Subió a su alcoba y se encerró sin importarle absolutamente nadie, la fiesta seguía activa abajo y no dudó en que sería hasta el amanecer.
Encendió las luces y cerró con llave la puerta prohibiendo el paso, su cuerpo temblando debido a la ansiedad y el miedo, el peso haciéndose cada vez más presente, todos sus sentidos aturdidos y su vista borrosa debido a las gruesas lágrimas que quería derramar.
Tapó su boca y se permitió lo que por mucho tiempo se le había prohibido, lloró a solas como nunca antes lo había hecho y se sintió un poco mejor, se acuerda que su abuelo le había dicho que llorar era de débiles y que las lágrimas no lo harían fuerte.
La música estaba en un volumen alto por lo que gritó desde el fondo de su corazón lleno de dolor, corriendo al baño para lavar su rostro de aquel maquillaje. Tallando su rostro con fuerzas hasta que ninguna gota de polvo o sombra quedara en su cara.
Lo próximo en hacer fue quitarse las horquillas, mirándolas en sus manos, y luego con rabia azotatarlas al suelo con todas sus fuerzas, viéndolas destrozarse. Soltó su cabello y quitó las joyas de sus manos, la corona que permanecía en su cabeza fue tomada entre sus temblorosas manos.
—Toda mi vida esperando por ti... ¿Y ahora qué se supone que haga? Fuiste y serás un desperdicio.
Las palabras salían amargas de su boca, la rabia remplazando la tristeza, su mente ahora llena de odio indicándole lo que tenía que hacer.
Toda su vida se había preparado para esto, siguió las reglas al pie de la letra, incluso siendo un niño siguió la perfección, pero ahora se daba cuenta que perdió su tiempo, las venas le ardían y se enfureció, si ser bueno le trajo como consecuencia un pasado crudo donde maduró muy rápido, siendo la sombra de su hermano mayor y comiendo sus sobras, con su abuelo diciéndole toda la mierda que saliera de su boca ¿y para qué? Si Yuichiro era el verdadero magnante al trono, él era el único que no pintaba nada allí.
El precio que pagaría por su libertad sería costoso pero estaba dispuesto a pagarlo, sería el malo de su propia historia y por una vez en su vida sería egoísta y decidirá lo que hará con su vida.
Con todo el odio que tenía... Azotó la corona al espejo de su baño, viendo los vidrios destrozarse y sus manos con rasguños, un espejo roto y una corona completamente inservible en el suelo, hecha pedazos de cristales y piedras preciosas.
¿Era el rey de qué? El rey de nada, a las sombras de su mayor, no tenía voz hasta que Yuichiro hablara, claro el ejemplo de la conversación anterior con sus abuelos.
Quitó con brutalidad su traje, rasgando las telas hasta hacerlas trizas y quedar desnudo.
Algo magnético lo llamaba a la lejanía y una idea pasó por su mente; huir.
La noche estaba más oscura que nunca, corrió a su armario y se colocó su ropa de cazador, que consistía en ropa interior, un hakama negro y ancho como pantalón, cinturón de cuero negro, camisa de mangas largas color blanco, y una chaqueta negra de cuello alto, tomó un bolso de mano y metió tanta ropa como pudo, llevó dinero, joyas, y se colocó unas botas de cuero. Buscó al fondo de su armario y encontró una espada en su funda, no dudó en ponérsela en la cintura apretando con su cinturón.
Ató su cabello y con cuidado bajó las escaleras traseras que daban al jardín, nadie estaba por allí, era una suerte que la fiesta siguiera activa adentro. En todo ese tiempo que se tomó la valentía de huir nadie lo buscó, eso confirmó su sospecha de que no era tan importante y que la estrella principal era su hermano.
Corrió hasta el potrero donde buscó su caballo negro, aquel que su abuela le había regalado al tener catorce años, con lágrimas en los ojos vio por última vez el castillo, fuegos artificiales eran lanzados ahora, limpió las gotas saladas de su rostro y tomando valentía se montó en su caballo, colocándose los guantes y despidiéndose del lugar, una última mirada y dio riendas fuera de la caballería, huyendo por las puertas que no estaban siendo custodiadas gracias al espectáculo de los fuegos artificiales...
El viento chocaba en su rostro, el frío estaba haciendo acto de presencia y el príncipe que fue coronado como rey secundario huía.
Si iba a ser un egoísta entonces sería el mejor.
No sabía a dónde ir, que iría a hacer, ni mucho menos dónde parar, pero se asegurará de no volver pronto, pasaría un tiempo fuera de casa y no dejaría rastros de sí mismo, no levantaría sospechas, no cumpliría con su reino la voluntad que se le fue otorgada.
—Vamos, vamos, corre más rápido —hablaba con su caballo, dándole leves golpecitos.
Estaba metiéndose en una especie de bosque, la noche en pleno apogeo y la oscuridad haciendo acto de presencia.
Nada le importaba en estos momentos, la adrenalina en su cuerpo lo hizo reír a carcajadas mientras lloraba, pasaba por los árboles notando a lo lejos unas tenues luces, su caballo corría lo más que podía y poco a poco se fue acercando, observando que se estaba aproximando a un pueblito pequeño.
Detuvo su andada de golpe, fijándose que estaba cerca del castillo, dio riendas al animal para seguir huyendo, esta vez guiándose por el camino de tierra y no por el bosque.
Las personas que lo veían pasar notaban la prisa que tenía, murmurando por saber quién era él y qué hacía a esas horas en un caballo cuesta abajo del pueblo, alejándose cada vez más del territorio que pertenecía al Reino Lunar, aquel que fue su hogar por veintiun años y que justo ahora se volvió en su más amargo sabor de boca, aquel que le construyó sueños llenos de fantasías y que ahora los aplastaba, derumbándose como una casa hecha de naipes.
Holaaaa, dos capítulos más y se acaba el arco de Muichiro huyendo🤭💗 espero que les haya gustado el capítulo, ya nos vamos acercando a Genya y las aventuras, estoy muy nerviosa porque tengo clara la idea de cómo se van a conocer pero aún no lo he plasmado.
Mi trabajo me tiene full consumida, ayer regresé con 15 dólares de propina, un montón de sueño y eran las 2 de la mañana, ahorita estoy subiendo este y más tarde escribiré un poco 💕 sin más, nos vemos luego y les mando saludos!
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The Crown / Genmui Omegaverse.
FanfictionMuichiro tendrá un viaje para descubrir quién es, lo que quiere hacer y madurar lejos de casa, se enamorará de Genya, un alfa que le enseñará sobre la vida, lo cruda y bonita que es a la vez, y le quitará la venda de los ojos que lo mantenía cautivo...