que me estaba escuchando con atención - pero después me dijo que realmente quería explicarme lo que había pasado. Me ha dejado con la duda, porque eso significa que ha pasado algo para que el haya hecho eso, y quiero saber que es, pero mi orgullo y mi enfado se interponen y son mucho más fuertes - explique nerviosa.

-Mira Valen, yo creo que deberías hablar con el. Si no te convence, pues pasas de el, y si te convence, pues te quitas la duda y listo - hablo con simpleza.

Yo simplemente pensé unos segundos y finalmente asentí, tumbándome en la cama y conciliando el sueño, o por lo menos intentándolo, ya que mañana había que madrugar.