36- blood

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Sofia y yo ya estábamos arregladas, al igual que los demás

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Sofia y yo ya estábamos arregladas, al igual que los demás. Ya casi nos encontrábamos en la discoteca, ya que el camino era corto y se nos hizo rápido.

-Esto esta petado de gente - dijo Pau en cuanto entramos.
-Estamos en la zona vip gilipollas - añadió Hector mientras le daba una colleja.

Subimos hacia arriba, sentándonos en una mesa en la cual estuvimos hablando un rato de cosas triviales, hasta que a Sofia y a mi nos insinuó nuestro cuerpo que quería moverse y bailar, así que eso hicimos.

Nos dirigimos hacia la pista, la cual estaba llena de gente y estuvimos bailando al rededor de 30 minutos, cuando la sed empezó a apoderarse de nuestras gargantas, así que nos dirigimos a la barra para pedir.

Nos tomamos unos cuantos chupitos, los cuales hicieron un efecto rápido.

Seguimos bailando hasta que unas manos se posaron en mi cintura. Me di rápidamente la vuelta encontrándome con Héctor a escasos centímetros de mi.

-Nos apartamos un poco? - dijo este con una sonrisa pícara, sabía perfectamente lo que quería.
-Vamos - yo sonreí ante su pregunta, y este me agarró de la mano, sacándome fuera de la discoteca.

Nos metimos en una calle la cual estaba completamente vacía, y en cuanto paramos, Héctor posicionó sus manos en mi cintura y hablo.

-Me encanta como te queda este vestido - dijo inspeccionando mi cuerpo parte por parte, acción la cual me puso los pelos de punta.
-Ya lo se, lo has elegido tu - le recordé.
-Tengo buenos gustos para todo - su mirada se volvió a encontrar con la mía mientras hablaba.
-Tan egocentrico como siempre - añadí a pocos centímetros de su boca.
-Te encanto y lo sabes - fue lo ultimo que dijo antes de estampar sus labios contra los míos con violencia.

El beso se mantuvo con esta velocidad varios segundos, cuando este me apoyó contra la pared mientras apretaba mi culo con fuerza y a la vez, lo manoseaba.

Empezó a dejar besos por mi cuello, haciendo que me estremeciese ante su tacto.

-Nos van a ver - dije disfrutando del momento.
-Y? - susurro contra mi cuello.

El beso siguió durante unos minutos más, hasta que de repente, su mano empezó a bajar por mi muslo.

Sonreí contra sus labios al sentir su mano subir.

-Héctor - dije echando la cara hacia atrás.

En ese momento, mi mundo se vino abajo al ver sentado en un banco, al mismo señor que había abusado de mi días antes.

Mi corazón se paralizó, al igual que mi mirada. Mi respiración se volvió rápida y no sabía que hacer.

-Valen - hablo Hector intentando llamar mi atención - que pasa?
-Es ese - respondí mientras tragaba saliva.

Hector se dio la vuelta y dirigió su mirada hacia donde se encontraba la mia sin entender nada.

-Ese quien? - pregunto volviendo a mirarme a los ojos.
-El que abusó de mi - respondí reteniendo el contacto visual.

De repente vi como los ojos de Hector se tornaban oscuros, y como apretaba su mandíbula fuertemente. Se dio la vuelta rápidamente y se dirigió a el a un paso ligero.

Yo intenté pararle pero ya era demasiado tarde cuando su puño estrelló contra la cara del señor. Un puñetazo tras otro.

El señor, acabó en el suelo tirado, con la cara llena de sangre, recibiendo patadas por parte de él rizado.

-Hector - grité asustada - para.

Al parecer, terminó su trabajo, y se levantó con los nudillos ensangrentados mientras su respiración aumentó, haciendo contacto visual conmigo.

En ese momento debo de admitir que me dio miedo, mucho miedo. Nunca le había visto así, y parecía que podía matar a 30 personas más y quedarse tan tranquilo.

-He hecho lo que tenia que hacer - hablo tranquilamente.


La noche pasó y llegamos a La Masía destrozados. Mi mente no paraba de darle vueltas al tema de Hector. Si había pegado así a ese hombre, también podría hacerlo conmigo? Se que no le tengo que tener miedo, pero en el fondo, algo me asusto al verle pegar de esa manera sin darle importancia que acababa de reventar a un señor 30 años más mayor que el por lo menos.

En cuanto llegamos a la Masía, nos echamos a la cama ya que mañana había instituto tristemente. Se me pasó la hora de dormir volando como de costumbre, así que apague la alarma, me puse mi uniforme y esperé a Sofia.

En un abrir y cerrar de ojos, ya estábamos en el instituto, entrando por la puerta todos juntos.

Elena había estado más apartada estos días, pero sinceramente, me da completamente igual, que se joda.

Yo iba junto a Hector, y no de cómo, hizo un amago para que nos dejases sentarnos juntos.
Fue buena idea, ya que las clases eran más divertidas, y porque así Sofia y Marc también disfrutaban.

Clase de inglés, un rollo total. Mi mano acariciaba la piel de Hector, mientras su brazo reposaba sobre mi muslo, metido debajo de mi falda. Veía como casi se queda dormido y reí ante su acción, ya que los masajes eran realmente relajantes.

-Tienes los nudillos destrozados - susurre acariciandolos.
-Me da igual - contesto mientras apretaba su mano contra mi muslo.

Yo lo miré, al igual que este, y seguí con mi masaje, lo cual me hizo que las horas pasasen realmente rápidas.

-Venga, os podéis ir al patio mañana seguimos - anunció la profesora por fin.

Me dispuse a levantarme, harta de llevar mas de 4 horas en una silla, pero Hector me agarró de la cintura y me volvió a sentar, lo cual hice que le mirase de manera extraña.

-Quieta - dijo con un tono autoritario mientras me sentaba encima suya.

Todo el mundo salió al patio, cuando me di la vuelta mirando al chico, el cual se había levantado detrás mío.

-Que pasa? Porque - intente decir, pero fui interrumpida por este, ya que me agarro rápido de la cintura haciendo que nuestros besos se juntases de forma violenta. Sus manos se posaron en mi cintura, y cuando yo reaccioné, coloqué las mias en su nuca.

El beso duro unos minutos, los cuales sirvieron para liberarnos del estrés acumulado, hasta que finalmente nos separamos, mirándonos fijamente a los ojos.

-Te quiero - dijo el chico de repente.
-Y yo.

𝑶𝑵𝑬 𝑶𝑭 𝑼𝑺 || hector fortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora